Jarro de agua fría. Eso es lo que se ha llevado hoy la economía catalana. Nissan ha anunciado el cierre de su planta en Barcelona, dejando en la calle a 3.000 trabajadores de manera directa y poniendo en peligro el futuro de otros 20.000 puestos de trabajo indirectos.

Nissan ha confirmado el cierre total de las instalaciones que la compañía tiene en Barcelona. Para evitar la quiebra, Nissan ha decidido reestructurar su producción y el perjuicio se lo han llevado las fábricas catalanas. Entre la situada en la Zona Franca y las otras dos en Montcada i Reixac y Sant Andreu de la Barca, se van a perder 3.000 empleos directos.

La compañía, al igual que todas las empresas del sector automovilístico, está pasando por un mal momento. Incluso se habla de posibles quiebras. Por ende, recortará hasta 20.000 empleos en todo el mundo, reduciendo su capacidad mundial en un 20% y reduciendo los costes anuales en 2.600 millones de euros.

¿No era el Brexit una ruina?

Mientras tanto, Nissan ha decidido mantener y aumentar la producción en la planta de Sunderland, donde parece que va a acabar buena parte de la producción que se va a perder en Barcelona. Asimismo, se ha mencionado la posibilidad de que Renault también utilice la planta de Nissan en Sunderland para producir sus modelos. Pero, ¿no iba a ser el Brexit una catástrofe económica? Han pasado cuatro años ya… ¡y parece que no!

De hecho, a finales de enero de este mismo año Pedro Sánchez aseguraba que “el mantenimiento del empleo en la planta de Nissan en Barcelona” estaba garantizado. Algo que es evidente que no ha ocurrido. Esperemos que no tenga tanta jeta como para achacárselo a la crisis del coronavirus, ya que esa producción ya está volando al Reino Unido, supuestamente, según datos oficiales, el país europeo con más casos de covid-19 (o en el que menos mienten).

Redacción de euskalnews.com