• Escrito por Koldo Salazar López
• Publicado en OtraLectura.com
• Reproducido en euskalnews.com

La caída del territorio controlado por el Estado Islámico en Siria fue el inicio de una serie de conflictos menores en la región por el control de la misma y sus recursos. Uno de los grupos que lucharon por el control de esta zona son las SDF: una milicia mayoritariamente kurda, aliada de los Estados Unidos que ayudó a Washington a desarrollar operaciones en el terreno.

La zona controlada por la SDF, situado al este y norte del país, está gobernado por la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES) el nombre de la administración de esta milicia, lo cual ha generado una gran desestabilización en la región a todos los niveles, sobre todo debido al control de los campos petrolíferos del este de Siria. Debido a esto las SDF se han convertido en la única milicia que controla los campos de petróleo sirios y comercia con ellos de forma independiente.

De hecho Turquía, que considera a las SDF un grupo terrorista está comprando petróleo barato extraído en los territorios controlados por la AANES y esto no es todo; el gobierno sirio de Bashar al Asad, que no controla estos territorios, ha tenido que enviar mediadores privados para poder comprar ese petróleo (que jurídicamente es suyo) a los kurdos con el objetivo de satisfacer la demanda interna, sin contar con que, al mismo tiempo, las SDF venden petróleo a otros grupos armados opositores sirios y ha expandido su negocio al norte de Irak vendiendo petróleo al Kurdistán iraquí a través del clan Barzani.

Según fuentes en el terreno las SDF exportan el 50% de su petróleo al Kudistán iraquí, el 20% va para sus necesidades internas, el 20% restante para comercio exterior y el 10% van a fondos de reserva.

Sin embargo, aunque todas las milicias han contrabandeado con el petróleo, en este caso existen dos diferencias: ningún grupo tuvo el monopolio total de la producción, ni siquiera el DAESH y en segundo lugar Turquía nunca tuvo negocios con grupos armados kurdos; sin embargo en este caso Ankara se ha volcado con este negocio especialmente jugoso usando como intermediarios a los miembros del clan Barzani en Irak.

La estructura, sin embargo, es complicada ya que Turquía ha estado llevando a cabo operaciones militares constantes contra los kurdos en el norte de Siria y especialmente contra las SDF desde el año 2016. Ni Turquía ni las SDF pueden colaborar abiertamente porque las SDF están dentro de la lista de grupos terroristas en Siria y, por otro lado, las SDF estarían colaborando con el enemigo en caso de tener comercio oficial con Turquía.

Debido a esto la estructura de comercio sería la siguiente: SDF vende petróleo a los Barzani de Irak que, a través de su estructura empresarial y sociedades fantasma, revendería petróleo a los turcos a cambio de una comisión.

Este acuerdo especialmente beneficioso para ambas partes, pero totalmente secreto, se ha llevado a cabo mediante un acuerdo entre agentes del gobierno turco, la familia Barzani y Mazloum Abdi, líder de las SDF.

Este acuerdo, que podría parecer imposible, revela de nuevo que las necesidades geopolíticas en los conflictos armados algunas veces son mucho más profundas que los meros combates, sobre todo cuando se impone la visión de la Realpolitik y de los hechos consumados y es que sólo quién se sienta sobre los recursos puede negociar con ellos. (Foto: Wikimedia)