• La opinión de Patxi Lázaro, colaborador de euskalnews.com
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¿SON REALES LAS CIFRAS DE EFECTIVIDAD DEL 90-95% QUE LAS FARMACÉUTICAS ALEGAN PARA SUS VACUNAS?

Habiendo aprendido a desconfiar sanamente de las declaraciones oficiales y la propaganda de los gobiernos, mucha gente se hace esta pregunta. Los porcentajes de eficacia parecen sospechosamente redondos. Ha habido algún caso en el que la farmacéutica de turno corregía sus datos hacia arriba para hacerlos más vistosos que los de las vacunas rivales, como si fuese un fabricante de detergentes sacando pecho ante la competencia. Por otra parte, ¿cómo lo pueden calcular? La respuesta es por adelantado que SÍ: las vacunas de Pfizer y Moderna son efectivas al 95%. No se trata de ningún reclamo publicitario sino que está basado en datos científicos reales.

He aquí cómo se obtienen esas cifras. Pfizer, por ejemplo, ha realizado ensayos de su vacuna en 43.000 voluntarios, administrando a unos el fármaco, y a otros un placebo. Luego ha hecho un seguimiento midiendo el número de contagios. En un lote de 170 PCRs positivas localizó a 8 personas que se habían puesto la vacuna. Los 162 restantes solo habían recibido placebos. Ahora bien, 8 es un 4,7% de 170 y da el porcentaje de fallos. Eso quiere decir que la eficacia de la vacuna es superior al 95%.

El problema, sin embargo, es que estos datos proceden de la primera y la segunda oleada del Covid-19. Queda por ver si el comportamiento de las vacunas sería el mismo repitiendo el estudio con las personas que se están contagiando con la nueva cepa procedente de Gran Bretaña. Si el patógeno tiene una capacidad mutante similar a la de una gripe estacional, posiblemente no sería ese el caso. Asímismo, el porcentaje de eficacia tendría que ser corregido a la baja en caso de que las vacunas generen un proceso de selección natural entre los patógenos de las dos primeras oleadas.