El gobierno provincial de Columbia Británica reconoció que creó una escasez de personal médico después de poner a más de 4.000 profesionales de la salud en licencia porque optaron por no recibir los golpes de COVID. El ministro de Salud, Adrian Dix,  hizo el anuncio  el martes pasado, diciendo que se han pospuesto miles de cirugías como resultado de la cesación de tantos trabajadores.

“Creo que es justo decir que en algunas áreas, por ejemplo, imágenes de diagnóstico, nuestros laboratorios en diferentes partes de la provincia, habrá algún impacto”, dijo Dix. Dix también reconoció que poner a tantos trabajadores de licencia a la vez ha provocado retrasos en las cirugías y ha reducido las horas en algunas clínicas y hospitales.

“Tendremos que reducir inicialmente las horas para abordar eso o proporcionar otro personal en las próximas semanas”, dijo Dix. El Sindicato de Enfermeras de Columbia Británica (BCNU) había advertido anteriormente al gobierno que tendría una crisis en sus manos si dejaba ir a tantos empleados a la vez.

En septiembre, BCNU  advirtió que los  mandatos de COVID del gobierno para los trabajadores de la salud “obligarán a los miembros” a irse y exacerbarán aún más la escasez de personal ya existente en la provincia. Dix dijo que los trabajadores no atacados tienen hasta el 15 de noviembre para recibir una primera dosis del jab o serán despedidos permanentemente.

Según el gobierno, hay alrededor de 126.000 trabajadores de salud pública en la provincia. Los despidos del personal  se producen como resultado de un mandato de jab de la Dra. Bonnie Henry y Dix, oficial de salud provincial de Columbia Británica, quien dijo que todos los trabajadores de la salud debían recibir jabs de COVID antes del 26 de octubre. Miles de personas  han protestado contra los  mandatos de jab en Columbia Británica, que ha tenido un sistema de pasaporte de vacunas en vigor durante casi dos meses.

Canadian Frontline Nurses es un grupo formado para protestar contra los cierres de COVID y los mandatos de jab y tiene muchos miembros de la Columbia Británica, que han sido parte de muchas protestas. Recientemente, la Dra. Patty Daly, directora médica de salud de Vancouver Coastal Health, fue sorprendida admitiendo que los pasaportes de vacunas no  son más que un incentivo para obtener  “tasas de vacuna” más altas.

El Dr. Daniel Nagase  fue incluido recientemente en la lista negra  por Alberta Health Services (AHS) por tratar a sus pacientes con COVID con ivermectina mientras trabajaba en un hospital rural. Luego, Nagase señaló los posibles casos de cáncer en el futuro en niños que podrían recibir pinchazos ahora o en el futuro.

“Los niños contraen todo tipo de virus, yo sé qué hacer, de hecho, la mayoría de los padres saben qué hacer”, dijo Nagase en una manifestación reciente en Edmonton.

“Se necesitan 20 años para saber si una nueva inyección causa cáncer o no. Solo soy un médico de urgencias, sé qué hacer con un virus, no sé qué hacer con el cáncer”.

El ex primer ministro de Columbia Británica, Bill Vander Zalm, recientemente se refirió a las draconianas reglas de COVID. Vander Zalm advirtió  que el “final del juego” del virus COVID y los mandatos de jab parece ser un “Gran Reinicio” que conducirá a un tipo de orden comunista global. Los ensayos de COVID jab nunca han  producido evidencia de  que las vacunas detengan la infección o la transmisión. Ni siquiera pretenden reducir la hospitalización, pero la medida del éxito es prevenir los síntomas graves de COVID-19.

El Dr. Peter McCullough  dijo que  quienes desarrollan COVID tienen “inmunidad completa y duradera. Y (ese) es un principio muy importante: completo y duradero. No se puede vencer a la inmunidad natural “. Otras provincias canadienses  han despedido  o amenazan con despedir a los trabajadores de la salud que no han sido atacados si no son atacados pronto.

Alberta Healthcare Services (AHS) extendió hasta el 30 de noviembre una fecha límite para un mandato de que todos sus trabajadores estén completamente vacunados con inyecciones de COVID. Este mandato, una vez que entre en vigor, afectará a miles de enfermeras y otros trabajadores de la salud.

El médico de Alberta, el Dr. Chris Gordillo, se pronunció recientemente en  contra de los efectos nocivos que ha presenciado de las inyecciones: “He visto accidentes cerebrovasculares, he visto parálisis de Bell, he visto un ataque cardíaco, coágulos de sangre, he visto trastornos respiratorios en los que las personas simplemente no pueden respirar después de haber recibido estas vacunas”, dijo Gordillo en un reciente mitin en Edmonton.

El gobierno federal de Canadá  firmó  con Pfizer 2.9 millones de dosis de la vacuna COVID para niños de 5 a 11 años. El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, dijo recientemente que los jabs estarán disponibles una vez que Health Canada los apruebe. Las inyecciones de COVID-19 aprobadas para uso de emergencia en Canadá, incluido el jab de Pfizer para mayores de 12 años, tienen  conexiones con células derivadas de bebés abortados.

Los cuatro  también se han asociado  con efectos secundarios graves como coágulos de sangre, erupciones cutáneas, abortos espontáneos e incluso ataques cardíacos en hombres jóvenes y sanos. Todos los golpes de COVID todavía son experimentales,  y los ensayos clínicos  no se completarán hasta 2023. Además,  ha habido informes de miles de personas  que han desarrollado tumores después de recibir sus inyecciones de COVID.

Fuente: Life Site News (traducido en euskalnews.com)