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Carta a un vacunado

“Carta a un vacunado”

Buenos días. Déjame explicarte algo, no soy tu enemigo. Podría ser tu primo, tu mejor amigo o ese compañero de trabajo con el que tomas un café. Podría ser ese habitual de un bar, o el que te saluda por la calle porque nos conocemos. Y lo mismo para mí, más si cabe, porque te aseguro que el 90% de mi entorno está vacunado.

 ¿Cuantas veces desde el poder y los medios han creado perversas dicotomías abyectas?. Negros y blancos, hombres y mujeres, heteros y homos, del equipo A y del equipo B, de ideologia tal y la ideologia cual; ahora vacunados y no vacunados. ¿En cuántas trincheras con intereses bastardos estamos dispuestos a seguir cayendo?. Te digo esto porque vamos en el mismo barco al respecto de la pandemia. Tal vez cargues contra mi hoy porque no me vacuno, yo te pregunto ¿y si en la cuarta o quinta dosis decides que ya basta?, ¿que pensarás y que harás cuando otras gentes carguen contra esa decisión libre?

 Cuando hablo con amigos de estos temas, siempre digo que ojala nos equivoquemos todos. Los que creemos que estas vacunas son peligrosas tenemos a gran parte de nuestro entorno vacunado, ¿cómo no voy a desear equivocarme y que nada suceda a todos mis seres queridos?. Y a su vez, ojalá los que estén a favor de la vacunación también os equivoqueis, a fin de cuentas entenderás no quiero morir antes de tiempo, o ser el motivo de muertes de otros.

  La cuestión es que a día de hoy, nos han enfrentado, y ese “nos” es importante. Nos han enfrentado en base, dicen, a datos científicos incontrovertibles. Ni tú ni yo somos científicos, no voy a intentar convencerte con datos en los que seguro no coincidiremos, pero déjame decirte que hay otros científicos aparte de los que citan los medios. Científicos de verdad (virólogos, médicos, biólogos, premios nobel, profesores reputados,  etc) que opinan cosas muy diferentes. Insisto, no quiero convencerte sobre el COVID/vacuna, pero creeme si te digo, que hay otras opiniones científicas.

  Más allá de la discusión científica, evitada a toda costa en los grandes medios, sólo me queda apelar a tu lógica, y a la ética, que seguramente compartamos. Si tú y yo podemos infectarnos, si ambos podemos infectar de igual o similar manera, ¿porque he de ser yo discriminado socialmente por no estar vacunado?. ¿Que % de mayor capacidad para infectar o ser infectado justificaría una discriminación social? ¿y cuanto la discriminación laboral? ¿Y cuanto el que fuera multado o encerrado como ya sucede lamentablemente en algunas partes?. Tu crees que yo soy un peligro, yo creo que tú estás en peligro al margen de lo que yo haga,  y mi deseo es ayudarte.

 Apelo a tu moral, porque sabes perfectamente que no soy un antivacunas, sabes que mi negativa no es por chips ocultos, 5g, y otros argumentos delirantes de ciertos “periodistas”. Sabes perfectamente que no es por ser “anti solidario”. Sabes perfectamente que tengo el derecho legal – y moral – a no inyectarme esa vacuna experimental, de la que nadie se hace responsable, empezando por nuestros propios médicos.

 Antes mencionaba que vamos en el mismo barco. Te digo que al final del trayecto hay un iceberg llamado totalitarismo como no se había visto hace mucho, de cuando tuvieron que crear leyes como las de Nuremberg porque se cometieron atrocidades que ningun sistema legal había previsto. Puedes llamarme exagerado si quieres, pero que no se diga nadie avisó.

 Desde que vi cual era la estrategía, otra vez de trincheras, proyectada por políticos y medios, he luchado en mis posibilidades para que la gente entienda esto que te escribo. Intento ponerme en tu lugar, intento que te pongas en el mío. Pero cuesta, a veces cuesta mucho cuando ves como el miedo más irracional sustituye al pensamiento crítico e incluso a los más elementales fundamentos de la libertad. Perdóname si algún día te salto con rabia, pero hazte cargo del cansancio que supone te señalen porque “eres la explicación” al fracaso de los políticos.

 No soy culpable de nada. Tú tampoco eres culpable de nada. No estaremos de acuerdo, pero sí te pido respetes (en toda la extensión de la palabra) mi decisión. Un último consejo; cuando se empieza a ceder las libertades y derechos fundamentales, hay que tener cuidado porque ya no quedará discutir hasta dónde, sino por cuanto; la frontera del “lado bueno” y el “lado malo” variará bruscamente, y te puedes encontrar en el lado no deseado de repente, sin que ya te quede ámbito de decisión.

Un abrazo y salud.
Oscar

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EnekoAhíVaLaHostiaPues
EnekoAhíVaLaHostiaPues
2 años

Lamentablemente el vacunado medio no es capaz de comprender esta carta en toda su magnitud. Su discurso interior sería más como un “Eh? Ah! No, no, no. Qué dices!?”

Mvgcia
2 años

Hace unos minutos en un grupo me preguntaban, si todos tenemos la información a nuestro alcance, poquè hay tanta gente cerrada en banda y en bronca diaria?
Exactamente algunos intentamos explicar lo que redactas en esta carta, pero ya no razonan, aunque les digas que el enemigo a combatir es quien les engañó con porcentajes y con la palabra inmunizar y por supuesto con llamarla vacuna, nos llevan engañando mucho tiempo y como dice el refràn: se pilla antes a un mentiroso que a un cojo

Joxe
Joxe
2 años

Yo no diría que las hipótesis relacionadas con el microchip conectado a la red 5g sean “delirantes”. Quizá puedan estar equivocadas, o quizá solo incompletas, pero me temo que no tienen nada de delirantes.

Lo primero que debemos preguntarnos es si, técnicamente, es posible implantar un microchip (o varios) en alguna parte del cuerpo de modo que sea posible: primero la lectura de información relevante sobre los órganos y el psiquismo de la persona en cuestión. Y segundo, y más importante, actuar sobre el organismo provocando una serie de efectos físicos o psíquicos.

Me temo que la respuesta es que sí, que técnicamente es posible, no voy a decir un 100%, dejémoslo en un 90. Lo puede corroborar cualquier técnico en la materia. Quizá haya algún problema con el sistema inmunológico, que tiende a rechazar los elementos extraños.

Con frecuencia salen noticias relacionadas, por ejemplo:

https://www.lavanguardia.com/tecnologia/20211211/7918913/elon-musk-quiere-implantar-chips-cerebros-humanos-2022-neuralink-pmv.html

Es un caso muy sofisticado, pero para valorar la viabilidad técnica nos vale.

La siguiente pregunta que debemos hacernos, una vez asumido que el invento es viable, es si nuestros gobernantes podrían estar interesados en implantarnos un microchip de estas características. De nuevo, la respuesta va a ser que sí, siempre que nosotros se lo permitamos.

Y, finalmente, la pregunta que nos queda es ésa, si la peña se dejaría implantar un microchip de estas características (con recomendación médica por supuesto).

Si me lo preguntan hace dos años me habría reído y habría dicho que no, que imposible, que cómo se va a dejar la gente hacer semejante monstruosidad.
Pero ahora, no sé porqué, pero me temo que es tan fácil como vender una vacuna, decirle al ciudadano que el microchip le protegerá de cualquier amenaza, un virus revoltoso, por ejemplo, y comprando previamente a los líderes políticos (o “líderes de opinión” como les llaman en el argot del marketing farmacéutico).

Entonces, si técnicamente es viable, si nuestros gobernantes están deseosos de implantarlo, y si el 90% de la peña colaboraría sin protestar… ¿Donde está el delirio?

Estaremos creando una nueva dicotomía entre los antivacunas COVID serios y los antivacunas delirantes ?

Yo
Yo
2 años

El 30% de la población está hipnotizada. Otro 40% sigue el rollo
Y solo hay un 30% en la lucha

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