Muchos sanitarios se ven impotentes para hacer frente a la desesperada situación en que se encuentran los hospitales debido a la pandemia que está azotando al planeta. La doctora Lorna Breen, directora médica de urgencias en el Hospital NewYork-Presbyterian Allen, en Manhattan, no pudo soportar más ver morir a tanta gente y acabó suicidándose el pasado domingo después de batallar en primera línea contra el virus.
“Ella es una víctima tanto como cualquier otra persona que haya muerto”, dijo su padre, Philip Breen al Times. “Asegúrense de que sea elogiada como una heroína”, agregó. Lorna Breen falleció en Charlottesville, en el estado de Virginia, donde pasaba unos días con su familia. Su padre recordó que Lorna había contraído Covid-19, pero que regresó al hospital tras una semana y media de recuperación, y que el centro la envió nuevamente a su casa.
Philip Breen también recalcó que la doctora no tenía problemas de salud mental y que la última vez que hablaron le confesó lo insoportable que era ver morir a los pacientes contagiados por el coronavirus.
Un par de días antes de su suicidio, un paramédico de emergencias de la ciudad, John Mondello, de 23 años, se quitó la vida utilizando una pistola que pertenecía a su padre, un policía retirado de Nueva York.
