- La opinión de Patxi Lázaro, colaborador de euskalnews.com
- Enlace a su cuenta en Facebook: https://www.facebook.com/francisco.lazaro.509994
JOE BIDEN ESTÁ SOBREVALORADO
No salgo de mi asombro ante algunas reacciones con motivo de la victoria electoral de Joe Biden. En esto España, que es un país bastante seguidista y papanatas en todo lo que se refiere a la propaganda progre, destaca paradójicamente por su circunspección. Porque cuando uno lee que algunos políticos alemanes -para más señas de la coalición gobernante CDU/CSU- han brindado por el éxito de Biden con botellas caras que tenían reservadas para ocasiones especiales, la pregunta inevitable es, ¿qué se ha hecho de la sensatez y el sentido comun en Europa? ¿Nos hemos infantilizado hasta el punto de dejar que nuestras neuras y nuestras pasiones dominen sobre el talante sosegado y las formas? ¿Esas formas en las que tanto nos escudamos para hacer de menos a otros, pero que a la hora de la verdad hacemos como si nosotros mismos no estuviésemos obligados a respetarlas? En fin, el asunto es tan patético que no hace falta ni criticarlo, ya que algunos actos se definen por sí mismo.
Joe Biden está sobrevalorado por el cúmulo de expectativas depositadas en él. En el fondo no hay motivo para tanto júbilo. Se trata de un candidato instrumental, de circunstancias, sin un programa bien definido y con la rémora de haber sido vicepresidente. Esto tiene el doble efecto de transmitir la impresión de (i) un déficit de liderazgo (cuando Obama estaba en la Casa Blanca, todo el mundo conocía a Michelle y por supuesto a Hilary Clinton, pero pocos recuerdan que Joe Biden fue segundo de a bordo); y (ii) la impresión de que bajo su mandato el gobierno de Estados Unidos podría verse impulsado, desde diversos círculos de interés, a continuar las líneas de acción abandonadas en 2017. ¿Será la administración Biden un escenario propicio para el mangoneo obamático? El tiempo nos lo dirá.
Por lo demás, el problema de la falta de liderazgo de los presidentes que antes habían sido vicepresidentes, así como de los gestos de sobrecompensación que derivaron en resultados nefastos, no es nuevo. Ahí tenemos los casos de George Bush padre, Gerald Ford, Lyndon B. Johnson y Harry Truman, quien, en el empeño de mostrar al mundo que no era un político al que le tocó la lotería con la súbita desaparición de su mentor, desplegó políticas agresivas que terminarían agravando los escenarios de la Guerra Fría a finales de los años 40 del pasado siglo XX.
En el imaginario político norteamericano domina la figura del triunfador, del hombre que se hace a sí mismo, que viene de afuera y conquista la Casa Blanca a lomos de una opinión pública enfervorizada y un debate vigoroso basado no en rivalidades partisanas, sino en ideas nuevas. Vicepresidentes y aparateros no dan buenos resultados. Joe Biden es un perdedor, y Estados Unidos no es de ese tipo de naciones que no se sienten bien cuando están gobernadas por perdedores. Bajo la actual constelación de astros el futuro no pinta nada bien, pese a la euforia desatada en las élites europeas por la derrota de Donald Trump.
Para empezar en USA hay un pucherazo electoral que Trump esta denunciando estos dias ante un atronador silencio de nuestros medios de desinformacion.
Trump tiene miles de pruebas, y esta siendo censurado en directo en sus alocuciones algo nunca visto a un presidente USA.
TRUMP barrio el 3 de noviembre.
Hoy dia Trump tiene 232 diputados
BIDEN 223 y hay 79 en disputa.
Es increible el entreguismo de nuestros periodistas al NOM, nuevo orden mundial que busca una dictadura mundial como vemos a diario y a los que solo falta una pieza a su macabro puzzle, USA, para acabar “achinados” como vemos a diario perdiendo derechos, a respirar, a trabajar, a moverse etc….