España da pena laboralmente hablando. Ya lo daba hasta el año pasado, pero es que lo de este 2020 ya ha sido de traca. Resulta que el año 2020 cerró con unos datos preocupantes, puesto que en el mes de diciembre, a pesar de la campaña navideña, el paro subió en 36.825 personas. Algo insólito, pero que pasa desapercibido por la locura en la que nos obligan a vivir.

En el Ministerio de Trabajo reconocen que los datos de empleo del pasado mes son malos, pero se lavan las manos culpando directamente al «impacto de la pandemia en la actividad económica», es decir, haciendo lo que van a hacer todos los pésimos gestores: culpar al virus chino.

Sios datos de diciembre ya son preocupantes, el balance anual del 2020 es ridículo, siendo el peor de los últimos once años con un número total de parados de 3.888.137 personas, 724.532 parados más que el año pasado, siendo el total de empleos destruidos de 360.000. En otras palabras, los peores números posibles.

La mala gestión de la crisis sanitaria por parte del Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, sin ser capaz de frenar el hundimiento del mercado laboral y que el PIB del segundo trimestre se desplomara mucho más que el de sus vecinos, ha provocado que se ponga fin a siete años de descensos. En otras palabras, son los peores números posibles.

El paro entre los jóvenes menores de 25 años vuelve a ser alarmante, situándose en el 47,1% con 116.291 parados más que en el 2019, mientras que el de las personas con 25 años y más aumento en 608.241 desempleados, un 20,8%. Una barbaridad.

Hay que destacar que los datos de paro que hoy se han hecho públicos, no incluyen a los trabajadores que siguen dentro de un ERTE (muchos sin cobrar todavía). En total, hay 755.613 personas que dependen de esta herramienta creada para evitar el hundimiento de la economía, por lo que cuando esto se acabe… el choque contra la realidad va a ser mucho peor: la economía española se hunde y, por supuesto, Euskadi se hunde con ella.

Redacción de euskalnews.com