“Amantes del odio” – José Miguel Ruiz Valls
- La opinión de José Miguel Ruiz Valls, colaborador habitual de euskalnews.com
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AMANTES DEL ODIO
Tiempo atrás, compartí en un grupo de feisbuc llamado “Casas de Pueblo”, una información que recopiló mi hijo y que tituló “Todo lo que necesitas saber sobre el dióxido de cloro”. Uno de los seguidores del grupo comentó -Muy buena información aunque no es el lugar apropiado-. Otro, directamente me denunció. ¿Cuál es el lugar apropiado para decirle a alguien que existe solución para su mal? ¿No estamos todos sufriendo los efectos de este “pandemónium””? ¿No los sufren también los seguidores de “Casas de Pueblo”?
MI hijo y yo compartimos esa información en los grupos más diversos, y en todos nos sucede, más o menos, lo mismo. Por un lado agradecimientos, por otro censuras. El caso es que hemos podido comprobar que estamos colocados, casi todos, en “grupos estancos”: Los hay de todo tipo, desde “amantes de la ciencia” hasta “amantes de las revistas del corazón”, y todos suelen reaccionan ante nuestra intromisión, como amantes cornudos. Es cierto que podríamos compartir el artículo con los “amantes del dióxido de cloro” pero ¿Qué sentido tiene comunicarle a alguien lo que ya sabe?
Mediante ingeniería social nos han dividido y nos han aislado en grupos cuyas fronteras virtuales tememos traspasar, pues no pocas veces el “atrevimiento” acaba en “castigo” -Ya ves, nos tratan como a párvulos- Los “mass media” son los únicos que tienen licencia para hablar de cualquier tema, o mejor dicho, para aterrorizarnos con cualquier tema. Los ciudadanos de a pie, debemos ceñirnos al tema del grupo, por “respeto”.
Esos “mass media” nos han vendido un falso concepto de respeto y muchos lo han comprado. ¿Por qué? Pues porque cada vez que alguien dice algo que choca con tus creencias, le puedes decir “Me estás faltando al respeto” y eso lo hace callar, inmediatamente. ¡Qué guay ¿no?! Mediante ingeniería social nos han hecho olvidar que la verdadera libertad es decir lo que quieras, donde quieras y cuando quieras. (Eso es lo que protege la Constitución y la Declaración Universal de Derechos Humanos, la libertad de expresar cualquier opinión sin ser molestado por ello). Nos han hecho olvidar nuestro derecho a la libre expresión y lo han sustituido por el “derecho a censurar” que no podrás encontrar en ningún texto legal de ningún país democrático.
¿Acaso quién exige “respeto” no tiene la libertad de leer o no leer la información que se le brinda? ¿Qué más quiere? ¿Por qué tiene interés también en que no puedan leerla los demás? Alguno de esos censores me ha dicho que lo hace para “proteger a los incautos de mis mentiras”. ¿Llamas incautos a tus semejantes? ¿Crees que ellos son tontos y tu eres el listo? ¿Qué te hace pensar que ellos no saben, o no pueden protegerse de las mentiras, y tú sí? ¿Tienes a tus compañeros de grupo por retrasados mentales? ¿No te parece eso una tremenda falta de respeto hacia ellos? Ninguno de esos censores me contestó estas preguntas ¿Podrías hacerlo tú?
Mi hijo y yo hemos compartido información entre los grupos más diversos, y lo seguiremos haciendo mientras podamos, por entender que se trata de información importante para todos, y por entender que está mejor informado quién tiene dos versiones que quién solo tiene una (No por otra cosa se inventaron los juicios, con el fin de que una persona pueda decidir, en conciencia, después de escuchar ambas versiones). A nosotros no nos pueden silenciar esos “amantes del odio”, porque tenemos claro que el respeto siempre es algo que se da, y demandarlo, siempre es una falta de respeto.
Tiene mucho sentido lo que dices.
A mí siempre me ha chirriado un poco esa manía de moderar u obligar a mantenerse estrictamente en el tema del grupo, foro, hilo, etc. en cuestión. La gente se obceca innecesariamente, y no sólo los moderadores. En general suelo pensar que son gente que necesita hacer eso para sentirse por encima de otros, porque el transfondo del comportamiento carece de fundamento real.
Lo cierto es que hay una gran diferencia entre un completo caos y unas pinceladas de arbitrariedad. Difícilmente un grupo temático va a convertirse en un caos a no ser que haya un ataque coordinado para llenarlo de mensajes off-topic. De natural, en principio, los mensajes van a ir en sintonía con el tema aunque no modere nadie, porque para eso identifica la gente el tema del grupo para empezar, así que en su gran mayoría serán on-topic.
Esa obsesión por moderar eso, no tiene mucho sentido. A nadie le puede molestar TANTO un mensaje off-topic. Y si lo hace, que se lo haga mirar. Hay comportamientos estandarizados hoy día, que no tienen ningún fundamento. Todo el mundo es lo suficientemente capaz como para discriminar un tema off-topic, si así lo desea.
Y como bien dices, ¿cómo vas a llegar a nadie sobre un tema muy específico pero de potencial interés general, si además de estar todo tan compartimentado, también hay esa manía de restringirlo?
Y sí. El dióxido de cloro es de interés general, aunque la mayoría no lo sepa. Y la demonización oficialista no ayuda.
Tuve una experiencia similar no hace mucho, pero creo que incluso más justificada, pues en un chat sobre otro tema, un habitual comentó de pasada que se acababa de “vacunar”, a lo que otro habitual respondió que tenía dudas sobre “vacunarse”, lo cual entendí que me brindaba suficiente legitimación como para vertir mi propia opinión al respecto, diciendo que me considero “strongly antivaxer” y que no le recomendaba pincharse. Me respondió que “no queremos eso aquí”, así que le respondí con una encogida de hombros porque entendí que en su caso su autoexterminio estaba justificado.
Totalmente de acuerdo. ¡Ánimo!
S´, hay gente que necesita hacer esas cosas para sentirse por encima porque se sienten por debajo. Son los tontos útiles de la élite. Ponles unos galones y verás lo que son capaces de hacer.
Bravo. A mí me pasa lo mismo compartiendo en grupos tan específicos que como te descuides se quedan sin tema de conversación de tanto censurar. Yo optó por reservarme más para los encuentros en persona donde sentirnos y abrazarnos, y que cada cual se contagie de lo que vea oportuno. Yo contagio y me contagio de buen humor, libertad de expresión y autenticidad. Como dice la canción: “y al que no le guste que no mire”.
Cuántas más caretas se ven, más caretas están cayendo.
Gracias por tus artículos y por tus libros y enseñanzas, las recomiendo a quienes están para apreciarlas.
Si contagias autenticidad ya enseñas lo mejor que se puede enseñar. Un abrazo.