• Escrito por Nerea Zubiaurre
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Hoy me ha llamado la atención la premier de Queensland (Australia), Annastacia Palaszczuk, haciendo referencia a un nuevo campo de cuarentena que han acordado construir. Actualmente en Australia ya son obligatorias las cuarentenas de dos semanas para los vuelos internacionales o que vengan de “hotspots” del país.

Generalmente se hacen en hoteles, pero Annastacia hacía referencia en concreto al éxito del campo de Howard Springs, un campo construido para trabajadores de la construcción hace unos años, ahora utilizado para cuarentenas de viajeros, con capacidad de hasta 3000 personas.

Si las fotos ya de por sí son terroríficas y recuerdan a los campos de concentración, las tarifas que hay que pagar para ello no son mejores:

How much is the fee:

• The quarantine fee for an individual is $2,500 for the full 14 day period.
• A family rate of $5,000 applies for family groups of two or more people in shared accommodation.
• People in mandatory supervised quarantine will also be subject to testing before exiting quarantine. If you refuse a test, there will be 10 days added to your quarantine time.
• If you are required to undertake an additional 10 days of quarantine, a further fee will be charged of $1,750 for an individual or $3,500 for a family (https://coronavirus.nt.gov.au/travel/quarantine/quarantine-fee).

Sin embargo, para mí, lo peor de todo ha sido leer las reseñas de Google de este campo de cuarentena, donde he sido consciente de la psicología perversa que han empleado las cabezas pensantes detrás de todo esto para llegar a este punto de represión y pérdida de libertad. No solo me parece una aberración estar obligado a pasar 15 días encerrado en una caseta, pagando un dineral, sino que la gente lo califica como un buen lugar para hacer la cuarentena, con comentarios del tipo: la comida es buena, las habitaciones y los baños están bien, etc., aunque también hay algunos que critican estos aspectos. Pero si los lees, uno tras otro, parece que están calificando un hotel o una casa rural. Nadie pone en cuestión la necesidad de estar ahí, encerrados en una cárcel, durante dos semanas. O quizás Google retire esos comentarios, lo cual también encajaría perfectamente en la censura que estamos viviendo.

(Podéis buscar “Manigurr-ma Camp, Howard Springs Quarantine Facility” en Google para leer las reseñas, no deja compartir el enlace)

Me parece escandaloso, terrible, horrible. ¿Hasta qué punto puede el ser humano renunciar a sus derechos y libertades? ¿Dónde va a terminar todo esto? ¿Iremos por nuestro propio pie a las cámaras de gas?

Nerea Zubiaurre