- La opinión de José Miguel Ruiz Valls, colaborador habitual de euskalnews.com
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EN BUSCA DEL SENTIDO COMÚN
Una persona sensata, encontrará absurdo, que los mismos políticos que tienen el poder de fijar los salarios, salgan a la calle, año tras año, para denunciar desigualdades salariales entre hombres y mujeres. Una persona sensata verá ridículo que una reina promocione manifestaciones a favor de la igualdad ¿O es que estaba pidiendo un salario de reina para todas? Una persona sensata sabe que, lo usual es que, desde el poder, se reprima a los manifestantes, no que se los subvencione. Pero esto no va de sensatez sino de ideología de género.
Una persona sensata sabe que está tan mal que un hombre lesione a una mujer como que una mujer lesione a un hombre pues comprende que, más allá del sexo, todos somos personas. Una persona sensata ve en la ideología de género un desesperado intento del poder para perpetuar la división entre hombres y mujeres e impedir que tomemos consciencia de que todos tenemos el mismo valor, pues si tomamos consciencia de eso, sin duda nos uniremos, y ya se sabe que “pueblo unido jamás será vencido”.
Una persona sensata sabe que los medios de comunicación de masas no difunden noticias sobre suicidios para no causar un “efecto llamada” y se pregunta ¿Por qué en otros casos de violencia esos mismos medios hacen justo lo contrario? Y no me refiero solo a la “violencia sexual”. Nos pasamos la vida viendo “noticias” violentas, películas violentas, jugando a juegos violentos, blanqueando la violencia y convirtiéndola en entretenimiento ¿Y luego nos lamentamos? ¡Si hoy haciendo un simple zapping me he topado con cinco o seis pistolas!
¿Cómo juzgar a aquel adolescente americano que se puso a disparar un rifle en el instituto, siendo que su padre se dedicaba a fabricar misiles, en una empresa sita en la misma localidad? ¿No fueron los políticos los que iniciaron aquella guerra en Oriente Medio en contra de la opinión, casi unánime, del pueblo español? ¿No fueron también ellos los que celebraron el linchamiento de Bin Laden, de Gadafi y de tantos otros? ¿En un estado de derecho celebran que se ejecute a personas, y además sin juicio? ¿No es eso violencia? ¿No es violento que, en un país de “la rica Unión Europea”, falte la comida a muchos niños? ¿Cómo estarán en un país del “tercer mundo”? ¿No es violento que exista un tercer mundo?
Es evidente que las leyes de género no han servido para que disminuya la violencia sino para que aumente, y ahí están las estadísticas para quien quiera verlo. ¿Qué puede hacer una simple ley que prohíbe la violencia en una sociedad que la aplaude y celebra? Todas las leyes humanas son imperfectas porque todas se pueden violentar. Eso lo sabe cualquier persona sensata. Las leyes verdaderas se reconocen, precisamente, por lo contrario, porque resulta imposible transgredirlas, porque se cumplen siempre, a rajatabla, se quiera o no. La ley de causa y efecto, por ejemplo, viene a decir que toda acción obtiene una reacción en igual medida –Hay quién la llama “ley del equilibrio”-. Ahora estamos presenciando el ascenso de la “extrema derecha” que viene a compensar el extremismo de la ideología de género pues ¿No están siendo censurados por pedir una ley que proteja, por igual, a hombres y mujeres? ¿Los fachas, pidiendo igualdad, censurados por los que se manifiestan a favor de la igualdad? Cualquier persona sensata se pararía, un momento, a reflexionar sobre las tremendas incoherencias que estamos presenciando. Los insensatos lo son, precisamente, porque no reflexionan –Prefieren enfadarse-.. Pero con eso no evitarán que se siga cumpliendo la verdadera ley.
