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Tribulaciones invernales de un “pinchado”: ¿Cómo serán los próximos cuatro meses?

  • Escrito por Javier Iraola Galarraga
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TRIBULACIONES INVERNALES DE UN “PINCHADO”

¿Cómo serán los próximos cuatro meses?

Sin lugar a dudas que en los próximos meses de diciembre, enero, febrero y marzo volverá a reproducirse el ciclo anual de la gripe y como consecuencia, normalmente, también de manera cíclica, se producirá una sobrecarga en las unidades hospitalarias y en las unidades de UCI —especialmente en enero y febrero—, a pesar de que habitualmente un 50 por ciento de la población mayor de 70 años suele tener el hábito de tomar el pinchazo gripal.

Para este año, desafortunadamente, la campaña de inyección masiva del KO-B1D, aplicada a toda la población por igual y sin focalizar en las circunstancias y particularidades de los grupos específicos según la edad y la condición, ha alterado el escenario habitual del invierno, introduciendo un gran número de incógnitas que pueden condicionar lo que va a ocurrir en estos meses fríos y gripales, siendo muy posible que se llegue a un colapso excepcional de los servicios sanitarios en España. Desde luego que la gripe de 2017 o de 2018 o de 2019 o de 2020 o del 2021 —que la hubo, por supuesto— han sido totalmente diferentes a esta que se producirá en el 2022.

Efectivamente este año resultará inédito, ya que un 80 por ciento de la población española se enfrenta al proceso gripal anual con un añadido de dos o tres pinchazos experimentales que ha recibido en su organismo para protegerse del KO-B1D. Estos pinchazos fueron impuestos bajo la promesa de que se lograría la inmunidad, de que no iban a tener efectos negativos en su organismo, de que iban a potenciar la salud individual, de que se iba a detener la progresión y la propagación de la enfermedad, de que se volvería a la normalidad, de que el pinchazo, en todo caso, les libraría de la muerte y la gravedad en un posible e improbable contagio —en caso de que se produjera—, de que iban a proteger a los demás y, sobre todo, de que era imprescindible. En esas circunstancias, la inyección adicional de la gripe anual tendría que ser suficiente para asegurar un invierno controlado y de efectos suaves.

Sin embargo, la realidad se empeña en ser muy diferente. Los pinchazos ofrecen una protección limitada y temporal que requiere de repeticiones con efectos acumulativos desconocidos, pero que se sospecha puedan ser muy fuertes, mientras que también los efectos adversos «conocidos» de los pinchazos son numerosos y severos —los listados son extensos—, los efectos adversos «sospechados» son preocupantes y los efectos adversos «desconocidos» ya vendrán más adelante, pero vendrán. No se ha recuperado la normalidad, no se ha detenido la propagación, no se han abandonado prácticas restrictivas, no se ha detenido el contagio, se ha potenciado la aparición de nuevas cepas, en los casos de contagio las reacciones han sido severas y, sobre todo, que se ha demostrado como algo que, salvo aplicaciones individualizadas concretas, era totalmente innecesario.

Pero eso no es todo. Existe, además, una gran preocupación, compartida por muchos expertos del más alto nivel mundial, ante la posibilidad de que el sistema inmunitario de las personas pinchadas caiga a límites muy bajos, ya para el mes de diciembre, dejándolas demasiado vulnerables ante un período que requiere de un sistema inmunitario en buen estado. Esta preocupación se extiende hacia la posibilidad de que el tipo de agentes que contienen las inyecciones esté provocando el «Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida» o el riesgo de padecer una «Enfermedad Potenciada por Anticuerpos», lo que facilitaría un gran aumento del riesgo de efectos graves en personas cuya situación, por enfermedades crónicas o bien organismos deteriorados, sea vulnerable.

Para completar el panorama, los propios fabricantes de los pinchazos advierten en sus prospectos y en sus estudios sobre el desconocimiento y la incertidumbre de los efectos que pueda causar la interacción de sus productos con la de otros medicamentos —incluido, por supuesto, el pinchazo de la gripe— y, de hecho, el antecedente disponible para los meses de enero y febrero de este año 2021, según los datos del Imserso, no es nada tranquilizador, puesto que indicaba que la actuación conjunta de ambos pinchazos en personas mayores de 70 años viviendo en Centros Residenciales fue nefasta, causando una mortalidad muy alta en las semanas coincidentes a la inyección masiva.

En resumen, que una persona pinchada completa del KOB1D, puede verse envuelta, en los próximos cuatro meses, en una espiral de situaciones de daños y pérdida de salud peligrosa causada por:

 El contagio del virus, al tener solo protección temporal.

 Los efectos de la gripe estacional.

 Los efectos adversos acumulativos de los nuevos pinchazos.

 Los efectos adversos ya conocidos por los viejos pinchazos.

 Efectos derivados de su sistema inmunitario deteriorado.

 Efectos de la «enfermedad potenciada por anticuerpos».

 Los posibles efectos por interactuación de medicamentos.

 Efectos desconocidos nuevos que pueden surgir.

Aunque parezca un panorama a priori muy complicado, es fácil hacer la predicción de que el sistema sanitario, en estas circunstancias, se colapsará por la sobrecarga de hospitalizaciones y de ingresos en UCI de los próximos meses, lo que va a ir ocurriendo de una manera gradual y progresiva desde el mes de diciembre, alcanzando su zenit en enero y mediados de febrero. Y, ¿qué ocurrirá después en el mes de marzo? ¿Desaparecerá de forma natural cuando termine el ciclo de la gripe? ¿Volverá la situación de calma, como ha sido habitual en otros años?

Desde luego que es esta es una de las grandes incógnitas que se plantean actualmente. Si se tiene en cuenta que un 80 por ciento de la población en España tiene ya los pinchazos completos, eso significa que hay un riesgo potencial que afectará a 37 millones de personas, lo cual es extremadamente inquietante, siendo muy probable que se mantenga la situación de colapso y abundancia de casos una vez que el ciclo natural de la gripe haya terminado, debido a la propia activación que el invierno habrá causado sobre estados inmunológicos debilitados. Por ello, será preciso poner mucha atención en la evolución de cifras y datos en esos meses para saber reaccionar a tiempo y con eficacia. Aunque bien es cierto que, puesto que España tiene un grave problema de carencia de plazas de hospital y de carencia de unidades UCI —con una de las tasas más bajas de Europa en UCI,s—, es muy posible que la capacidad de reacción sea limitada y planteada desde la escasez.

Y, ¿cómo será interpretada esta situación «oficialmente»? Para poder contestar a esta pregunta hace falta conocer qué fase del proceso se está viviendo en cada momento. En general, en los momentos actuales se está viviendo la «Etapa de la Negación». Luego vendrá la «Etapa del Sufrimiento», después la «Etapa de la Indignación» y finalmente la «Etapa de la Reacción Final».

La actual «Etapa de la Negación» consiste en negar, por todos los medios, que nada de lo que ocurra estará causado por el efecto del pinchazo. Ha costado mucho conseguir llevar a un grado de enajenación y confusión colectiva a la inmensa parte de la población y ahora ya no se puede echar marcha atrás, puesto que supondría un verdadero colapso emocional y mental. Por ello, esta es la etapa que predominará en los próximos cuatro meses y hay que estar preparados para todo tipo de justificaciones oficialistas alucinantes sobre lo que ocurra, acompañadas de la manipulación de las cifras que haga falta.

En este sentido, no hay que perder de vista que «los casos» se producen cuando y donde sea necesario —es decir en cualquier grupo de edad— mediante la aplicación de pruebas de alto ciclo, y que «las hospitalizaciones», «los ingresos en UCI» y «los fallecimientos», que se asignan a la enfermedad, son tomados de bolsas disponibles generales, sin tener que justificar su origen en detalle. Lo malo es que, justificaciones aparte, el escenario de caos se va a producir y el sufrimiento será real. En esta «Etapa de Negación», la focalización se seguirá concentrando en el castigo y persecución de aquellas personas que no han autorizado a que se experimente con su organismo y cuya individualidad ha resistido el ataque del miedo, la desinformación y la confusión global, no estando dispuestas a comulgar con ruedas de molino.

Pero, como la negación no solamente será oficial sino que la inmensa mayoría de los pinchados no estará todavía en condiciones de salir de este bucle de negatividad, seguirán manteniendo su creencia y su confianza ciega en las versiones oficiales. Entonces, es muy posible que esa estrategia de hostigamiento a los no pinchados genere el ambiente adecuado para justificar el planteamiento de cambios legislativos radicales siempre orientados, por supuesto, a la defensa del bien común y que serán bienvenidos por la masa social como «protectores» de su seguridad. Pero casi al mismo tiempo se iniciará la «Etapa del Sufrimiento» de una forma cada vez más generalizada, siendo esta etapa la que puede dar lugar a un giro radical de la situación. Será el momento, en estos meses, en el que un número importante de personas comience a padecer y sentir «físicamente» en sus propias carnes el daño y el sufrimiento que todas esas causas vistas anteriormente les puede provocar, daño que 6 muy posiblemente necesitará de atención hospitalaria. Entonces, al margen de todo lo que se les diga, la experimentación será personal, individual e íntima, de tal modo que cada persona estará siendo testigo de lo que le está pasando directamente a ella y a su entorno cercano, observando que les están ocurriendo cosas «que nunca antes les habían ocurrido». Obviamente, para que esta etapa se desarrolle es preciso que las valoraciones sobre la proliferación de reacciones y eventos adversos esperada sea cierta y ocurra de verdad según lo previsto. En estas circunstancias se teme que la complicación de los casos provocará un aumento de la mortalidad muy doloroso, el cual se pretenderá tapar con mil causas ajenas.

Si es así, se abrirá el camino para el desarrollo de la «Etapa de la Indignación». En efecto, la acumulación en esos cuatro meses de tantas experiencias de daño y sufrimiento individual será posiblemente el único camino —desafortunadamente— para que muchas personas se pregunten sobre la verdad subyacente detrás de tantas promesas incumplidas, y comiencen a identificar a los verdaderos responsables. No es fácil que esto ocurra masivamente dado que tendrán que superar el hechizo recibido a lo largo de 600 días desde los medios oficialistas —es decir, casi todos— y tendrán que aceptar el error de una decisión personal inexplicable, asumiendo la responsabilidad individual de los actos propios, algo que exigirá de mucho valor. Pero, sin duda, que el dolor y el sufrimiento acumulado de muchas personas ayudará a despertar del hechizo hipnótico y de la sumisión a muchas de ellas.

De tal modo que la «Etapa de Reacción Final» verá cómo se decanta la balanza, si hacia el lado de la reacción y de la exigencia de responsabilidades a los partícipes directos, hacia la vuelta a la cordura legislativa, policial y sanitaria y hacia la recuperación social del miedo acumulado, o bien si se decanta por aceptar lo que ya será de por vida la pérdida de la individualidad y de la libertad, sometida permanentemente por motivos superiores de orden y seguridad a un sistema sanitario totalitario. Lo que ocurra, finalmente, dependerá del número de personas que en la «Etapa de Sufrimiento» hayan visto la luz de la verdad y estén dispuestas a que las cosas cambien radicalmente. La cuestión es, por tanto, elemental: ¿despertarán a la verdadera realidad, por el camino del dolor y del sufrimiento, las suficientes personas para cambiar el modelo?

¿De qué magnitudes estamos hablando? ¿Hay forma de evaluar con más concreción las consecuencias que tanto se temen durante estos cuatro meses? La verdad es que estamos asistiendo a un momento de la historia del ser humano inédito y que no ha tenido precedentes anteriores, pero la negación oficial de la realidad, como sistema, no es buena consejera para anticipar respuestas eficaces, y la reiteración de la obscena insistencia en la inyección masiva mundial como única solución indispensable no deja hueco a la esperanza de otras alternativas. Por ello, se va a la vivencia de este período tan incierto con una ceguera total. Los próximos cuatro meses, las autoridades sanitarias se van a enfrentar a un verdadero lío. No sabrán si las incidencias les vienen de los efectos negativos de las inyecciones, si serán procedentes del proceso gripal anual o bien si serán reductos de la infección por KO-B1D. Pero, en cualquier caso, se las van a tener que arreglar para hacer frente con sus escasos medios a la avalancha esperada.

ANEXOS DE SOPORTE

En los anexos siguientes se exponen y recogen las informaciones que han servido para soportar los comentarios realizados en el artículo. A destacar que todas ellas están centradas en cifras y datos oficiales que han sido ofrecidas por los propios medios oficiales a lo largo de la enfermedad. A destacar, también, que el lenguaje y los mensajes oficiales han llevado sistemáticamente la contraria a una realidad que, con persistente obstinación, ha mostrado la verdadera cara de la situación…para el que la ha deseado ver.

ANEXO I: Donde se puede ver lo indispensable que es focalizar bien las medidas a tomar, según los grupos de población básicos. Hecha la clasificación por grupos, el comportamiento del virus a lo largo de 550 días es diáfano.

Gracias a la información del RENAVE ─la cual ofrece la información clasficada por grupos de edad─ y del IMSERSO ─el cual facilita los datos del Covid correspondientes a los Centros Residenciales de mayores de España─, es posible separar las cifras oficiales de incidencia del virus, a nivel nacional, en cuatro grupos para los 550 días de Covid hasta el 25 de agosto de 2021.

Estos cuatro grupos son: El Grupo A de personas mayores de 70 años, viviendo en Centros y Residencias de Mayores; El Grupo B de personas mayores de 70 años viviendo en domicilios particulares; El Grupo C de personas entre los 30 y los 69 años; Finalmente, el Grupo D formado por todas las personas con menos de 30 años. Esta clasificación es relevante para indicar las estrategias focalizadas que, desde el primer momento, debieran haber sido tomadas en función de los grupos de población y no, por el contrario, la generalización de medidas que causan y han causado un daño colectivo de grandes dimensiones y graves consecuencias.

La realidad ha mostrado en todo momento con obstinación ─por supuesto, desde el punto de vista médico-sanitario─ la existencia de una gripe leve, de fácil transmisibilidad, de consecuencias sanitarias muy asumibles ─salvo excepciones muy puntuales─, que ha ido generando inmunidad natural en una parte muy importante de la población y que, además, ha tenido una repercusión «MUY baja» en la población de menos de 30 años y «ABRUMADORAMENTE baja» en la población por debajo de los 15 años. Por tanto, jamás, según la información disponible ha estado justificado desde el punto de vista médico-sanitario el «Estado de Alarma», ni la calificación de «Crisis Grave Sanitaria», ni la del «Estado de Emergencia» y ni mucho menos el «Estado de Máxima Urgencia». De hecho, la salud de la población no ha estado comprometida en ningún momento, con una tensión sobre el sistema sanitario totalmente manejable y que ha afectado a los diferentes grupos de edad de la población de manera totalmente diferente.

ANEXO II: Donde se puede ver cómo las conclusiones sobre el comportamiento de la población en los ensayos de las inyecciones, presentados en su tiempo por las compañías farmacéuticas, guardan una coherencia total con el comportamiento descrito en el anexo anterior.

Los resultados en los ensayos de las inyecciones de Pfizer y de Moderna, se hicieron excluyendo a los mayores de 70 años, a los menores de 16 años y a todas aquellas personas que no estuvieran sanas, y ofrecieron el escenario de un KO-B1D que se asimilaba a una gripe leve, de escasas repercusiones en la gente sana de menos de 70 años y más de 16, que causaba escasos problemas sanitarios y sin fallecimientos.

El consejo de la FDA en sus normas generales requiere a los proveedores de información que el solicitante: “Proporcione riesgos absolutos, no solo riesgos relativos. Los pacientes se ven indebidamente influenciados cuando la información de riesgo se presenta utilizando un enfoque de riesgo relativo; esto puede resultar en decisiones subóptimas. Por lo tanto, se debe utilizar un formato de riesgo absoluto». Sin embargo, la FDA ha omitido en todas sus evaluaciones de autorización de la inyección de Pfizer, cualquier mención a la, según ellos mismos, importantísima noción de Riesgo Absoluto, tergiversando de esa manera todas las evaluaciones. Ejemplo sobre el ensayo de Pfizer:

Eficacia Total y Absoluta: Pinchando a las 18.325 personas que no se inyectaron el producto, se podía haber aliviado a 152 de un contagio leve de la enfermedad.

Eficacia Relativa: De las 159 personas que enfermaron levemente por no haberse pinchado, se podía haber aliviado a 152. Pero, en cualquier caso, como desafortunadamente no se sabe a priori cuáles van a ser esas 159 personas las que resulten contagiadas, se tendría que pinchar a las 18.325 para lograr que esas 152 no enfermaran levemente.

Única Conclusión Científica Fundamentada: El pinchazo propuesto en el ensayo para el Grupo Objetivo Evaluado es ABRUMADORAMENTE INNECESARIO. La seguridad y la eficacia pasan a ser totalmente secundarias.

ANEXO III: Donde se puede ver cómo, a pesar de todas las afirmaciones hechas, las inyecciones no han podido demostrar su eficacia en España, puesto que las cifras de contagios se redujeron por si mismas a la mínima cantidad, de manera natural, al terminar la gripe a mediados de marzo, justo cuando las inyecciones masivas eran únicamente del 2.5 al 4,5 por ciento del total de la población.

La vacunación ha llegado tarde en 2021 para poder demostrar su eficacia puesto que, cuando comenzaba, ya se encontró con una gripe leve que había desaparecido de manera natural y cíclica estacional (todos los valores estaban en sus niveles mínimos y apenas significativos al 30/03/2021). Esto se observa con total claridad en el interesantísimo gráfico de la tasa de contagio por millón de habitantes para el período comprendido entre el 28 de diciembre de 2020 y el 12 de noviembre de 2021, en una serie de días intermedios representativos. Al comparar la evolución de las tasas de contagio y del porcentaje de inyecciones se observa cómo no solo es imposible demostrar la eficacia de los pinchazos, sino que de los movimientos de ambas curvas se deduce una interacción bastante irregular.

En el caso de la Comunitat Valenciana el efecto de «llegar tarde para demostrar nada» todavía es más claro, dado que los valores de contagio cayeron casi a cero el 30 de marzo de 2021, cuando la inyección masiva no llegaba la 5 por ciento.

ANEXO IV: Donde se puede ver cómo las campañas de inyección masiva no guardan relación con la reducción de los contagios y de los fallecimientos, sino todo lo contrario.

Para confeccionar el cuadro siguiente se ha tomado la información de la página web del «Johns Hopkins University» al 23 de octubre del 2021 a las 18:00 horas, respecto de las principales naciones del mundo en lo relativo al «número total acumulado de contagios» y el de «fallecimientos» por KO-B1D. A dicha información se ha restado la cifra acumulada de contagios y fallecimientos obtenida 14 días antes, por el mismo procedimiento, es decir, los datos correspondientes al 7 de octubre de 2021 a la misma hora. De esa forma, mediante unas sencillas restas, se pueden obtener las tasas de contagios y las tasas de fallecimientos por millón para esos 14 días de cualquier país que se desee. Para contrastar esa información así obtenida con los datos del mismo período, pero del año anterior, se ha recurrido a los informes del Ministerio de Sanidad ─tasas de contagio por millón y tasas de fallecimientos por millón─ de las Actualizaciones emitidas para el 23 de octubre y el 7 de octubre del 2020, obteniendo la cifra comparativa para un mismo período, pero con la particularidad de que en el año 2020 todavía la campaña de pinchazos era inexistente.

Queda evidenciado que, en general, cuanto más alto es el porcentaje de vacunación en un país, más alta es la tasa de contagio y de mortandad, así como también queda evidenciado que ambas tasas aumentan, frecuentemente, con respecto al año anterior libre de inyecciones, cuando las tasas de pinchazos son más altas.

ANEXO V: Donde se puede ver cómo la campaña de pinchazos masiva en los Centros y Residencias de España del més de enero y febrero de 2021, antes de «demostrar» su efectividad, causó en esas mismas semanas de los pinchazos un exceso de mortalidad muy importante con respecto a la media semanal de antes de comenzar la campaña.

Se dice que la inyección masiva en Centros y Residencias ha acabado con las muertes de los mayores, pero para ello primero tuvo que causar una gran mortandad cuando se administraron los pinchazos, tal y como informó el Imserso sobre el comportamiento del KO-B1D en sus informes oficiales de esas semanas. Es lo que se muestra en los dos gráficos siguientes:

ANEXO VI: Donde se puede ver cómo los efectos adversos de los pinchazos durante el año 2021 han sido muy importantes. Al respecto, los sistemas de control y recogida de la información de USA (Vaers), de Europa (EudraVigilance) o de España (Fedra), indican unas cifras de efectos secundarios muy preocupantes, sabiendo además que estos sistemas de recogida de información no tienen en cuenta más que una infima proporción de las que realmente ocurren.

En efecto, las cifras que se incorporan a los sistemas de vigilancia citados, por su complejo y burocrático proceso de recogida de la información, no tienen en cuenta más que un muy pequeño número de las incidencias reales. Ocurre, también, que no todas las incidencias que se contemplan están comprobadas como causadas por los pinchazos, si bien hay que reconocer que debido al proceso, normalmente se reconocen las que son muy sospechosas de tener dicha procedencia. Para evaluar con un poco más de realismo el alcance verdadero de esta cuestión se propone una evaluación en la que se tienen en cuenta dos pasos:

Primero, multiplicar por veinte los casos reconocidos en dichos sistemas oficiales.

Segundo, considerar que de ese resultado, únicamente el 60 por ciento de los casos tienen asociación directa con las inyecciones.

En el cuadro anterior se obtiene la proyección de lo que significa estudiar los informes de efectos adversos con una estimación más real de lo que de verdad está ocurriendo. Las porcentajes sobre el total de personas con las dosis completa son suficientemente significativas y no requieren de explicación. Por cierto que los resultados para España son indicativos de que se registran muy mal los eventos adversos, en especial los fallecimientos. Sus números no guardan coherencia con las declaraciones de los otros países.

Adicionalmente, en el cuadro siguiente se obtiene esta información para Europa, pero en el que es posible detallar los efectos adversos en función de su origen. De nuevo las cifras de las tasas por millón se explican por sí mismas. A destacar, por ejemplo, que una vez que se hace la conversión hacia unas cifras más reales, las tasas por millón de trastornos severos que pueden ocurrir a una persona con los pinchazos completos es de nada menos que 32.000 por millón (los trastornos severos en Europa son aproximadamente el 50 por ciento del total de los eventos adversos).

ANEXO VII: Donde se puede ver cómo las medidas que se ha ido tomando a lo largo de los veinte meses de virus no han tenido efecto sobre las alteraciones de los principales parámetros: contagios, hospitalizaciones, ingresos en la UCI y fallecimientos. De hecho el comportamiento del virus no ha tenido reglas y ha seguido su propia evolución.

De la observación del cuadro anterior se deduce, además de las verdaderas dimensiones del efecto del virus en el tiempo, la constatación de que las variaciones del comportamiento de la transmisión en esos 565 días no han tenido que ver, de manera muy directa, con la adopción de unas medidas de intervención concretas, puesto que el virus ha hecho su evolución natural al margen de medidas, subiendo y bajando la intensidad de su influencia sin reglas fijas ni relaciones de causa-efecto, aunque dentro de un contexto de gripe cíclica ligera. Este hecho de la «no relación entre las medidas tomadas y las evoluciones del virus» es observable, con mucha claridad, en las diferentes evoluciones que ha seguido en diferentes países del mundo con medidas muy dispares, sin una relación demostrable entre la eficacia de una medida y sus resultados. A continuación, para ver la evolución de los principales parámetros de la enfermedad desde el inicio hasta el final de octubre de este año se adjuntan los gráficos de evolución.

ANEXO VIII: Donde se puede ver cómo el verdadero problema del colapso sanitario en España se produce por la carencia de unidades de UCI y de camas hospitalarias. También en este caso las cifras se explican por sí mismas:

La Comunitat Valenciana, como detalle curioso, ocupa el penúltimo lugar por la cola de entre las diecisiete CCAA de España, tanto en lo que respecta a la tasa de camas de hospital por 100.000 como de la tasa de unidades de UCI.

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Elver Gato Chatiesa
Elver Gato Chatiesa
2 años

Creo que esto ya no tiene solución, independientemente de que te inocules o no.

De aquí al 2030 no me extrañaría que hubiera fallecido un 50% de la población mundial, inoculados o no.

Razones:

– El virus existe y su origen es desconocido. Ya nadie se cree ninguna explicación, oficial u oficiosa.
– El virus parece estar específicamente diseñado para producir todo lo que está pasando: tiene una baja tasa de mortalidad pero genera víctimas de todo tipo y condición. La disnea (ASFIXIA) como síntoma estelar de la enfermedad, es perfecta para sembrar el terror y debutar psicosomáticamente en el paciente con síntomas leves, multiplicando su miedo y agravando el cuadro y la sensación general que se tiene sobre la situación pandemica (que existe pero está provocada).
– La motivación exclusivamente económica para generalizar los pinchazos simplemente no cuela: siempre ha habido intereses de mercado mezclados con la potente industria farmacéutica, pero jamás se había generado y promocionado generado semejante campaña mundial de propaganda y coacción oficiales, a la vez que tal aluvión de ruido oficioso (y también oficial, que por cierto existe y muy abundantemente).
– Si el dinero no es lo único que está detrás de todo este montaje (con efectos y víctimas reales, repito; no caigamos en el ruido de los que dicen que no existe) es más que lógico pensar, dado el paroxismo del furor vacunatricio, que aquí hay gato encerrado. Súmale las noticias sobre todos los efectos adversos que están empezando a conocerse, y los discursos de muchos filántropos de rancio abolengo que se creen con poderes y capacidades para gestionar el destino de la humanidad, ET VOILÁ: tienes como resultado la manifestación de una política eugenésica encubierta, en toda su crudeza, y a nivel mundial.
– Y ahora viene lo que seguramente vaya a ser un GIRO DEL PLAN QUE TENÍAN MONTADO a la vista de las circunstancias sobre como se ha ido desarrollando. ¿Qué hacemos con esa -nada despreciable según países- cantidad de gente que parece que ha puesto pie en pared decidiendo no inocularse? Y lo que es más preocupante… ¿qué hacemos con esa -indeterminada pero sospechosamente creciente- cantidad de gente que una vez inoculada, siente vivos deseos de no repetir la experiencia a la vista de su propia vivencia y del aluvión de incongruencias del relato oficial? Muy sencillo: MATAR 2 PÁJAROS DE UN TIRO, pero de la misma forma insidiosa y sibilina que han venido haciéndolo todo hasta ahora. Nada de campos de concentración… jajaja (la “teoría de campos” es otro prefecto ejemplo de ruido oficial).
Está claro que el Nuevo Orden Mundial no quiere personas que se cuestionen los hechos cuestionables, ni que sean capaces de soportar un transcurso vital a contra-corriente. Estas personas son el germen del tipo de revueltas que hacen caer regímenes enteros. El Nuevo Orden Mundial no quiere no inoculados. Nosotros mismos nos estamos señalando, advirtiéndoles a gritos sobre nuestra presencia. Si el plan es reducir drásticamente la población, los primeros a los que querrían eliminar es a los no inoculados.
Y esto lo pueden hacer de una forma muy fácil: es posible que los refuerzos que pongan a partir de ahora vayan orientados a otra cosa diferente más que a poner fecha de caducidad a los receptores (con efectos adversos a largo plazo… los de corto plazo son fallos de diseño del veneno diferido… no van a ser tan tontos de pegarse un tiro en el pie).
¿A qué cosa, pues? Muy sencillo: proteger contra un agente letal específico y en reserva que acabe selectiva y progresivamente con los no inoculados en el momento que sea liberado como lo fue el virus original. De hecho, de esta forma matan 3 pájaros de un tiro: los que inicialmente no se quisieron inocular + los que se bajaron del barco a la vista del tufo que destila todo el asunto + sembrar un terror definitivo entre los inoculados, gracias a esta oleada de “muerte negacionista” para que no vuelvan a dudar en su puta vida cuando les llamen a poner el brazo.

Resultado: una dócil humanidad de borregos (ya que los que no lo eran murieron) a la que convenientemente se le establece su fecha de caducidad en función del “trabajo bruto” que pueda ofrecer a la “sociedad”, residente y sostenible como nunca. Vía vacunas, por supuesto. La natalidad sería controlada in vitro a partir de algún momento en el futuro.

Hay mucha gente que no quiere asumir las múltiples evidencias que apuntan a una realidad de oligarcas eugenistas que manejan los gobiernos-títere en la sombra y que han decidido poner en marcha el plan definitivo, tras muchos años de estudio.

No les culpo, es normal que no quieran hacerlo. Es una realidad horrorosa, y como cualquier realidad, imposible escapar de ella.

Rafael
Rafael
2 años
Respuesta a  Elver Gato Chatiesa

Le felicito por su comentario. No puedo estar más de acuerdo con las hipótesis de futuro y reconozco que sobra toda la Paya y que queda muy poco grano después del aventado.
La situación la califico de angustiosa.
La caridad se enfriará y, de confirmarse los escenarios, nos vienen días en los que muy pocos resistirán.

Elver Gato Chatiesa
Elver Gato Chatiesa
2 años
Respuesta a  Rafael

Por lo menos nos iremos al otro barrio sabiendo qué había realmente tras los decorados, que no es poco. Ánimo.

Neogoldstein
Neogoldstein
2 años
Respuesta a  Rafael

Tu teoría es más que conspiranoica, pero hay que reconocer que tiene su coherencia.
Es cierto que los no vacunados nos estamos identificando como personas inconformistas y críticas, pocos sumisos con los mecanismos sociales de control de masas.

Argiñe
Argiñe
2 años

Vaya pedazo trabajo de recopilaciòn y anàlisis de datos. Ando eginda Javier Iraola Galarraga Jauna

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