Von der Layen: Una familia unida por la FarMafia
La Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se doctoró en medicina. Su apellido de soltera es Albrecht y su marido Heiko es director médico de Orgenesis, una empresa biotecnológica estadounidense especializada en terapias génicas, como las vacunas de Pfizer y Moderna, tal y como informan nuestros compañeros de mpr21.
Forma parte de su Consejo Científico desde 2019 y ocupa su cargo desde septiembre del año pasado. Pfizer y Orgenesis mantienen una relación muy estrecha. La empresa Orgenesis participó activamente en el desarrollo de la vacuna Pfizer, y ahora está desarrollando el programa BioChield, que tiene la intención declarada de inventar una supervacuna que están probando en ratones.
Previamente Heiko von der Leyen y el vicepresidente de Orgenesis, Vincent Wandamm, trabajaron durante 11 años para GlaxoSmithKline (GSK), una multinacional farmacéutica británica. Antes de incorporarse a GSK, Vandamm fue director de calidad durante ocho años de Pfizer. Muchos otros empleados de Orgenesis también trabajaron previamente en Pfizer.
Poco antes de la pandemia, en agosto de 2019, GSK y Pfizer anunciaron un acuerdo para combinar varios de sus negocios en una empresa conjunta GSK Consumer Healthcare. Los vínculos entre Pfizer y Orgenesis también son evidentes. Sus mayores accionistas son los mismos fondos de inversión, según la Bolsa de Nueva York.
Los contratos firmados entre Pfizer y Ursula von der Leyen no sólo son secretos, sino que el intercambio de mensajes de texto y llamadas telefónicas entre ambas partes se han borrado deliberadamente. Ursula se ha pruesto derogar el Código de Nuremberg para que las vacunas sean obligatorias para los 445 millones de personas que viven en la Unión Europea.
Por eso no es posible confirmar si Pfizer ha pagado comisiones por la firma del contrato, en qué cantidad y, sobre todo, a quién. Pero los conspiranoicos hacemos los siguientes números: a razón de 20 dólares cada dosis, Pfizer ha sacado a la Unión Europea 36.000 millones de dólares. Por un contrato de ese volumen, en Bruselas se paga una comisión del 2 por ciento, es decir, que alguien se ha metido en los bolsillos 760 millones de dólares en comisiones. Es lógico que preconice vacunar a todos los europeos, y cuantas más veces mejor. Por lo civil o por lo militar.
Ya existió un conflicto de intereses con el hijo de Ursula von der Leyen, David, que trabajaba en la consultora McKinsey y, como tal, participaba en los beneficios de la empresa. McKinsey recibió millones de euros por asesorar a la Bundeswehr, el ejército alemán, cuando era ministra de Defesan del gobierno. La multinacional McKinsey es la empresa que ha diseñado las campañas publicitarias de la pandemia, e incluso se ha encargado de la logística de distribución de las vacunas, como ya informamos en otra entrada.
La farmafia vacunazi actual es una excepción en todo el complejo petrol-farmacéutico global?
Si en la UE hubiera un diputado medianamente legal, pediría inmediatamente la dimisión de esta señora por flagrante conflicto de intereses. Incluso en el hipotético caso que las vacunas fueran buenas. Es una auténtica vergüenza y una inmoralidad.
¿Pero alguien en su sano juicio se puede creer que ni un solo diputado del parlamento europeo, especialmente los más beligerantes y radicales, no hayan dicho a estas alturas “ni mu”? De ser cierto algo así, sería ya noticia y un bombazo. Y no, no me voy a creer que todos los miembros del parlamento son unos corruptos encubridores.
Al parecer ya ha habido un eurodiputado rumano que ha pedido su dimisión en la Eurocámara. Y la defensora del pueblo de la Unión Europea también se ha quejado de la falta de transparencia de la comisión. Son gloriosas excepciones.
Mckinsey está en todos los fregados, contratos, asesoramiento de gobiernos y ccaa para la agenda. Es el correo de distribución a nivel global de todo: normas sanitarias, educativas, etc tras la plandemia y que era extraordinariamente parecido en países de idiosincrasia diferentes.