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POLITICA

Totalitarismo saludable

  • La opinión de Alfons Martí, escritor y licenciado en Filosofía y letras
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Totalitarismo saludable  

Como escritor y autor de biografías de estudiosos del totalitarismo como Hannah Arendt y Elias Caneti, decidí desde marzo hasta junio del 2020 escribir el día a día de los horrores y situaciones que coincidían descaradamente con los rasgos ya conocidos y que son el fundamento del Régimen actual de la inyección de masas.

Así, en “A la caza del contaminado” (Hebrasdetinta, 2020) dejé constancia de hechos cotidianos y universales dejando hablar a los protagonistas, para comprender la naturaleza de la Nueva Política retratando los actos de la comunidad ritualizada, la propaganda y tecnócratas “expertos”.

En febrero del 2020, al protagonista le llama la atención cómo en los programas más netamente de cotilleo y sociales, de buen tono social pero masivos hablan de “sospechosos de coronavirus”. De repente, una nueva categoría criminal muy similar al terrorista químico emerge como pilar del discurso social y luego político total: el enfermo misterioso. El esquema: hay que descubrir la maldad encarnada en una misteriosa y perversa enfermedad y rápidamente se aplaudió la aparición del detector de criminales ocultos llamado PCR.

Todo Régimen totalitario vive “de contradicciones” como dijera el propio Hitler. Si no saben ni de dónde sale ni en qué cosiste la enfermedad, ¿cómo saben su remedio inyectado o que el PCR vale? La respuesta está en la naturaleza de las sectas a la luz del día. Todos “creen” en algo que no se ve pero que debe determinar y fabricar toda la realidad, tanto económica como política como personal. La fórmula mágica que lo explica todo. Viajando a inicios de marzo, el protagonista se da cuenta de que el horror está al caer porque ya nadie habla de nada, ni del mundo ni de política ni deporte ni nada de nada. Todo desaparece. Y cuando “el mundo común desaparece los totalitarismos gobiernan desde dentro a las masas fabricando la realidad de forma lógica implacable”, escribió Hannah Arendt.

Solo hablaban del virus. la ciencia ficción quiso ser real y al día siguiente del decreto de obligatoriedad de la ficción, la NASA avistó un OVNI y los terraplanistas surgieron de las sombras. Lo imposible, indistinguible de lo posible.  ¿Qué dogma? El discurso del virus quiere trasladar a la realidad la fantasía genocida de numerosas películas que desde el 2000 desarrollan un guión repetido: dos parejas circulan por carreteras llenas de personas moribundas con masacarilla.

En un contexto de narcisismo galopante, estar enfermo es señal de ser peor que un apestado. Estar enfermo es ser literalmente un criminal incurable. “No hables con nadie no toques nada” dicen los protagonistas esquivando a una niña con mascarilla y una manchita roja en la cara. Fantasía psicópata, la niña también la ven como moribunda.  

Ser débil es sinónimo de estar muerto. Para desarrollar en la realidad la fórmula “morirán muchos millones” que dijo Bill Gates basta destruir el Derecho captando a una masa adepta a la supervivencia y deseando “ser del equipo ganador”. Por eso Rafa Nadal es un héroe al vencer como emblema del Régimen que elimina al rival sin dejarle jugar ni defenderse. 

Cuando en marzo del 2020 los Estados adoptaron el guión, se buscó la fidelidad de unas masas del supuesto equipo de supervivientes y a quienes si el Estado autodivinizado les dice que han muerto miles de personas sin autopsia pero sospechosas bajo etiqueta “COVID”, lo aceptan como algo que debe suceder sí o sí.

El Régimen no oculta sus cartas. Primero el discurso era “si no te pinchas vas a morir” pero ahora es, literalmente, “si no te pinchas te vamos a matar”. En Antena3, canal nada negacionista, informaron de que un bebé había muerto al nacer en las puertas de un hospital tras ser rechazada su madre “por haber caducado la PCR cuatro horas antes”.

Nadie, absolutamente nadie que viva en la ficción del virus va a ver ningún crimen ni horror en tal acto burocrático-sanitario. ¿Por qué? La clave del Régimen es vivir en una ficción donde ” mejor morir de la vacuna que del virus” y donde los rituales de purificación jueguen un papel básico: la vacunación como un ritual de masas de vacunódromo, una jura de bandera, una movilización total donde el acto de iniciación de “superviviente” se realiza con un pinchazo. Como las pandillas de las élites con sus drogas duras. Quien se pinche se limpia su corrupción y ya es responsable. Ni se inmuta si muere gente infiel desatendida. Los que no desfilan son “raza moribunda”. Se da por hecho, los mate el bicho invisible o la negligencia exhibida.

El Derecho y la realidad se han fusilado. Quien no se sumerja en los decretos y sus rituales, va a perecer y será cierta la profecía de millones de muertes misteriosas. Aunque el único misterio es cómo lo lograrán sin perecer ellos mismos pues la ficción solo avanza con más dosis. Como rezaba un periódico “casi la mitad se ha reforzado con una tercera dosis”.

A más dosis más “fuerza” y vigor aunque la realidad vaya en dirección contraria. Hitler dijo que era mejor autodestruirse que aceptar la derrota de la ficción. Mientras, la ficción enardece a los peores corruptos: narcotraficantes, redes de funcionarios abusando de menores, corruptos totales, políticos expropiadores y en general narcisistas sádicos y el FMI con sus quejas de “los viejos viven demasiado” se purifican el la ficción ritual.

De abusadores pasan a responsables y limpios líderes a costa de la muerte televisada de los que tienen PCR caducada. Si se quiere hacer una encuesta, no hay corrupto que no sea paladín de la obligatoriedad de la inyección y los rituales correspondientes.  

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Alan
Alan
2 años

Un placer leerte. Gracias.

alfons marti
alfons marti
2 años
Respuesta a  Alan

grancias muy amable

Josue
Josue
2 años

Tenemos que unirnos contra está dictadura sanitaria, todos vacunados o no.

alfons marti
alfons marti
2 años
Respuesta a  Josue

creo que este régimen es la culminación de un proceso de narcisismo creciente y letal y solo renunciando a pertenecer a una secta superior de supervivientes se puede abandonar la vacunación infinita. “Mejor estar vivo que morir como ser superior. vacunado” Este pensamiento parar a una parte de gente que ha seguido la corriente dirigida por largas capas de psicópatas obrando como “un solo hombre”.

gracias.

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