Escrito por Alvise Pérez

Cuando era un chaval sin mayor experiencia que la propia y la intuición, colaboré con UPyD pensando que rompiendo el bipartidismo iríamos a mejor.

Ni logrando romper el bipartidismo o consiguiendo con éxito Iniciativas Legislativas Populares con decenas de miles de firmas, se cambió nada. Me equivoqué.

Cuando crecí y acepté volver a España tras 7 años en Inglaterra para ser Jefe de Gabinete de Ciudadanos en aquél Parlamento, despedí a enchufados, intenté dar guerra cultural dentro y creí posible usar la realidad multipartidista a nuestro favor. No se cambió nada, y todos siguen robando. Me equivoqué.

Cuando dimití de la política y entré en los grandes medios como tertuliano, empezando en Espejo Público de Antena 3, creí poder viralizar mensaje para explicar el error de la partitocracia. Ahí descubrí que la partitocracia existe porque existe una mafia mediática censora. Me equivoqué.

Cuando no volví a los grandes medios, los cuales todos me atacan hoy cada vez que pueden, intenté judicializar mi guerra contra esa corrupción. Saber que los Fiscales Anti-corrupción no hacían progresar nada porque eran elegidos a dedo por los partidos (el de Madrid, por ejemplo, a dedo de Dolores Delgado) me hizo constatar que existe la mafia entre medios y partidos porque el poder judicial lo permite de forma impune en un duopolio inconstitucional y un expolio económico legalizado por ellos mismos.

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Os cuento esto porque hoy he llegado a la conclusión de que destrozarme a diario publicando la corrupción silenciada de todos ellos con audios, videos, imágenes, facturas, sumarios, denuncias, coches de lujos de Alcaldes y un largo etcétera sirve para visibilizar lo que todos sabemos, pero NO es la solución, y limitarme a ello sería equivocarme otra vez mientras los medios siguen intentando destrozarme a diario, los políticos siguen intentando asfixiarme a denuncias cada mes, y los peores esperando que algún día no pueda permitirme a la escolta ni tener eco público para ver cómo se vengan.

Por eso, aún a riesgo de seguir equivocándome, creo que es el momento de decidir cambios en mis acciones en base a las conclusiones que la realidad nos va trayendo.

Con 32 años he llegado a muchas conclusiones, y una de ellas es que la mala gente solo entiende el lenguaje de la fuerza. No les importa la ruina, miseria y depresión de los españoles, y solo cambiarán a base de miedo, vigilancia, fuerza y contundencia.

Dirá Dios si vamos aproximándonos al camino correcto, o no.

Alvise Pérez