• Escrito por Fernando López-Mirones, biólogo y divulgador científico
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IDEODIVERSIDAD NEGACIONISTA

Apreciados aulladores:

Se percibe en algunos grupos la disolución de uno de los efectos adversos positivos de la Infodemia de los dos últimos años, la transversalidad.

Creo que merece la pena luchar por ella y mantenerla viva. Millones hemos aprendido que la división social de política pequeña era un arma del Globalitarismo para mantenernos entretenidos mientras nos robaban libertades.

Muchos llevamos años inmersos en luchas de izquierdas y derechas, nacionalismos, separatismos o ideologías impostadas que nos fueron inoculadas desde adolescentes. La lucha frente al relato plandémico nos ha unido y debemos permanente así.

Sin darnos cuenta tendemos a volver a formar vesículas ideológicas incluso dentro de la disidencia, como gotas que se unen sobre un vidrio.

De este modo podemos caer en la tentación nefasta de hacer grupúsculos de negacionistas fachas, negacionistas progres, negacionistas ateos, negacionistas cristianos o negacionistas veganos…

¡Evitemos esto por favor!

Es muy bonita la autocrítica y la ideodiversidad que ha imperado entre todos los que más tarde o más temprano le hemos visto los cuernos al macho cabrío de los plutócratas.

Nos hemos vuelto tolerantes, nos hemos mezclado en manifestaciones codo con codo sectores que antes jamás hubieran marchado juntos.

El enemigo común es formidable, por eso no me canso de repetir lo de “necesitamos a todas las manadas”, “necesitamos a todas las tribus”…

Pero los guionistas del globalitarismo están moviendo sus hilos para que volvamos a los rediles de antes y nos enfrentemos otra vez. Andan algunos indagándonos a ver de qué pie cojeábamos antes. Yo ya solo cojeo de uno: deteneros a todos malditos bastardos.

Esta estrategia de desactivación de un movimiento transversal ya la vi antes, hace años, en el movimiento ecologista, que fue desarticulado cuando de forma artificial se lo apropió un cierto tipo de izquierda, sacando por tanto a millones de personas de derechas, que querían ayudar a conservar la naturaleza, pero fueron expulsados.

Que no nos ocurra, miremos solo personas, los “nuestros” somos todos, no hay un “ellos” salvo para los globalitarios y sus colaboradores, que lo hacen por dinero o ambición, no por ideología.

Cuando intentaron vacunarnos no nos pidieron carnets de partidos, fueron a por todos; por tanto cuando los combatimos tampoco aceptamos divisiones internas.

Se acerca el momento en el cual algún partido o ideología va a querer patrimonializar la disidencia a su favor, si lo permitimos nos desactivarán para siempre.

Esto ocurrirá cuando echen cuentas y vean que somos una fuerza de cerca de un 20% de votantes, muy leales, muy fieles y muy transversales. Si logramos mantenernos unidos atendiendo exclusivamente a criterios anti globalistas, anti relatos impuestos, anti mentiras, anti desinformación y a favor de las libertades, nos convertiremos en una fuerza única, internacional, planetaria, transversal como JAMÁS ha existido antes.

Si todos los votos negacionistas se mantienen unidos por esos criterios y conseguimos que sean los únicos que nos determinen, evitaremos que nos contaminen para dividirnos, consolidaremos una fuerza social jamás vista antes en la historia del mundo.

Si preponderamos la lucha anti globalista por encima de las ideologías previas, las nacionalidades, las religiones y las clases sociales, seremos el mayor movimiento cívico social del planeta.

Pero para ello tenemos que ser muy conscientes de no caer en viejas tentaciones sectarias.

Sobre todo a la gente de cierta edad le cuesta mucho salirse de un sesgo cognitivo en el que llevan toda la vida. Hay mucho odio acumulado que tenemos que superar.

Se me saltan las lágrimas al ver en nuestras manifestaciones y eventos a señoras súper emperifolladas de barrios ricos, entusiasmadas, aplaudiendo al lado de rastafaris naturistas y personas de todo tipo a punto de abrazarse, mezclando Chanel con pachuli ¡eso es tan grande que nadie lo ha conseguido antes.

La presión del globalitarismo ha conseguido transformar el carbón en diamante, no permitamos que nos roben ese poder inmenso con cuatro telediarios que nos devuelvan a nuestras antiguas vendas.

Seamos libres, que cada cual exprese lo que sienta; que unos hablen de Dios, otros de Buda y otros de la madre Tierra sin que nadie se ofusque. El disidente escucha con una sonrisa aunque no comparta. Seamos distintos.

No importa el uniforme, no importa el estandarte, lo que quiero es que luches a mi lado contra los dragones.
Un aullido.