Esta mañana hemos encontrado un hilo muy interesante gracias a Beatriz Talegón, una de las pocas periodistas que no se ha vendido a los dólares del establishment mediático.

Talegón ha compartido un hilo del tuitero ‘Ina Robles’, quien denuncia que los políticos no están cumpliendo con lo prometido con respecto a aquellas familiares que han decidido acoger en sus respectivos domicilios a “refugiados ucranianos”.

“Hace mes y medio dimos el paso de acoger en casa a una familia que huía de la guerra de Ucrania. Nuestras convicciones pacifistas y antimilitaristas no son de sofá, siempre con las víctimas civiles. Pero estamos ya al límite, hartos de verdad, y es un sentir general”, comienza.

“Sabíamos dónde nos metíamos, que sería duro y que minaría seriamente nuestra economía familiar, pero jamás imaginé que el principal palo en la rueda vendría de la propia Administración. Lo único que han hecho de momento es volvernos locos, freírnos a tasas y hacerse fotos”.

“Nuestros recursos cada vez más escasos y nuestra total dedicación son los que están sacando adelante esta complicada situación. Pero en los medios se ponen ellos las medallas, no sé cómo pueden tener tan poca vergüenza. Todo son complicaciones, todo son zancadillas”.

“Quiero que se sepa que todo lo publicado sobre apoyo y ayudas es MENTIRA. Después de casi 3 meses, no hay absolutamente nada más que reuniones con políticos para hacerse la foto y vueltas de un lado a otro. Y el 100% del peso de esta crisis, de momento, sobre las familias”.

“Eso sí, para enviar armas y buques de guerra no han faltado recursos desde el primer día. Están claras las prioridades, y lo entiendo, pero basta ya de hipocresía. Que lo digan, aquí lo que importa es aplastar al enemigo a cualquier precio. La gente es lo de menos”.

“Siento el tono, pero es que la paciencia se está acabando. Y hablando con otras familias de acogida es un sentir general, la gente ya está empezando a organizarse para escribir en prensa y denunciar esta situación. Este es mi granito de arena, si puedes, difúndelo”.

“Por cierto, todo lo que estamos pasando queda a un lado cuando consigues arrancar una sonrisa a una niña de 4 años que ha vivido cosas que nadie debería vivir nunca. No nos arrepentimos de nuestra decisión, solo pedimos un poco menos de hipocresía”.