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MUNDO

Rusia y Astra Zeneca

En una entrada anterior explicamos que las sanciones económicas contra Rusia no afectaban a Pfizer y toca ahora decir lo mismo respecto a AstraZeneca. Por lo tanto, cuando algunos preguntaban por qué durante la pandemia Rusia había mantenido la misma política, o parecida, que los países occidentales, puede encontrar aquí una respuesta.

Rusia fue el primer país del mundo en diseñar una vacuna contra el coronavirus y también explicamos los intereses comerciales que la rodearon. La financiación de la vacuna Sputink procedía del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), un fondo soberano, por lo que daba la impresión de que se trataba de dinero público. Pero no era así. En junio de 2020 el RDIF anunció una asociación conjunta con R-Pharm, una de las mayores empresas farmacéuticas de Rusia.

Ambas empresas trabajarían conjuntamente para producir y distribuir la vacuna del Centro Gamaleya, un instituto del Ministerio de Sanidad ruso que aprobó la vacuna en menos de dos meses, lo que significa que no hubo ensayos clínicos, ya que iban a experimentar en vivo y en directo, como todas las demás vacunas, con el pequeño atenuante de que no se trataba de una de las novedosas vacunas de ARNm.

El nombre de la vacuna se lo puso el director general de RDIF, Kirill Dmitriev, un científico que estudió en la Universidad de Stanford gracias a una beca de Soros y luego en la Escuela de Negocios de Harvard. Trabajó para Goldman Sachs y McKinsey antes de tomar las riendas del RDIF en 2011. Dimitriev es un clon de cualquier otro especulador occidental e incluyó a R-Pharm en la cartera de inversiones del RDIF.

El 17 de julio de 2020 AstraZeneca anunció que R-Pharm se convertiría en “uno de los centros de producción y suministro de [sus] vacunas para los mercados internacionales”. Llevó la fabricación de nueva vacuna a Rusia, desde donde se exportaban.

Por lo tanto, Rusia no ha distribuido una única vacuna contra el coronavirus, sino dos y en ambas los intereses comerciales son los mismos.

Rusia no pirateó a las farmacéuticas para diseñar su propia vacuna

El mismo día en que AstraZeneca informaba de su asociación con la empresa rusa R-Pharm, el periódico The Guardian anunciaba un ataque informático ruso contra las empresas británicas de biotecnología, lo que era grotesco. ¿Para qué piratear los secretos de una vacuna si ya hay un contrato de asociación para fabricarla?

Sin embargo, la asociación entre ambas empresas no impidió a Dimitriev atacar a AstraZeneca cuando los ensayos clínicos de su vacuna fracasaron en septiembre de 2020. La vacuna británica se basaba en una “plataforma no probada”, dijo Dmitriev, ocultando que lo mismo ocurría con Sputnik, con la única diferencia de que ésta no era de ARNm.

Que no hubiera ensayos clínicos no fue óbice para que el RDIF, AstraZeneca, el Centro Gamaleya y R-Pharm firmaran un protocolo de cooperación en diciembre de 2020, porque este asunto de las vacunas -repetimos- no va de salud sino de dinero.

El 21 de diciembre Putin elogió la asociación de AstraZeneca con Rusia. Dirigiéndose al director de AstraZeneca, dijo: “Me gustaría desearle éxito no sólo en el mercado ruso, sino también en los mercados mundiales, y que esté a la altura de sus expectativas”.

Los efetos adversos importan poco

Al RDIF no se le ocurrió otra cosa que fabricar un cóctel de las dos vacunas en las que había invertido su dinero. En febrero de 2021 Azerbaiyán aceptó acoger un ensayo clínico para probar la combinación de Sputnik y AstraZeneca.

Pero en los medios de comunicación comenzaron a aparecer las primeras secuelas de la vacuna de AstraZeneca y a mediados de marzo 20 países europeos suspendieron temporalmente su administración debido a la formación de coágulos y hemorragias internas.

A pesar de los efectos adversos, el RDIF no suspendió su asociación a AstraZenaca e incluso llamó para formar otras coaliciones similares.

Una semana después el Ministerio de Sanidad ruso inició un ensayo conjunto de Sputnik y AstraZeneca. Cinco instituciones médicas rusas participaron en el estudio, en el que participaron 150 cobayas.

A finales de julio el RDIF publicó los resultados preliminares del ensayo clínico realizado en Azerbaiyán. Cincuenta personas recibieron el cóctel conjunto, que resultó ser seguro y eficaz. Los datos preliminares de un estudio paralelo realizado en Argentina mostraron resultados igualmente prometedores.

En agosto el gobierno argentino comenzó a administrar inyecciones de AstraZeneca y Moderna a las personas que habían recibido el primer componente de Sputnik. La explicación oficial fue que estaba mezclando los medicamentos debido a una escasez de suministro, pero Dimitriev insistió en que eso formaba parte del plan. “Lo propusimos, siempre quisimos hacer un combo”, dijo. “Sputnik es la primera vacuna combinada, la primera mixta, que consiste en dos inyecciones diferentes. Hemos dicho desde el principio que dos inyecciones diferentes son más eficaces que dos inyecciones idénticas”.

Ese mismo mes los datos publicados por la sanidad argentina mostraron que Sputnik causó muchas más complicaciones postvacunales que la vacuna de AstraZeneca.

Mientras tanto, R-Pharm ultimaba los preparativos para la producción en masa de Sputnik y de AstraZeneca. En septiembre, la farmacéutica rusa anunció que había comenzado a fabricar la vacuna de AstraZeneca para su exportación.

Las vacunas están por encima de las guerras y las sanciones

A finales de 2021, los diseñadores de Sputnik ya colaboraban abiertamente con Pfizer y Moderna. “Ya tenemos un estudio conjunto con Moderna en Argentina, y ahora Argentina está estudiando una combinación de Sputnik y Moderna. Otros dos países están investigando actualmente una combinación de Pfizer y Sputnik, y creemos que esta combinación tendrá mucho éxito”, dijo Dmitriev en octubre.

El Centro de Gamaleya también se mostró entusiasmado con los nuevos cócteles de coagulación. En noviembre, uno de los científicos que desarrolló el Sputnik, Dmitry Shcheblyakov, abogó por mezclar la vacuna rusa con inyecciones de ARNm. “Comprobamos que la combinación de diferentes vacunas fabricadas con distintas tecnologías sólo aporta una ventaja”, dijo Shcheblyakov.

Según el RDIF, los datos de los ensayos del combinado Pfizer-Sputnik estarán disponibles a finales de este año.

En febrero el estudio de Azerbaiyán contaba ya con un impresionante centenar de participantes, y los resultados seguían siendo muy prometedores. “Los datos preliminares del uso combinado de las vacunas Sputnik Light y AstraZeneca confirman la ventaja de utilizar diferentes vacunas al revacunar. En el contexto de la aparición de nuevas cepas peligrosas de coronavirus, es este enfoque el que puede proporcionar una protección segura, eficaz y a largo plazo”, dijo Dmitriev el 14 de febrero.

Las sanciones introducidas en respuesta a la operación militar en Ucrania no han puesto fin a la asociación de Rusia con las grandes empresas farmacéuticas. El 15 de marzo, R-Pharm presentó una solicitud de registro de la vacuna contra el coronavirus de AstraZeneca en Rusia.

Fuente (vía mpr21): Riley Waggaman – Off Guardian

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