• Escrito por Fernando López-Mirones, biólogo y divulgador científico
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LOS CARNEROS

Para los biosanitarios dejar de creer en el sistema en el que llevan años es muy difícil. Hay que entenderlo, es como un sacerdote que pierde la fe o un militar que deja de ser patriota. Toda su vida se hunde. Tantos años de estudio, de trabajo, de compañeros…

Por eso muchos eligen no ver la realidad, evitar las verdades incómodas que los obligan a cuestionar toda su vida profesional.

Es más cómodo creer, es más confortable. Creo que si, encima, lo que les ofrecemos tras tal esfuerzo es desprecio, no estamos ayudando a cambiar las cosas.

Toda persona que decide ser valiente merece que la ayudemos con especial cariño, porque desde una ferretería es muy fácil presumir de disidente, pero dentro de un hospital o laboratorio es un acto heroico.

Lo que hace o piensa una persona en el último día es lo que vale, no me gustan las cazas de brujas de pureza disidente que algunos proclaman. Me da igual lo que pensabas antes si hoy estás sinceramente con nosotros.

No repartimos carnets de “yolosabiatododesdeelprincipio”, cada nueva persona que se nos une en la duda razonable es más valiosa que los antiguos.
Todo club o movimiento pone su esfuerzo en los “nuevos socios” más que en los que ya estaban.

Me consta que muchos famosos disidentes en redes están siendo comprados para traicionarnos. Son los que disparan dentro de su propias filas. Los que presumen de ser los más puros, los primeros, la élite… y todo lo que no hagan ellos y su camarilla de amiguetes es tachado con esa expresión asquerosa que no quiero ni citar.

A mi me da igual, pero me duele que engañen a la buena gente malversando sus esperanzas y redirigiendo la energía que necesitamos hacia odios intestinos.

Créanme que ellos sí que están ganando mucho dinero cada mes aunque se disfrazan de rebeldes.

Gran parte de la información de la que disponemos y que aquí contamos proviene de biólogos, médicos, sanitarios, técnicos y auxiliares arrepentidos que quieren ayudar sin perder sus trabajos.
No son cosas que puedan publicarse citando fuentes porque les costaría caro a esas fuentes.

Este servicio de inteligencia voluntario se basa en la confianza y es impagable, no hay nada igual en el mundo porque se compone de gente buena que ayuda para algo en lo que cree. El NOM compra corruptos, nosotros contamos con buenas personas voluntarias a miles. Nuestra fuerza es inmensamente mayor porque se basa en el convencimiento, la justicia y el amor a la verdad.

Aunque usted no sea cristiano repase la parábola del hijo pródigo, la cual nos enseña el inmenso valor del que regresa tras haber estado perdido, y que la envidia del “hijo bueno” porque el padre sacrifica al carnero por la vuelta del “hijo malo” no es un sentimiento sano.

Ojalá sacrifiquemos miles de carneros para celebrar que los médicos, biólogos y sanitarios hayan despertado en masa muy pronto. Ellos están viendo la masacre, por eso los necesitamos a nuestro lado. Si los insultamos no van a dar el paso. Un aullido.