• Escrito por Jon Ander Etxebarria, ex Decano del Colegio de Biólogos de Euskadi
• Enlace a su blog: El Dato Mata el Relato

Antídoto del virus neuronal

Esta pandemia y su desarrollo ha estado llena de una total falta de ciencia, de una total falta de sentido común, de una conculcación de las capacidades elementales de las personas. Si la sociedad vasca no se autoinocula el antídoto, nos va a llevar a que nuestra sociedad se convierta en una sociedad temerosa, con total falta de empatía e insolidaria.

En el momento actual en el que estamos de la pandemia, ésta sigue en nuestra sociedad en base a tres elementos esenciales, como son:

• La incompetencia y el mal hacer tanto del gobierno vasco como de los partidos políticos del parlamento de gasteiz.
• El empecinamiento de la clase profesional sanitaria en no reconocer, de una vez por todas, que la pandemia se está manteniendo con lo que se viene a llamar covid persistente generado por las propias inoculaciones.
• La sociedad vasca, que demuestra estar contagiada de un virus neuronal y no de un virus respiratorio y es incapaz de aplicar el sentido común y ver que, en todo esto de la pandemia, lo que prevalece es el oscurantismo, la ignorancia y la total distopía.

Esta pandemia y su desarrollo ha estado llena de una total falta de ciencia, de una total falta de sentido común, de una conculcación de las capacidades elementales de las personas mediante ese virus neuronal inoculado y, ello, si la sociedad vasca no se autoinocula el antídoto, nos va a llevar a que nuestra sociedad se convierta en una sociedad temerosa, con total falta de empatía e insolidaria.

De la incompetencia y el mal hacer de la clase política (con el gobierno a la cabeza) tenemos probadas muestras a lo largo de toda esta pandemia, donde se ha dado la circunstancia de que, incluso, se crea una 7ª ola, precisamente para enmascarar los efectos de la tercera inoculación. Para ello, se utiliza lo que durante estos dos años se ha utilizado, que es crear olas en base a los test de PCR, realizándose en la fase de descenso de esta 7ª ola un 42,30% menos test que en la fase de ascenso. ¿Cuál es la razón de ese interés en seguir con el engaño?, ¿cuál es el interés en desmantelar con ese engaño la sanidad pública?

De la profesión sanitaria hay que decir que si con los datos que ellos pueden manejar y a los que tienen acceso en los propios hospitales con los efectos adversos graves que se están ocasionando, con la correlación directa entre casos de covid e inoculaciones, no son capaces de plantarse y decir “hasta aquí hemos llegado”, lo único que nos queda preguntarnos es ¿es tal la ignorancia de esta profesión que no saben relacionar causa-efecto en las dolencias que les presentan los pacientes?, ¿es tan poderoso en esta clase profesional los conflictos de interés?

En lo que respecta a la sociedad, y en nuestro caso concreto a la vasca, lo primero que hay que decir es que el virus neuronal del miedo ha llegado a tal grado, que están siendo incapaces de tener, al menos, un mínimo de sentido común.

Aunque hay algunos expertos que son disidentes, en la sociedad vasca se ha extendido la defensa del oficialismo por parte de la mayoría; pero se tienen que preguntar ¿es ese oficialismo libre de no seguir las directrices oficialistas?, ¿tienen conflictos de interés?, ¿a qué expertos nos estamos refiriendo cuando se reconoció que no existieron como tal?

Otro asunto instaurado en la sociedad vasca es haber “comprado” la propaganda de que sin la vacuna hubiese habido muchos más fallecimientos, sin plantearse la más mínima duda razonable sobre ¿cómo es posible que con una vacunación con pauta completa del 89,37% y de tercera inoculación de 59,37%, se haya dado un 300% de más casos positivos y un 41,19% de más fallecidos en este primer cuatrimestre del 2022 frente al 2021?

Igualmente, la sociedad vasca tiene que reflexionar, recuperar el sentido común y preguntarse ¿cómo es posible que con la tercera inoculación vaya aumentando, progresivamente en las diferentes franjas de edad, el número de fallecidos en función del mayor porcentaje de vacunación?

Datos verdaderamente alarmantes sobre lo acontecido con esta tercera inoculación es la comparativa del mes de julio. ¿Cómo es posible que durante julio de 2022 se haya dado un 716% más de fallecidos que en 2021? Y lo más grave, y que tendría que hacer reflexionar a la población, es que en julio de 2022 se ha dado un 4.900% más de fallecidos que en julio de 2020, en plena pandemia.

Con todos estos datos, al Gobierno vasco y a los políticos parlamentarios habrá que pedirles responsabilidades, y por mucho que algunos de esos grupos nos digan ahora que defienden la sanidad pública frente a la privatización que está llevando a cabo el PNV y el PSE, la realidad es que, con su postura durante la pandemia, han colaborado a ello.

A los profesionales sanitarios, decirles que, de una vez por todas, acaben con este relato pandémico y distópico, y si no lo hacen, al igual que a los políticos, habrá que pedirles responsabilidades.

A la sociedad vasca, decirle que debe ir quitándose mantras sobre seguir haciéndose test de PCR que no sirven para diagnosticar una enfermedad, y sobre seguir inoculándose, cuando en nuestro entorno familiar y de amistades estamos viendo los problemas de ictus, pericarditis, miocarditis, coagulaciones exageradas, aumentos de problemas hepáticos y cánceres explosivos con aceleraciones metastásicas. Se ha llegado, en esta sociedad vasca, a ver normal la vacunación en embarazadas, cuando la medicina desde siempre había considerado que la vacunación con los embarazos era incompatible, y, mucho más, cuando se conocen los problemas de coagulación generados por las inoculaciones en el sistema reproductor femenino.

Es por ello, que la sociedad vasca debe liberarse, de una vez por todas, de ese virus neuronal inoculado y tomar el antídoto, que no es otro que empezar a utilizar el sentido común, y, ante estos datos, ver que la historia del relato pandémico oficial ha fracasado. Al paso que nos están llevando, seremos una sociedad muerta en vida, ¿igual es eso lo que quieren nuestros políticos?

En este caminar en el que prevalezca el antídoto, tanto disidentes como oficialistas que empiecen a utilizar el sentido común, debemos unir nuestras fuerzas y hacer frente a esta distopía pandémica que nos han creado tanto los políticos como muchos, no todos, de los profesionales sanitarios.