• Escrito por Fernando López-Mirones, biólogo y divulgador científico
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NO SOSTENIBLE, NI SALUDABLE, NI PEPINILLOS EN VINAGRE

La secuencia en los próximos meses en Europa será la siguiente. En Bruselas bajarán los topes de todo tipo de contaminación para combatir el CCA (Cambio Climático Acojonante). Después, los países miembros inventarán leyes y normas que limiten las libertades de sus ciudadanos, supuestamente para cumplir esos objetivos deliberadamente imposibles. Ello se plasmará en mayores multas, restricciones de combustibles, horarias, de temperatura, de desplazamientos; intervendrán en los hogares, los vehículos, las oficinas, el comercio, los transportes y las instituciones. Todo ello con la excusa climática.

Nos irán quitando cosas poco a poco, pero el problema nunca mejorará porque es creado e inventado. Mientras la parte buenista de la población se siga creyendo el relato del clima, idéntico al del pangolín y al de Bolodomir, ellos continuarán apretándonos como anacondas, despacio pero sin vuelta atrás. Cada vez que respiremos el abrazo letal globalicista se cerrará un poco más.

Esa es su intención, pero no la nuestra, no la de la humanidad, no la de la disidencia mundial que crece y crece. Cada vez que oigamos la expresión “Cambio Climático” debemos rechazar ese producto o iniciativa de inmediato. Tenemos que convertir esa expresión en tabú, como hemos conseguido ya con la “Agenda 2030”.

Créanme que funciona, podemos usar el arma de las palabras contra ellos, ya lo hemos hecho antes. Crearemos un contra relato que irá permeando. Cada vez hay más personas que se mofan de esta expresión y sus derivadas. Hagamos que a las empresas no les sea rentable usarla, si me quieres engañar no te compro, vete a la mierda con el CCA, no me dejo seducir por falacias globalicistas.

Cuando un logo o una expresión comienzan a dar asco, esto se contagia muy rápido, como ocurrió con el logo del arco iris circular, que ya casi no lo usan. O como pasó con “Calentamiento global”, que ya causa risa, o con la “capa de ozono” que solo sirvió para que la laca sea el doble de cara. Al que nos quiera tomar el pelo y subirnos los precios para ser “sostenible”, que le compre su prima.

Sin pretenden mejorar el planeta volando gaseosuctos, tirando bombas, transportando todo con barcos desde lejos, vendiendo armas, gastando en vehículos oficiales y reuniéndose con miles de asesores, y UW no nos tomen por tontos. Las expresiones “sostenible”, “saludable”, “planeta”, “granito de arena”, etc son vías de intoxicación cerebral con las que nos machacan cada día cientos de veces.

Ahora va a ser que lo que contamina es la laca de tu madre, la pajita de tu hijo y la calefacción de tu casa. Si no compramos mentiras dejarán de venderlas.
Un aullido.