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La actualidad sin censura

OPINION

¿Y ahora qué?

  • Escrito por Enrique Santo
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¿Y ahora qué?

“Los hombres se atontan con su saber,
los plateros fracasan con sus ídolos,
porque sus estatuas son una mentira
y no hay espíritu en ellas.”

Jeremías 51: 17

“Cuando el enemigo te lleva a luchar contra él con las armas que él ha elegido, a utilizar el lenguaje que él ha inventado, a hacerte buscar soluciones entre las reglas que él ha impuesto, ya has perdido todas las batallas, incluida la que podrías haber ganado.”

Sun Tzu – el arte de la guerra.

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“Cuando el enemigo te lleva a luchar con las armas que él ha elegido.”
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Parece que fue ayer cuando empezó todo y ya han pasado casi dos años desde que la vida empezó a descabalgarse a ritmo frenético. Hasta entonces el mundo giraba en una órbita predecible, reconocible. Se trasladaba a una velocidad de crucero amigable y cotidiana. Y de repente, se produjo la implosión que asoló los cimientos de nuestra anquilosada y melancólica sociedad, removiendo hasta el último de sus principios y fundamentos.

Lo significativo del caso es que ahora sabemos que este terremoto fue organizado desde las más altas instancias de nuestro sistema. Dirigido y controlado por esas elites, que con toda buena voluntad, elegimos para que nos gobernasen. Eran gente en la que confiábamos; sí la corrupción, sí los escándalos, sí el nepotismo… pero son males y desgracias intrínsecas del sistema. Inevitables, parte ineludible y necesaria y el cómodo precio a pagar por sus imperfecciones. Pero de ahí a utilizar el poder delegado para romper el contrato social y transformar los fundamentos de la civilización y someterlo y entregarlo con todos sus bagajes y pertenencias a una especie de sanedrín mundial desconocido y desconcertante es otra cosa.

Por eso continúan, de una manera muy sutil, imperceptible, pero sin solución de continuidad y sin el más mínimo descanso y remordimiento, como si nada hubiese pasado o precisamente alegando la inevitabilidad (¿inevitable, cuando fueron promotores y administradores?) de lo acontecido para avanzar en sus diabólicos planes, pretextando protegernos frente a situaciones futuras que pudieran acaecer. Semeja más a broma pesada de aquellos que pusieron el mundo al revés que a compromiso insoslayable.

Y para muestra, un botón. Así, una guerra local, artificiosa, previsible y lo más importante, totalmente evitable, que nos afecta tanto como la de los boers, las púnicas o la conquista persa de Babilonia, se convierte en centro de nuestras vidas, en leitmotiv de nuestras decisiones. Nada acontece si no es con la vista puesta en la victoria de unos supuestos celestiales guerreros de luz. Por ello: suben los precios, guerra de Ucrania; lo hace el paro, guerra de Ucrania; el país se deprime, guerra de Ucrania; nos invaden las termitas, guerra de Ucrania… La intención es tenerte distraído para impedir que decidas pensar o razonar no sea que las conclusiones enerven tu espíritu incitándote a batallar contra el poder, mientras este, después de constatar que sus acciones no tienen consecuencias, se lanza en la oscuridad, sin consultarte, en el más riguroso de los silencios, a aprobar leyes que cambien todo el sistema con sus nuevas doctrinas y paradigmas. Sin ánimo de ser exhaustivo se podría mencionar ‘avances’ en temas tan dispares como:

Sociedad:

Eliminar la tutela paterna de los hijos,
Debilitar el concepto de familia tradicional,
El aborto se convierte en un derecho,
Legalización de la eutanasia,
Legalización de la pederastia,
Legalización del satanismo como religión…

Nuevo orden mundial:

Introducción del pasaporte verde,
Creación de la moneda electrónica, Desaparición del dinero físico,
Carnet de puntos sociales,
Ciudades de quince minutos,
Manipulaciones electorales,
Sometimiento del opositor por medio de ingeniería social sin autorización judicial…

Distracción:

Cambio Climático,
Guerra Ucrania,
Amenaza de volver a las restricciones por COVID,
Amenaza de nuevas pandemias…

Transhumanismo:

Gestaciones mecánicas,
Fusión hombre robot,
Control Cerebral,
IA…

Y así se podría continuar con un largo etcétera porque debes saber que el objetivo final eres tú, es el control absoluto del mundo tanto físico como mental por eso, si les dejas, harán contigo lo que quieran hacer contigo. Estamos ante una guerra de quinta generación por el corazón y la mente. La prueba es que acaban de crear la mayor mortandad orquestada en la historia del mundo y la sociedad, cual homérico síndrome de Estocolmo, todavía se siente agradecida con sus elites por la aparente dedicación en su erradicación. (1)

Pero ¿Quiénes son ellos? ¿A quienes nos referimos cuando intentamos identificar a los verdaderos autores del crimen? Porque si estamos en guerra no vale decir; son las elites financieras, los poderosos del mundo, los que mueven los hilos… Si no se le pone rostro al enemigo, si no se identifica y ubica, se estará dando palos de ciego sin orden ni control, provocando una perdida de energía, un desgaste y revelando la naturaleza de las fuerzas del bien, facilitando su detección, detención y destrucción. Es imposible vencer a un enemigo que no se conoce porque no es posible descubrir sus carencias, debilidades ni objetivos, provocando que la mayoría de las acciones sean baldías y contradictorias ¿Quiénes son? ¿Qué relaciones hay entre ellos? ¿Cómo es posible que todos los presidentes del llamado mundo occidental, incluso los de la todopoderosa Estados Unidos, sigan las recomendaciones de este o estos grupos como si fuesen vulgares lacayos?

Este es el primer paso que se debe dar, identificar la cúpula del Mal para poder a continuación trazar estrategias encaminadas a descabezar tal hidra para así desbaratar tamaña perversión. Una vez se tiene un plan ya se puede actuar desde diferentes puntos y visiones, incluso con tácticas inconexas pero ya con una idea transparente y clara sobre el objetivo final.

Y sin embargo, este aparentemente enemigo todopoderoso resulta que sufre, siente dolor. A pesar de parecer un bloque monolítico, ocasionalmente se revelan grietas en sus murallas que nos hacen entrever que son de carne y hueso, que también padecen, sangran, lo que confirma que pueden caer. Tres de esas grietas son o fueron Trump, Bolsonaro y Putin ¿Y qué tienen en común estos tres dirigentes para que el Mal no los tolere? Pues que a ningún otro líder occidental se le escucha afirmar ser parte una sociedad donde hay un padre, una madre y un niño. Que cree en nuestro Señor Jesucristo. Que afirma ser cristiano y el lado positivo que debe ganar hoy, porque de ello depende el futuro de todos los pueblos, de toda la humanidad.

Con dos de ellos terminaron por lo civil, con el tercero lo están intentando por lo militar pero estos son otros órdenes de magnitud, nada que ver con la lucha del ciudadano, del hombre a pie de calle, de la sociedad civil.

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“Cuando el enemigo te lleva a utilizar el lenguaje que él ha inventado.”
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Un aspecto importante de este conflicto es la batalla por el lenguaje tanto desde un punto de vista conceptual como argumentativo. Quien maneja el relato tiene media guerra ganada y al presente el Mal, con su absoluto y férreo dominio de los medios posee la iniciativa. ¡Siempre, siempre! las nuevas incorporaciones, cambios, modificaciones ya del lenguaje, ya sociales, legales, económicos o de cualquier otro tipo van acompañados de motivaciones benefactoras, solidarias, positivas; son por tu salud, por tu seguridad, por la justicia social, por la igualdad… (Hay que saber reconocer este metalenguaje porque es una herramienta fundamental de ingeniería social de control). De ese modo, por un lado no tienen necesidad de justificación o argumentación porque, qué necesidad hay de explicar el bien, este se justifica por si solo. El bien es un fin en sí mismo y ningún camino que nos conduzca a él necesita ser argumentado; y por otro se estigmatiza de golpe a todo aquel oponente a tales fines, porque, quién va a objetar motivos tan altruistas; sólo gente ruin, egoísta e insolidaria que no acepta renunciar a sus privilegios por el bien global. El típico tiburón ultraliberal, ultraortodoxo, incapaz de empatizar con el que sufre. Por ello es obligado aislarlo de la manera más efectiva, rápida y contundente posible.

Todo el que decida ir al combate debe asumir este deceso social desde el minuto uno porque va a ser borrado del grupo ¡qué digo borrado! difamado, ridiculizado, escarnecido, flagelado. Pero si se quiere sobrevivir se debe mantener un mínimo de calma ignorando estos comportamientos, aceptando que se vive en universos paralelos y buscando el alivio en la fe, porque nos sabemos buscadores de la verdad; en la lucha, porque es de donde se nutre la percepción de estar vivo; en la esperanza, porque es el camino a la victoria. Y nunca olvides buscar el apoyo de esa minoría semejante, habitantes de modernas catacumbas, porque como seres gregarios, necesitamos compartir y recibir aliento y dar consuelo.

Pero volviendo a la lengua, desde un punto de vista conceptual, el Mal, necesita ideologizar el lenguaje. Así, la gramática y la sintaxis pasan de ser una herramienta de reglas fijas y aceptadas, a convertirse en arma de condicionamiento social. Su cometido ya no es el de facilitar la comunicación sino el de impregnar a sus usuarios de una nueva verdad, porque la lingüística y la Neolengua forman parte de la agenda para el control social. Quien sabe cómo utilizar el lenguaje controla las masas. Pero por otro lado, el lenguaje es la base del pensamiento, la lengua es la base de los procesos cognitivos. Necesitamos la lengua para pensar, recordar, relacionar, estructurar nuestro propio pensamiento y entendimiento. La lengua nos hace humanos. Según sea la lengua serán nuestros pensamientos. (2)

Por eso la nuevas jergas no son algo baladí, puesto que el habla pasa de ser una herramienta neutra de comunicación; creada, perfeccionada y probada durante cientos de años por el conjunto de la sociedad, con el objeto de facilitar la transmisión de ideas y conceptos de la manera más económica y precisa posible, a conviertirse en arma de difusión de conocimientos e imágenes creados exprofeso, que al penetrar nuestro subconsciente cambia las reglas de la comunicación, nuestro modo de pensar y la manera de ver y concebir el mundo que nos rodea, el cual, no lo olvidemos, es el objetivo para el que se concibió tal diseño; derribar el mundo antiguo ya obsoleto, para construir de sus cenizas uno nuevo y prefabricado a medida de unos pocos para su disfrute, donde el noventa y cinco por ciento de la población (por dar una cifra moderada) pasa a ser relegado e innecesario.

Por ello no se debe caer en el aparentemente inofensivo “todos, todes y todas, el laísmo omnipresente y demás constructos lingüísticos como migrante, vacuna o el lenguaje eufemístico” porque no son más que sofisticados métodos para reprogramarnos. Su verdadero objetivo no es el de visualizar grupos marginados o exponer soluciones irrechazables, esa es la excusa positiva para penetrar conciencias. La verdadera razón de esos, aparentemente, inofensivos y solidarios cambios, son la modificación de la percepción de nuestro universo mental para desterrar y derruir ese totalitario y opresor mundo ‘patriarcal’ por otro nuevo, que te venden como más justo, (de nuevo la idea de bondad por delante) pero que realmente, y sin que se perciba, porque sus cambios son imperceptibles, son el principio de un mundo trashumanista, sin alma, ni humanidad. El mundo de la computación, la inteligencia artificial y el dominio, no ya de la humanidad, sino del planeta entero, con todos sus recursos y disfrutes, para placer de una élite global, la cual pasa a convertir el planeta tierra en su finca privada y a la humanidad en una plaga prescindible. Nunca tantos valieron menos a tan pocos.

¿Y quiénes serán los encargados de cumplir tan específica misión? Nadie mejor que ese fanático ejército de grupos feministas, lgtb, ecologistas, oenegistas y demás, según sea el conflicto del momento, los cuales de manera intolerante, implacable y dogmática se encargarán de motu propio de propagar, difundir y hasta imponer, sino es posible voluntariamente, sus programadas ideas. Ejercitos que actúan de manera intransigente y cruel sin saber que no son más que una infantería de combate ignorante y totalmente prescindible al dictado de unos grupos de pensamiento y creación social con unas ideas y objetivos mucho más elevados y oscuros de lo que pudieran nunca pensar o imaginar tal tropa de insensatos.

Y esta es sólo otra pieza más de un puzzle mucho más complejo e intrincado, el cual no sería posible sin la colaboración ya comprada, por veinte miserables monedas, ya voluntaria, por huestes desprovistas del más mínimo sentido crítico. Lo que convierte en increíble (¡o no!) este viaje a ninguna parte en el que estamos inmersos la población occidental.

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“Cuando el enemigo te lleva a buscar soluciones entre las reglas que él ha impuesto.”
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Es importante diferenciar entre población occidental y población mundial, ya que los africanos, asiáticos y la ciudadanía media iberoamericana está a otra cosa y aunque el resultado final les afecte a más largo plazo todavía les es posible mantener su vida tradicional. En Iberoamérica respecto a este tema existe una división jerárquica puesto que sus elites también están implicadas con la satánica agenda. La prueba es que si algún líder se desmarca o se opone abiertamente a la misma, se elimina de la escena en forma de democráticas elecciones ¿Y cómo es esto?

Para muestra, un botón: Brasil (como antes los EEUU), donde en cuatro años y sin ánimo de ser exhaustivo se nos dice que en 2021 y según el Banco Mundial e IBGE alcanzó un superávit del 0,75% del PIB (compararlo con los datos del Reino de España puede resultar ofensivo) siendo esta la primera vez que un presidente entregará a su sucesor un gasto inferior al recibido del gobierno anterior, desde 1988.

Su PIB creció, alcanzando el nivel más alto desde 1996; su Balanza comercial acumuló un superávit de $2,330 millones en diciembre del 2022; y su tasa de desempleo cayó al 8,3% en octubre y alcanzó el nivel más bajo desde 2015.

Por otro lado cada vez que su presidente, Bolsonaro, aparece en público es capaz de reunir a cientos de miles de personas frente a sus rivales. Y mientras, en un mundo regido por la lógica aristotélica, deberíamos aceptar la mayor aprobación social de quien bien lleva las cuentas de todos y tiene mayor popularidad, en verdad debemos admitir que esta ha sido superada por la kantiana que nos previene de las percepciones de nuestros sentidos.

Así nada más iniciarse la campaña electoral nos despertamos con unas encuestas (puro valor de ley) que nos ilustran sobre las preferencias de la sociedad. Y estas no son otras que el apoyo al candidato opositor con diez puntos de diferencia sobre el presidente actual ¡diez puntos, como si nada! Y así, antes de empezar y sin nadie que refute tal falsedad, ya se ha conseguido la predisposición mental de la sociedad a un triunfo concreto y la aceptación por parte del candidato defensor de la presidencia de trabajar a remolque de una artificiosa realidad.

La campaña electoral continua, y poco a poco las distancias se van acortando hasta llegar a unas exiguas décimas de ventaja, que aportan esperanza y esa ilusoria sensación de arrebatar el triunfo a ese aspirante que partía con la vitola de favorito desde antes de empezar, sin saber que el resultado ya estaba escrito en oficinas mucho más septentrionales de las fronteras del país. Al final todo acaba en unas máquinas de votación electrónicas, con unas sospechosas elecciones, donde el aspirante vence por la mínima, creándose de nuevo esa ficticia sensación de posibilidad de victoria para cualquiera de los candidatos hasta el minuto final con el objetivo psicológico de generar en las huestes derrotadas esa sedante impresión de haberlo dado todo hasta el último momento. La realidad, es que sólo se ha vivido un obra, utilizando la vida como escenario real y de actores a los ciudadanos, que interpretan un guión preestablecido que aporta un suspense tan real como el de cualquier película de ficción.

Como colofón a esta representación se tiene preparado un bis por medio de una implacable justicia que actuará contra todo posible rescoldo de insatisfacción que huela a denuncia electoral devolviendo rápidamente a cualquier díscolo actor a su casilla de salida.

Lo que queda ya lo hemos vivido y nos debe sonar familiar. Los medios cipayos de comunicación se lanzan a proclamar en masa las maravillas de la fiesta de la democracia, la bondad de esa lucha de caballeros por el poder, las loas al nuevo vencedor y la vejación, escarnecimiento y degradación de todo aquel que no acepte el veredicto supremo. De nuevo el metalenguaje que zanja y pone punto final a toda discrepancia.

Y aún hay más ya que en esta obra tenemos un segundo bis porque Brasil estuvo mes y medio sin parar de manifestarse, con las protestas más grandes de los tres últimos años, que invisibilizadas por los medios redujeron su efecto a actos puramente locales ya que para el mundo no existen y durarán lo que aguanten los descontentos, que podrá ser más o menos tiempo, pero es algo que el mal da por descontado y no le preocupa mientras la cosa no vaya a más.

Porque si la situación desborda unos límites existen múltiples métodos para reconducirla. En Canadá, en la huelga de camioneros, se procedió a localizar a los líderes opositores, cerrar sus cuentas bancarias (sin necesidad de autorización judicial) y la de sus familiares más cercanos para impedir el mínimo sustento, se les incluyó en las listas de terroristas para convertirlos en parias por el resto de su existencia y se incautaron las cuentas bancarias de aportaciones de los ciudadanos para la bolsa de resistencia. Se retiraron los permisos de conducción y se invalidaron los seguros de los vehículos para imposibilitarles mantener sus trabajos  y si todavía persisten, cual banda mafiosa, se les boicotean los camiones para que no pudieran pasar en ellos la noche invernal. Al poco tiempo las protestas se disolvieron y rápidamente todo volvió a la normalidad.

En Francia; donde quince mil sanitarios fueron suspendidos por oponerse a la inoculación, con la maldad de que suspender significa que no están despedidos, por lo que no tienen derecho a prestaciones de desempleo ni al sueldo para que no puedan conseguir ningún tipo de ingreso. Llevan en esta situación dos años y medio y el gobierno incluso reconociendo escasez de personal sanitario se niega a reincorporarlos a su trabajo.

En Alemania a la periodista independiente Alina Lipp, el gobierno le abrió una causa penal por informar de lo que veía en Donbass, se censuró su registro audiovisual en internet, sus redes boicoteadas y sus cuentas bancarias junto con la de sus familiares más cercanos, bloqueadas.

En Nueva Zelanda se insta a los ciudadanos a denunciar ante las autoridades a todo aquel individuo que se oponga a las políticas oficiales.

Y así se podría seguir país por país en todo esta maravillosa amalgama denominada sociedad occidental. Y entretanto se suceden estas fragantes violaciones de los principios fundamentales de una sociedad libre ¿Qué hace el resto de la comunidad? Pues parece ser que refrendar las palabras del clérigo Martin Niemöller al denunciar la cobardía de intelectuales y la sociedad alemana que callaba viendo a los nazis ejecutar su “limpieza social”.

“Primero se llevaron a los judíos,
Pero a mi no me importó porque yo no lo era;

Luego, arrestaron a los comunistas,
Pero como yo no era comunista tampoco me importó;

Más adelante, detuvieron a los obreros,
Pero como no era obrero, tampoco me importó;

Luego detuvieron a los estudiantes,
Pero como yo no era estudiante, tampoco me importó;

Finalmente, detuvieron a los curas,
Pero como yo no era religioso, tampoco me importó;

Por último vinieron a buscarme a mi, pero ya no quedaba nadie que pudiera protestar.”

Despertar a una burguesa sociedad aletargada es obra homérica pero no debe ser causa de desánimo porque las guerras que se pierden seguro son las que no se comienzan. Del resto sabemos como empiezan pero nunca como acaban.

Pero antes de empezar con lo concreto me gustaría dar una visión general. No es posible hacer la guerra luchando cada uno por su cuenta. Sin organización ni coordinación se pierde y difumina el esfuerzo común. El adagio ‘divide y vencerás’ es tan antiguo como el arte de la política y no olvidemos que la guerra es política pero por otros medios. También es importante no desfallecer, que nos lleva al abandono y a darlo todo por perdido. En la historia de la humanidad siempre se han dado casos de luchas desiguales donde cuando todo parecía acabado despuntó ese líder capaz de aglutinar en torno suyo a una pequeña partida de luchadores que prefiriendo la muerte al sometimiento se revelaron ante la adversidad. En nuestra historia, don Pelayo ante la invasión musulmana. ¡Aún resuenan las carcajadas del moro Musa ante tamaña temeridad! Pero no es único, porque podríamos mencionar a David, Viriato, Espartaco, Gandhi y muchos otros que a lo largo de la historia dieron un paso adelante sin dejarse llevar por el vértigo del precipicio ¿Serás tú, querido lector, uno de ellos, el nuevo germen del que brotará la salvación?

Pero para ello debes saber que todas las luchas son relevantes y deben hacerse pero lo primordial no es una victoria aquí o allí sino que el mal sienta cada pequeño aguijonazo como parte de un todo común, parte de una esencia o un ser que es común a todos y cada uno elementos de esta lucha. Los golpes al principio serán solitarios, de poca efectividad siendo lo importante su existencia y continuidad pero si se hacen convencido de pertenencia a una causa común no importa su aparente inoperancia sino hacer que el Mal experimente una constante persecución.

En este punto considero necesario cristalizar en algo palpable esas ideas que despuntan el alba, que es el pensar, respecto a esa hidra que acecha y embiste a todo lo conocido y por conocer. Y así, aun a riesgo de importunar y molestar (aunque nada más lejos de mi intención) osaré expeler propuestas de acción para todo aquel que las desee recoger, aunque sabiendo de la naturaleza humana que a menudo saca de nosotros ese punto de desconfianza, recelo y duda que nos impele a tratar con cautela a cada nuevo miembro con ínfulas de grandeza: ¿Quién es ese para dar órdenes? ¿Qué méritos detenta para investirse general? ¿De qué cubil ha salido cuando llevamos dos años recibiendo estopa?… Como digo, aun a riesgo de ser incomprendido o peor, desdeñado, no debo callar lo que pienso ya que sino las piedras gritarían.

En primer lugar hay que aprender de las batallas perdidas para no repetir errores. Por ejemplo, en grandes protestas continúas en el tiempo y necesitadas de un flujo económico para sobrevivir es necesario evitar el dinero electrónico en la medida de lo posible y en caso de no ser posible crear varias cuentas administradas por medio de sistemas que permitan su ocultamiento para dificultar confiscaciones.

El combate debe ser activo y organizado, no circunstancial. Un caso claro es el de las mascarillas en el transporte público (pero el modelo sirve para cualquier otro tipo de protesta contra una causa concreta). Luchar de manera accidental e individual, aunque heroico, es poco efectivo y puede ser muy frustrante a nivel personal por el desgaste psicológico que provoca la soledad. Más eficaz es actuar de manera organizada. Por parejas o grupos, acceder al transporte público ya avión, tren o autobús. Siempre con un miembro grabando mientras otro transmite el mensaje. Así se pueden organizar ataques en varios puntos a la vez. Si existiese coordinación entre grupos aumentaría el impacto de las acciones creando sorpresa, impotencia e incredulidad en la gobernación y sensación de movimiento en ese núcleo aletargado y reticente de la sociedad, provocando dudas y preguntas que poco a poco irán desgajando de esa roca mustia y cobarde nuevos adeptos. Además, de este modo el acto de luchar genera vínculos y una fraternidad que da sentido a la acción, aumentando la moral y las ganas de combatir.

Si algún lector a estas alturas de la plática (no me hago ilusiones que siquiera uno haya llegado a este punto) piensa que estoy inventando la rueda, tengo que decirle que sé que la lucha para mucha gente comenzó desde el mismo momento de la aparición del Covid-19 y que nada de lo que yo piense o diga va en contra de todos esos héroes que llevan bregando en todo tipo de circunstancias. Hay muchos grupos trabajando deseosos de hacer pagar a los culpables el mal realizado pero debemos tener claro en primer lugar que la pandemia es una batalla, no la guerra y por otro que por muy bien que salgan las cosas no va a pagar ni el uno por ciento de los responsables, siendo la mayoría de ellos puestos menores en esta inmensa trama. Imaginemos que se consiguiese dar uno, dos tres golpes verdaderamente grandes obteniendo sentencias condenatorias para gente como fauci, Trudeau y algún otro por sus desmanes. Aunque pareciese un gran triunfo debemos entender que para el Mal, cualquier subordinado por grande que sea, es prescindible, es más, mientras el mundo se obceca en luchar y gastar fuerzas, ellos ya están a otras cosas (nunca se debe perder de vista los objetivos estratégicos de esta batalla), avanzando hacia muchos otras metas diferentes (Ucrania, Cambio Climático, Transhumanismo, Monedas Digitales, Pasaportes Verdes…), dando por zanjado está primera crisis sanitaria y preparándose para la siguiente reforzados por las conclusiones obtenidas. En el hipotético caso de que se consiguiesen algunas victorias judiciales como las mencionadas anteriormente, para el Mal significa un triunfo absoluto ya que les corrobora que su impunidad es absoluta y les anima a lanzar cada vez golpes más arriesgados, más letales y en mayor cantidad por lo que es necesario no perder el norte, asociarse y coordinarse porque el futuro se presenta muy oscuro.

Respecto a la lucha en clave judicial por muchas victorias que se obtengan en tribunales inferiores hay que tener presente que es en los superiores donde terminan los conflictos y estos se mueven en clave política siendo controlados por los gobernantes de turno. Por poner dos ejemplos: el tribunal europeo de derechos humanos tiene veinticinco jueces que pertenecen a la open society foundacion de George soros y en España comprobamos como se nombra a un exministro y personas cercanas al gobierno como jueces del Tribunal Constitucional. Partiendo de esos mimbres es difícil esperar veredictos justos. Como dice el Adagio; todos somos iguales ante la ley pero no lo somos ante los que la aplican.

Pero si esto no fuese suficiente, los políticos actuales ya no tienen el más mínimo escrúpulo en modificar leyes a voluntad para beneficio propio como en España con la derogación del delito de sedición o la modificación del de malversación y si todo eso no funciona pues no se aplican las sentencias y asunto resuelto como en el incumplimiento de la sentencia sobre el español del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

La batallas no serían nada si no se pudiesen dar a conocer. En este campo como en todo lo demás, el Mal está bien instalado pero eso no significa que esté todo perdido. Se trata de conseguir que en esta guerra no existan sucesos locales. Existen batallas localizadas y el objetivo es que ninguna quede invisible para que cada escaramuza se convierta en un acontecimiento global.

Pero para conseguirlo hay que empezar a edificar desde los cimientos, no todo vale en la construcción de una sociedad verdadera. Los atajos no conducen a ensenadas tranquilas sino a paramos desolados a los que se llega sólo a través de negros nubarrones.

Esto viene al caso por el preocupante comportamiento de los censurados por los grandes grupos de internet. Sucede que una vez eliminada, censurada, desmonetizada… una cuenta de plataformas como YouTube, Facebook y similares, el damnificado después de unos momentos de aturdimiento e incomprensión por lo sucedido pasa a un estado de indignación y rabia seguido por otro de indefensión continuado por la firme determinación de luchar por lo sustraído de manera tan flagrante y vil. Y después de semanas o meses de surrealista lucha donde todo el mundo sabe que tal situación no es más que una burda mentira, la plataforma en cuestión emite su veredicto que puede ser de absolución o condena según le plazca, sin pruebas, racionalidad, argumentos y actuando con el desprecio más absoluto de las leyes locales o más bien con el conocimiento de que están por encima de las mismas y no hay manera de impedirlo.
Parafraseando a Solzhenitsyn “sabemos que estamos siendo censurados, ellos saben que están censurando, sabemos que saben que sabemos que están censurando, pero siguen censurando.”

Y eso por no hablar de todos esos videos y artículos que se pasan la mayor parte del tiempo evitando palabras y expresiones perseguidas de manera totalmente despótica por los aventajados alumnos del ‘Mariscal’ de la propaganda, Goebbels.

Lo preocupante de este asunto es que la mayoría de los afectados sabiendo que el delito por el que son silenciados es pensar diferente aún así se obcecan en volver a recuperar su estatus perdido. No se dan cuenta de que son como esas personas secuestradas que una vez liberadas claman por el perdón de sus secuestradores en un  claro ejemplo de ‘Síndrome de Estocolmo Viral’.

Es verdad que cuesta mucho trabajo y tiempo conseguir un número elevado de seguidores, es verdad que son correas de difusión inmejorables a la hora de transmitir información, es verdad que son sustento de familias, es verdad que a día de hoy parecen invencibles pero llega un momento en la vida en que las decisiones transcendentales deben dejar de ser materiales para convertirse en actos de conciencia y esa elección pertenece al ámbito espiritual y no se puede forzar, debe salir de uno mismo.

Pero que esa decisión sea libre no implica irresponsabilidad en sus consecuencias.
Sostener las estructuras de transmisión y sometimiento de las fuerzas del Mal no puede ser ignorado ¿Cuánta gente podría escapar de ese control mental y abrir los ojos si no existiese YouTube? ¿Cuánta gente vive sometida sin saberlo a causa de Facebook? ¿Alguien se imagina a un judío colaborando en popularizar la ideología nazi? Sí, aquel que pensaba que su vida estaba a salvo si se nazificaba. Y desgraciadamente ese será el destino de los nuevos colaboradores.

Se podría argumentar que es tarea imposible derribar tales gigantes y que sin ellos sería imposible difundir incluso lo poco que llega burlando la censura. Craso error puesto que como predice la teoría de los vectores sociales, https://link.medium.com/kWfs1daFTvb
la fortaleza o prevalencia de cualquier poder procede de la suma de todos los vectores que participan de su existencia. Cualquier red social basa su poderío y dominación (entre otras cosas) en los millones de usuarios que la utilizan. Desaparecidos estos, dicha supremacía se difuminaría con la misma velocidad con la que se deshace un azucarillo y esto es válido para un banco, un gobierno o cualquier multinacional.

La acción individual de abandonar cualquiera de estos poderes puede parecer insignificante, pero unida a la de cientos, miles o millones, su significado se torna tragedia para esos gigantes con pies de clientes. Por otro lado esa pérdida se torna ganancia si se canaliza hacia otros modos de ser y hacer ganancias. Hoy día existen muchas otras corporaciones, plataformas, compañías que hacen lo mismo que las poderosas jugándose muchas veces su negocio por defender valores de todos. Véase por ejemplo Rumble que prefirió desconectarse en Francia antes que permitir la censura totalitaria defendiendo la libertad de expresión. Cada vez que alguien se doblega ante la injusticia, un poco de nuestra libertad se pierde por el camino. Y no lo olvidemos, la cantidad de injusticia que se puede permitir una sociedad perder hasta la desaparición de un derecho está predicha en la teoría de los vectores sociales.

Y no me gustaría terminar esta disertación sin dar un consejo, a todos los heroicos lectores que hayan sido capaces de llegar a este punto, para mejorar su salud mental, tranquilidad y sosiego. Y es que dejen de ver los seis primeros canales de televisión y las radios y periódicos de referencia de este país pues su cometido es ser cuña de lanza de difusión de propaganda por medio del principio base de emitir el mínimo de hechos con el máximo de emociones. Por tu bien, haz caso del consejo de la diosa Circe a Ulises ante el encanto de las sirenas. ¡Loco será quién se detenga a escuchar sus cánticos pues nunca festejaran su mujer y sus hijos su regreso al hogar!.

Si así haces, habrás dado un pequeño paso para el ocio y el entretenimiento pero un gran paso para la creación de una nueva humana sociedad.

Muchas gracias. Atte Enrique Santo.


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(1) Documental murió repentinamente.
(2) Estamos hechos de lenguaje. Carmen Jiménez Huertas 

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Garrofez
Garrofez
1 año

Gracias. Como los poderosos genocidas, cobardes, … siguen sembrando miedo, confusión, caos, división, … comparto unas recientes valiosas publicaciones que acabo de leer para que sigamos abriendo los ojos los que pensamos que así los tenemos pero que seguimos cayendo en trampas … (yo el primero):

t.me/counterpropaganda20/8657

t.me/counterpropaganda20/8660

t.me/ingenieriasocialarchivo/670

t.me/ingenieriasocialarchivo/684

¡Salud y fuerza!

Dr.fin
Dr.fin
1 año

Eres Brillante, muchas Gracias por Ser así y por estar ahí…

Sigue escribiendo todo lo que puedas, la Bondad de tu discurso es necesaria…

Un abrazo.

Josu
Josu
1 año

BUENAS REFLEXIONES DEL SR. ENRIQUE SANTO…LE AGRADECERIA MUCHISIMO QUE SE PUSIESE EN COMUNICACION CONMIGO, EN EL CORREO “josukartztz@outlook.es”…TENGO INFORMACION ESENCIAL QUE, SEGURO, LE SORPRENDERA…GRACIAS Y UN SALUDO. Josu

fon
fon
1 año

?

Manolo
Manolo
1 año

” Las hienas Sumerias, tienen a Remo acorralado y una de ellas, le ha mordido en en la traquea, su mordida es letal “. Su hermano Romulo va en defensa de Remo. por la gloria de Roma.

P.D.Estamos pasando unos momentos muy complicados o espabilamos, o vamos a quedar esclavizados de por vida, en el peor de los casos, o muertos en el mejor, que esta ultima opcion, es la mejor opcion, antes muerto, que esclavo.

Manolo
Manolo
1 año
Respuesta a  Manolo

He utilizado, la metafora de Romulo y Remo, para señalar que estamos en la fase “Alfa & Omega”, es decir: “el principio del fin”. Es el fin de la civilizacion romana y cristiana. Es muy triste, pero la realidad, es la que es.

Teresita
Teresita
1 año

Enhorabuena. Gran artículo magníficamente escrito.

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