EL SUICIDIO DE LOS AMOS DEL MUNDO – José Miguel Ruiz Valls
Escrito por José Miguel Ruiz Valls
EL SUICIDIO DE LOS AMOS DEL MUNDO
Son los de Newtral, no yo, los que mantienen, en su web, un artículo titulado “Preguntas y Respuestas sobre las Tormentas Solares”, en el que afirman que “las probabilidades de que una afecte a la Tierra son elevadas, pudiendo afectar a los transformadores de electricidad y provocar un apagón“.
Concretando más, citan a Miguel Herraiz, catedrático de Física de la Tierra y Astrofísica de la Universidad Complutense, quién apunta que “Puede afectar a las comunicaciones, los sistemas de posicionamiento empiezan a fallar, la transmisión de ondas se hace muy complicada, y lo más grave es que pueden afectar a los transformadores gigantes de las líneas de tensión y, en caso extremo, provocar un apagón“. También nombran a otro catedrático de Física de la Tierra de la Universidad de Barcelona, Alex Marcuello, quién yendo todavía más lejos, predice que “todos los servicios que dependen ahora de la electricidad no funcionarían: Hospitales, ascensores, bombeo de agua…”, y asume que “Nuestra vida cambiaría radicalmente“.
Son los de Newtral, no yo, los que insisten, en otro artículo titulado “Las tormentas solares y los apagones más graves de los que hay registros” que la consecuencia de una tormenta solar severa sería “algo así como la vuelta a la edad media” y siguen diciendo que “Parece una situación distópica pero ya ha pasado“. Para demostrarlo, ponen algunos ejemplos entre los que destaca “El Evento Carrignton”, que, según NASA, fue una tormenta solar que ocurrió en 1859, que no provocó una catástrofe mundial por la sencilla razón de que, en aquellos tiempos, las redes eléctricas y telegráficas estaban poco extendidas.
El caso es que los físicos vienen estudiando y registrando el comportamiento del Sol desde hace ¿cincuenta años? ¿cien? Son ellos mismos los que han dicho, en multitud de ocasiones, que apenas estamos empezando a conocer al “astro-rey”. Siendo que aseguran haber comprobado que su actividad fluctúa en ciclos de once años ¿Es descartable que su actividad oscile también en ciclos más largos que aún no se han podido determinar? ¿Pueden aventurar esos físicos que no ha habido ninguna tormenta importante en los últimos diez siglos? ¿Y no podríamos estar, ahora, en el penúltimo año de un ciclo de mil? Podría faltar solo un año para que pase un cometa que lo hace cada millón de años. ¿Cómo lo podríamos adivinar, teniendo registros, tan solo, de los últimos cien? ¿Puede descartarse la posibilidad de que se de una supertormenta cada millón de años y estemos a un año de que ocurra?
Es pues la misma ciencia oficial la que nos advierte del gran peligro que supone sustituir el dinero físico por el dinero electrónico. Eliminar todo el dinero físico y confiar toda la economía mundial al dinero electrónico supone apostar a que no se dará, en lo sucesivo, ninguna tormenta solar capaz de dañar los sistemas electrónicos por los que circula ese dinero virtual. ¿Cuántas posibilidades tienen los Amos del Mundo de ganar esa apuesta? Nadie puede aventurarlo. Quién quisiera responder esa pregunta, tendría que conocer todos los ciclos del Sol, todas sus costumbres. ¿Podría ser que el Sol se apague un día cada millón de años y no lo sepamos? ¿Puede descartarse que ocurra eso el año que viene?
Son los de Newtral, no yo, los que ostentan el noble título de “verificadores de la verdad” por obra y gracia de los Amos del Mundo. Son ellos los que (Se supone) han verificado las palabras de los físicos y han advertido que la implantación del dinero digital bien puede provocar una auténtica catástrofe, a nivel mundial. Siendo así, ¿cómo puede entenderse que los Amos del Mundo no hagan caso de la advertencia y sigan adelante con su plan?
José Miguel Ruiz Valls
Hombre. Ellos no perderían, perderíamos nosotros
El dinero digital es un paso más en el plan de esclavización de los seres humanos. Una vez que nos hayan quitado el dinero físico y la libertad y la privacidad que nos da, y después de eso nos quiten todas nuestras propiedades (las nuestras, no las suyas), el que el dinero digital se lo lleve el sol se la trae al fresco. Lo suyo ya lo tendrán bien protegido.
Muy buena observación compañero.