- La opinión de Patxi Lázaro, colaborador de euskalnews.com
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¿SOBREVIVIRÁ EL GOBIERNO SÁNCHEZ HASTA 2022?
A Pedro Sánchez se le puso al frente del gobierno, por medio de una moción de censura hábilmente gestionada desde la Zarzuela, con un solo propósito: deshacer el entuerto independentista catalán. Entonces la economía funcionaba bien. Había estabilidad, y presupuestos prorrogables. Por no mencionar que en mayo de 2018 la posibilidad de que un patógeno procedente de China llevara a España al borde del colapso era algo que ni siquiera se le habría ocurrido al más atrevido de los guionistas de la serie “El Ministerio del Tiempo”. Ahora, a punto de finalizar el annus horribilis 2020, pensemos en los obstáculos que se amontonan ante un frágil e inestable ejecutivo compuesto de acuerdos plurales, reivindicaciones contradictorias y el constante mangoneo de fondo por parte de Pablo Iglesias y otros intrigantes que van a su business personal.
Crisis económica, descontento popular, alarma por el tema de la inmigración ilegal, incertidumbre, desorganización, incompetencia gestora, angustia por el futuro y la certeza, plenamente consolidada en todas las capas de la población española, de que la próxima generación no podrá aspirar a un nivel de vida comparable al de sus padres. Por mucho menos que esto Felipe González y Zapatero se vieron obligados a hacer las maletes y desalojar Moncloa.
En la actualidad, los únicos hilos que mantienen a Pedro Sánchez colgado del poder son el frágil aval de unos acuerdos mantenidos con partidetes periféricos que, pese al grado de compromiso que están demostrando por la gobernabilidad, no han podido contrarrestar la idea, ampliamente extendida entre la opinión pública española, de que están ahí para pillar cacho y perjudicar los intereses de la Nación. ¿Cuánto durará esto? Nadie lo sabe.
Tras la derrota del gobierno de Pedro Sánchez en la batalla contra Isabel Díaz Ayuso por el control de Madrid, el único recurso que le queda al Presidente son las ayudas multimillonarias de Bruselas. Pero estos subsidios no son dinero real, sino una simple promesa de pago que depende de la buena voluntad de los funcionarios europeos responsables de estampar su firma en el pagaré. En cuanto haya la menor duda acerca de la solvencia del gobierno de España, o se decida acompañar los pagos de condiciones de estabilidad macroeconómica inaceptables para un gobierno de izquierdas, el juego habrá terminado. Esto es algo más que una posibilidad hipotética. Podría suceder en cualquier momento a lo largo del año que viene.
