• Escrito por Jon Ander Etxebarria Garate, Decano del Colegio de Biólogos de Euskadi
• Enlace a su cuenta en Facebook: https://www.facebook.com/dronixja

“Salida del relato aunque no lo avale la ciencia”

Desde el principio comenté que la salida del relato tenía su estrategia central en transmitir, a una población temerosa y totalmente controlada por el miedo con el que han atacado los tanques de los medios de comuncación dirigiéndose directamente a nuestro sistema neuronal, que la salida de esta pandemia sería mediante la vacuna de la covid, por cierto vacuna que viene para quedarse a futuro.

La salida del relato por parte del oficialismo ha sido decir a una población, con las neuronas un tanto deterioradas y no precisamente por culpa de la propia población, que el “santo grial” y la solución a este virus, con una letalidad no superior a la de la gripe, iba a ser una vacuna que no ha cumplido los protocolos requeridos pero que nos la venden como la única solución aunque haya gente que pueda sufrir determinados efectos secundarios en el momento actual, y no sabiendo a futuro los efectos que se pudieran ocasionar, ya que las fases de los protocolos se están llevando a cabo con la propia población a modo de “cobayas”.

Nos dicen que se han empleado ingentes cantidades de dinero para investigar esta vacuna, pero esas ingentes cantidades de dinero lo que no pueden es comprar el tiempo necesario que requiere una investigación cumpliendo todos los protocolos. El dinero puede comprar recursos humanos y materiales pero no tiempo.

Recientemente la OMS nos dice que probablemente la inmunidad natural sea tan efectiva como la artificial, por cierto teoría que llevo defendiendo desde un inicio poniendo como ejemplo a Suecia o Finlandia. Claro que la inmunidad natural no es que sea tan, sino más efectiva que la artificial porque esta lleva ímplicito, y, más al ser un medicamento, los efectos secundarios correspondientes y los que a futuro que por falta de cumplimiento de protocolos de investigación pudieran ocasionarse.

Pero esta salida del relato, la cual si es realmente salida la puedo aceptar como mal menor, si se lleva a cabo de una forma racional y democrática y no con tics dictatoriales propios de estados militarizados con un absoluto control de la población.

Es por ello que no se debe admitir la utilización de chantajes del tipo del pasaporte verde en ninguna circunstancia y menos cuando a temas laborales y de control de la inmigración se refiere, porque además este chantaje se desmonta con la propia ciencia como es el que tanto a una persona que ha pasado la covid o la que se ha vacunado no tiene asegurado en el tiempo el que vaya a tener anticuerpos, luego mi pregunta es ¿puede una pasaporte verde con más de 4 meses de haber tenido covid o haber recibido la vacuna, con toda probabilidad sin anticuerpos, servir de salvoconducto, frente a una persona que no ha tenido covid ni está vacunada y por lo tanto no presentará anticuerpos y por ello no tiene ese pasaporte verde?, ¿es justo y democrático aceptar eso?, ¿es justo exigir un supuesto pasaporte verde cuando no se avala científicamente?.

Si hablamos del otro requisito para el pasaporte verde los test de PCR, sin entrar a establecer que no sirven para diagnosticar la enfermedad, estos test tampoco avalan científicamente el que por ser positivo tengas el virus, ya que como se ha visto un 70% de los positivos son asintomáticos y con toda probabilidad sin poder demostrar que tiene anticuerpos. Un país como Suecia ha establecido que van a dejar de hacerlos porque se han dado cuenta que después de tiempo siguen detectando ARN, claro detectan ARN de los coronavirus que tenemos de siempre en los catarros y resfriados, luego esa técnica analítica para hacerla valer como pasaporte verde tampoco tiene sustento científico.

Para que su relato sea una salida democrática, ya que a nivel de base científica no se sustenta, tiene que tener una serie de premisas claras de índole democrático y de sentido común que se tendrían que establecer:

1) El vacunarse es un ejercicio democrático de libre elección del individuo no admitiendo chantaje alguno como los pasaportes verdes, test de pcr o anticuerpos.
2) Ante esa libre elección de vacunarse o no la persona que acepte vacunarse tiene que tener de parte de su médico de familia un informe que le diga que por su salud se debe vacunar y otro en el que se señalen los efectos secundarios de la vacuna de forma que sea la persona que se quiere vacunar la que una vez informada firme ambos documentos que previamente los tendrá que firmar el médico con su nombre y apellidos y número de colegiado, ya que ante el eximente de responsabidades que se les ha permitido a las multinacionales farmaceúticas, al menos la responsabilidad sea del profesional de la sanidad que es quien me la prescribe.
3) Respeto absoluto a la decisión del individuo a vacunarse tanto sea su decisión afirmativa o negativa.
4) Tanto vacunados como no vacunados, los primeros por considerar que su salida a la normalidad es a través de la vacuna, y los segundos, por considerar que la salida del relato puede ser otra como la inmunidad natural, tenemos un objetivo común que es esa vuelta a la normalidad y en esa exigencia debemos unirnos frente a las administraciones y gobiernos , y, los vacunados con mayor razón, ya que han recibido el mensaje de que la vuelta a la normalidad pasaba por la vacuna.”