¿DÓNDE ESTÁIS FÉLIX, DE LA QUADRA, JIMÉNEZ DEL OSO, COUSTEAU, DURRELL?
- Escrito por Fernando López-Mirones, biólogo y divulgador científico
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¿DÓNDE ESTÁIS FÉLIX, DE LA QUADRA, JIMÉNEZ DEL OSO, COUSTEAU, DURRELL?
El error de muchos científicos al divulgar es creer que la épica o el humor les hace parecer poco serios. Los grandes divulgadores científicos de la historia y las grandes eminencias no dudan en reírse de sí mismos. También utilizan la lírica para envolver las verdades de la naturaleza en relatos atractivos.
A los humanos nos encantan las narraciones y las imágenes épicas. Solo los que no están seguros de sí mismos temen a las burlas y fingen erudición utilizando palabras técnicas o poniéndose muy circunspectos. El sabio de verdad suele ser un cachondo, un friki divertido o una persona estrafalaria fuera de las normas.
Me encanta leer biografías de científicos de la historia, y veo que todos los grandes tenían un gran sentido del humor unido a una falta de pudor a la hora de mostrarse en público. De ahí nació la imagen del científico excéntrico.
En realidad cuando se está seguro y convencido de algo, la credibilidad está en el contenido, no en fingir ser serio. Se es o no se es, pero a mí personalmente los que fingen ser serios subiendo la ceja sin sonreír y jamás hacen bromas ni usan metáforas no me parecen de fiar.
Los sabios a los que quisiera parecerme algún día se hacen fotos como la de Albert Einstein sacando la lengua, o como Ramón y Cajal (biólogo aunque todo el mundo crea que era médico) que escribió una novela de extraterrestres gigantes, o tantos otros, tan seguros de lo que decían que no necesitaban preocuparse por parecer respetables.
Las sabiduría suele estar tras una sonrisa, la ciencia de verdad no posturea, las personas notables no temen a las apariencias, incluso les divierte jugar con ellas, no quieren parecer normales, se permiten licencias, viven en su mundo, que suele estar lleno de imaginación y fantasía.
Quien inventó que el prestigio está en parecer un marmolillo aburrido no conoció jamás a alguien realmente brillante. Los complejos de imagen esconden a falsos profetas que tratan de parecer lo que no son. Vemos a muchos que se disfrazan de creíbles, se ponen gafas sin necesitarlas, corbatas, ecuaciones de fondo, miran de soslayo con la ceja levantada, sueltan palabros raros que aprendieron hace diez minutos y que no entienden en realidad.
Todo el que conoce perfectamente un proceso es capaz de explicárselo a un niño; quien usa terminología rara es porque en realidad no comprendió nunca de lo que habla. Su discurso no sirve al oyente, le sirve a sí mismo para quedar bien, para que parezca que sabe, aunque el espectador no entienda nada.
Desde la plandemia las radios y televisiones se han llenado de supuestos divulgadores científicos de nueva hornada, jóvenes cachorros nacidos de las academias de verificadores que se documentan en internet sin profundidad, sin criterio, sin libertad, sicarios del NOM cuya misión es meternos en vena el cambio climático o lo que haga falta.
Hace años la divulgación científica la hacían personas auténticas como Cousteau, Félix Rodriguez De la Fuente, Miguel De la Quadra Salcedo, Jiménez del Oso, Gerard Durrel, David Attenborough (cuando era de verdad), etc.
Hoy son clones de Newtral, Maldita, todos ideologizados, políticamente correctos, autómatas que no aportan nada que no esté en Wikipedia. Impregnados de animalismo, ecologismo político, incapaces de la mínima reflexión original, servidores del sistema. Barbita recortada, gafas, pálidos, mediocres, hasta puedo olerlos, huelen a gluten… súper mega modernitos ¡un asco!
Yo me hice divulgador científico siguiendo a los maestros antes citados, que ejercían su profesión con honestidad, honor y estilo propios. Hoy solo hay trovadores clónicos financiados por el NOM que dicen hablar de Ciencia pero no han salido de su barrio. Un aullido
la vieja goodal es igual que la madreputateresa, una satánica de nwo
Cuando lo que importa es el contenido ,no se guardan tanto las apariencias..Siempre que se dominen los concepto las explicaciones no necesitan de mucha retorica
El problema aparece cuando lo que interesa es que parezca que se explican las cosas e interesa que el interlocutor no se entere. Cosa que ocurre en politica, con los consentimientos de ciertos sanitarios, enciertas resoluciones
Un aullido
…por favor, antes de decir semejante barbaridad, habría que documentarse, digo yo. Santiago Ramón y Cajal se licenció en medicina en 1.873 y consiguió el doctorado en 1.877, a no ser que no creas lo que dice la enciclopedia Espasa Calpe, no la wikipedia, ojo. Por lo demás, ánimo y gracias por tus artículos en general, pero en éste te has columpiado y siento decirlo de veras.