- Escrito por Guillem RS
- Publicado en El Caso: https://elcaso.elnacional.cat/es/sucesos/video-caravana-escondia-asesino-serie-sintecho-cuarentena-coronavirus-barcelona_30866_102.html
- Reproducido en euskalnews.com
El hombre de 35 años que los Mossos creen que golpeó hasta la muerte a tres sintecho en la ciudad de Barcelona durante la cuarentena por el coronavirus vivía en esta caravana que la policía tiene precintada en el cruce entre las calles Miralluny y Molí en Les Planes, un barrio de Sant Cugat del Vallès (Barcelona).
Según han explicado algunos vecinos a ElCaso.com, el hombre había llegado antes del inicio del confinamiento, aunque no recuerdan exactamente cuándo. Hace algunas semanas, aseguran. Llegó de madrugada, se instaló y nadie sabe recordar cómo transportó la caravana hasta allí, pues no tiene ningún coche enganchado.
Hacía vida paseando por la zona, fumando en un parque con máquinas para hacer deporte —ahora precintado, por el confinamiento por el coronavirus— y recogiendo cosas de la basura, en unos contenedores que hay a pocos metros de donde había instalado la caravana. Los vecinos explican que el hombre primero la había aparcado en una plaza próxima, pero que la movió hace un par de semanas hasta el lugar en el que ahora espera que el juez que ha asumido los asesinatos decida qué hacer de ella.
Un hombre arisco que no saludaba
Rompiendo el tópico, el presunto asesino de tres personas sin hogar del Eixample de Barcelona, no saludaba a sus vecinos. Todo el mundo que lo recuerda asegura que era un hombre “extraño”, “que hablaba solo” y que nunca saludaba a nadie de los que pasaban por allí.
Es una zona en la que, aunque hay algunas fincas ocupadas, la gente que vive allí se conoce mucho, todo el mundo se saluda, y la presencia de este hombre había generado inquietud. Sin embargo, los vecinos aseguran que es habitual que personas con furgonetas se instalen en la zona durante algunas semanas.
Nunca había tenido problemas
No saludaba, pero tampoco había generado problemas. Este hombre extraño, a quien nadie sabe ponerle nombre, y que ahora saben que es brasileño, no había protagonizado ningún enfrentamiento con los vecinos ni ningún altercado.
Los vecinos recuerdan que iba y venía y muchas veces llevaba una gorra, que podría ser la misma con la que salía en las imágenes de las cámaras de seguridad que los Mossos pudieron encontrar del presunto asesino.
Una raqueta y un monopatin
Los Mossos d’Esquadra tienen pendiente, cuando reciban la orden del juez, registrar la caravana en la que vivía el joven. Esperan encontrar indicios que ayuden a entender —él contesta a las preguntas de la policía pero con respuestas incoherentes— qué lo ha llevado a asesinar personas sin hogar.
En el exterior de lo que era su casa cuelga un monopatín de color azul, con una persona con casco y una pistola pintada y una persona atada, y también una raqueta antigua de tenis. Dos objetos que quizás ayudan a entender a la persona que ahora los Mossos tienen delante, detenida.