“Despertando a Morfeo” – La opinión de José Miguel Ruiz Valls
- La opinión de José Miguel Ruiz Valls, colaborador habitual de euskalnews.com
- Si queréis que publiquemos vuestros artículos de opinión, podéis enviarlos a info@euskalnews.com
DESPERTANDO A MORFEO: (Una aclaración de mi anterior publicación)
La no-dualidad no es un sistema de creencias, pero ello no significa que sea compatible con cualquier sistema de creencias, como predican, por ejemplo, muchos budistas. La base de la no-dualidad es la comprensión -Un acto de comprensión no se repite- mientras que los ritos de cualquier sistema de creencias se basan en la repetición -Sin comprensión- Es por eso que ningún creyente ha podido comprender a su Dios.
La mayoría de las “religiones”, y por supuesto, todas las del libro -Islam, Judaísmo, Cristianismo- se basan en la idea de que hay que morir para después re-vivir “en un mundo mejor”, lo cual lleva a los que creen eso a descuidar este mundo que habitamos. Pero Jesús no enseñaba tal cosa. Lo que él enseñó, como Buda y tantos otros, es que estamos dormidos, en el sentido de vivir un sueño, una ilusión generada por la mente, de la que podemos despertar en cualquier momento, si queremos -Algo parecido a lo que dijo Platón con su famosa alegoría de la caverna-. Solo hay que leer la Parábola del Hijo Pródigo para entender lo que es un viaje iniciático no-dual. Jesús enseñó que el estado de miedo es la única muerte -Es desvitalizante- y es producido por la mente. Porque la mente es contradictoria. es incoherente: Te hace desear el cielo, y a la vez, que temas abandonar la tierra; te lleva a intentar ganar “altura espiritual” sin perder nada de lastre material. La mente te mantiene confundido, estresado, tenso ante la constante percepción de un deseo que tira hacia arriba y otro que tira hacia abajo ¡Eso agota! Todo el que cree que Dios puede existir también cree que puede no existir, pues creer es no-saber –Si lo crees no lo sabes y si lo sabes no lo crees-.
La enseñanza de Jesús era radical porque era verdadera –Entre la verdad y la mentira, ¿hay término medio?-. Él decía que “No se puede servir a Dios y al dinero”… ¿Cómo es posible, por ejemplo, que la iglesia católica tenga un banco?.. ¿Cómo es posible que ese banco especule?.. ¿No expulsó Jesús a los cambistas–banqueros-especuladores?.. Él expuso la razón por la que no se puede compatibilizar lo espiritual y lo material… ¿Qué o quién es tu dios sino aquel o aquello a lo que prestas más atención, a lo que dedicas más tiempo, más atención, más energía?.. ¡Aquello que adoras!.. Él tan solo pretendía advertir de que, mientras diriges tu energía a una cosa, no la puedes dirigir a otra; y cuando la mayor parte de tu atención la pones en ganar dinero, se hace muy difícil no engañar y no engañarse… ¿Y cómo se puede llegar a la verdad con engaños?.. ¿No es por eso que también dijo aquello del camello y la aguja?
Son precisamente esos seres que ven difícil cambiar su atención, de lo material a lo espiritual, los que asumen la idea de la muerte como única solución a un problema que no se atreven a abordar… ¿Y por qué no se atreven? Porque tienen miedo, porque les falta vitalidad, energía, porque la dedican a otra cosa. Si no puedo -porque no me atrevo- a cambiar ahora, invento un suceso que me obligue a cambiar -aunque no quiera- y hasta que llega ese suceso, me dedico a sentirme impotente ¡Vaya libertad! Así inventaron la muerte, para escapar de su indecisión, de su duda, de su miedo. Así entregaron su libertad a un ser de ultratumba, en el que decidieron creer, y multiplicaron su miedo. Así se autoengañaron y engañaron al prójimo.
¿Cómo podría alguien tener una “segunda vida” siendo él lo mismo que la vida?.. ¿Se te ocurre que pueda existir un ser sin vida?.. ¿Un ser que no sea?.. ¿Qué sería eso de tener “dos vidas”?.. ¿El que vive la segunda sería el mismo que el que vive la primera?.. De ser el mismo, ¿no sería la misma vida?.. Si entre dos vidas hubiera un paréntesis de muerte, ¿no sería, necesariamente, un lapso temporal y, por tanto, pasajero, circunstancial, intrascendente?.. ¿De cuánto tiempo estaríamos hablando?.. ¿Qué dura la muerte?.. ¿Quién sería el experimentador de ese estado de muerte, de no ser?.. ¿Qué puede ser “vivir el no-vivir” más que un sinsentido?
Hay quien sostiene que las religiones modernas se oponen a las antiguas religiones paganas pero eso no es cierto. Los católicos, por ejemplo, son tan politeístas como lo fueron los antiguos egipcios, solo que, en la actualidad, a los “dioses menores” se les da el nombre de “santos”. En realidad, el sistema económico-religioso actual siente tanto interés por el antiguo Egipto porque también fue una cultura obsesionada con la idea de la “segunda vida”. También adoraban a un dios de ultratumba y consideraban al oro “carne de ese dios”, igual que ahora.
Para el practicante de no-dualidad no existen franjas temporales sucesivas llamadas vida y muerte -Eso sería dualidad-. Para la no-dualidad, la muerte no es más que una baja calidad de vida -Una vida zombi-. No puede haber confusión posible entre morir -que es un suceso- y estar muerto –que es un estado-. Si alguien no se atreve a cambiar, y llega al momento de morir, sin atreverse a cambiar, ese ser misterioso que espera le provoque el cambio “post mortem”, ¿no lo haría contra su voluntad?.. ¿No violaría su libre albedrío?.. Siendo que ese cambio consistiría en cambiar su manera de pensar, ¿sería el mismo tras cambiar su mente?.. ¿Podría reconocerse a sí mismo?
El practicante de no-dualidad no siente ningún interés por la idea de la muerte tal y como la entienden los diferentes sistemas de creencias pues ¿Acaso podría entrar en contacto con la vida? Si la muerte no puede intercalarse con la vida, no puede tener ningún efecto sobre la vida -Y lo que no causa efectos no existe- ¿Para qué pues prestarle atención?… La no-dualidad es una práctica que lleva a darse cuenta de que el amor es una alta energía -o vibración- que se traduce en alta vitalidad, en alta calidad de vida, y ese es el único cielo; o dicho al revés, la no-dualidad lleva a darse cuenta de que el miedo es una baja energía que se traduce en baja vitalidad, en ausencia de salud, y ese es el único infierno. Y no es algo que se tenga que creer sino que se puede observar en cualquier momento que se quiera. Pero, para ello, no debes creer ni una de mis palabras, pues creer y saber son del todo incompatibles.
José Miguel Ruiz Valls