• Escrito por Miguel de Cervera
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Otra fechoría de okupas: ocupación violenta de domicilio en la calle África de Santander

Nuestro colaborador Miguel de Cervera ha presenciado en directo la intervención policial por una ocupación violenta de domicilio en la calle África de Santander. Y nos quiere poner aquí su testimonio sobre el comportamiento ejemplar de los polis y el comportamiento delictivo de los sucios que se han quedado con el piso una persona inocente por las bravas. Rompiendo los cristales y todo. El Salvaje Oeste, pero en versión Santander.

A las cosas hay que llamarlas por su nombre. Estos parásitos sociales no son de ultraderecha ni son gérmenes de un virus ni tampoco los malos del nuevo culebrón de moda. Son simplemente gentuza que tiene atemorizada a la mayor parte de la sociedad española, que roba la paz a tantos millones de paisanos nuestros que son víctimas directas e indirectas de esta mafia a la que tanto protegen y estimulan los políticos. Pero claro, ellos no tienen que aguantar la p*** gracia en sus casas, ni deben pagar esas facturas de luz y agua que les endosan a los pobres ciudadanos afectados. Para que encima de cornudo, apaleado.

No es la primera vez: en la misma calle ha habido más ocupaciones e intentos

La Policía Local de Santander detuvo a un joven de 20 años, el 22 de junio, por una okupación de una vivienda situada en la calle África, tras intentar la cerradura con herramientas. Un albañil que realizaba unas reformas en la casa dio la alarma de lo ocurrido ayer por la mañana, poco después de que el mencionado joven, con la colaboración de otras personas, pudiera acceder a la vivienda. Los agentes de Policía acudieron al lugar y detuvieron al implicado, un tal D.T., que opuso una gran resistencia y mostró una actitud agresiva en el momento de la intervención, por lo que fue arrestado por un presunto delito de desobediencia grave y otro de usurpación.

Crece el fenómeno de ocupaciones en el centro de Santander

Es el colmo. No sólo tenemos que pagar impuestos como si estuviéramos en la Unión Soviética, sino que además hay que pagarles los recibos a estos hijos de Satán. Y los pobres policías no pueden hacer nada al respecto, así que vamos a dejar de meternos con ellos por cosas que están autorizados y obligados a hacer, o por todo lo contrario: en este caso, está claro que tienen las manos atadas por TODOS los políticos.

En este caso, y perdonad por la larga introducción, pero estoy quemado con el tema, se trata de un fenómeno de ocupaciones en el centro de Santander creciente. Yo mismo he sido testigo de un caso tan reciente que la policía venía a verificar que en efecto, unos honrados ciudadanos que no se pueden pagar la casa, porque no les da la gana trabajar, han entrado en la vivienda rompiendo los cristales de la ventana. Se trata de una ocupación violenta en la calle África en Santander, pero por lo que he podido oír, personalmente, por la conversación que tenía lugar entre estos personajes y la Policía, no era ni mucho menos la primera vez que estos impresentables hacían algo así. En la calle San Celedonio tenían otro piso ocupado y los agentes lo estaban comentando con ellos cuándo apareció por allí por casualidad.

Victimismo, delincuencia y favoritismo político: los tres grandes factores del ocupa medio

Lo que más me llamó la atención fue una parte de la conversación. Cuando los agentes le echan en cara a estos elementos la jeta dura que gastan y les dicen que hay que trabajar para conseguirse las cosas. Pero ahí estaban estos gusanos con sus excusas y su victimismo de siempre. Ya habían cambiado la cerradura para reivindicar que esa casa es tuya, pese a que es notorio que habían entrado por la ventana y rompiendo además los cristales. ¿En qué clase de dictadura bananera vivimos? Esto recuerda a cuando la turba de Fidel Castro metió en la casa de la gente a las familias que a ellos se les antojaban. Un comunismo en plan cutre, sin orden ni concierto, pero es que tenemos que cambiar nuestra visión de estos problemas.

Hay que cambiar el prisma con el que vemos todas estas situaciones. No es lógico que estemos siempre poniéndole todo el foco ya tensión a los pequeños delincuentes y cabrones como éstos mientras los políticos de todos los partidos se ríen de nosotros cada día. Es hora de ver que sólo puede haber toda una mafia organizada en torno a estos problemas, en el verdadero trasfondo de estos problemas, pues de lo contrario tendrían una fácil solución. Esto no pasa en ningún país serio del mundo y en los menos serios tampoco, porque la gente defiende sus propiedades de la manera que sea, pero aquí el problema es que la Justicia se pone de facto de parte del malhechor. Y es una Justicia controlada por los políticos, no lo olvidemos.

Los políticos utilizan a la Policía como su banda de la porra y sólo para lo que quieren

Insisto en que no hay que cargar las tintas sobre los jueces y funcionarios de Policía, que hacen lo que pueden en medio de un descontrol que es buscado desde el Estado. Desde los que nos gobiernan este Estado. Yo, de hecho, me permití alguna que otra broma con los agentes implicados, para intentar sacarles de ese estrés e impotencia que estaban sufriendo. Pobrecitos. Y debemos apoyarles cuando están haciendo lo correcto o intentándolo, dentro de la medida de sus posibilidades, porque no se les puede pedir más.

Otra cosa es por supuesto que rebasen algunos límites de su autoridad y ética policial para los movimientos de los ciudadanos que sí cumplimos la Ley. Pero creo que ellos mismos han aprendido la lección en gran medida. Y ya está bien de que sean la guarda de la porra de unos políticos corruptos que les dicen que vayan a esto y a lo otro y luego les dejan tirados. Como cuando se montó todo aquel show de Cataluña hace unos años, para absolutamente nada, o como cuando se dedicaron a acosar a los ciudadanos durante los muy ilegales encierros del año pasado. Los políticos utilizan a la Policía como la banda de la porra y no se lo podemos consentir.

Ocupación en la calle África en Santander: entraron rompiendo los cristales

Y para terminar vuelvo a esa abusiva ocupación en mi calle África en Santander. A esa familia de inadaptables asociales que han invadido lo más sagrado para una persona después de su libertad y su propia integridad física. Su domicilio. Y os digo que era lamentable ver sobre las mesitas del pasillo los marcos con las fotos familiares de los propietarios. Más bajo no podemos caer. A ver si inventan alguna vacuna contra esta morralla de políticos y se la inyectan ellos mismos en primer lugar. Porque aquí no dejan de hablarnos de crímenes de odio y pactos contra el antigitanismo, contra el nazismo y contra otras pajas mentales que sólo existen en sus mentes, cuentos para no dormir, pero aquí parece que el ciudadano común no tiene derecho a nada. Sólo a que le humillen y a que le robe cualquiera energúmeno, de ésos que luego no pisan los vecindarios donde habitan los políticos, el rey o los supuestos periodistas. Ellos son el problema.