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OPINION

“Ideologías inducidas” – Fernando López-Mirones

Escrito por Fernando López-Mirones, biólogo y divulgador científico

IDEOLOGÍAS INDUCIDAS

Hemos blanqueado ideologías promulgadas por los globócratas asumiendo que son buenas, pero no lo son. El feminismo no es una virtud, lo es el humanismo y la igualdad, la gente está muy confundida. No se trata de cambiar una injusticia por la contraria. Todas las virtudes que gente honesta ve en el feminismo ya estaban en el humanismo, no hay ni media injusticia que este defienda, era innecesario crear una ideología agresiva cuando lo que se busca es igualar.

El problema es que a menudo pontifican chicas jóvenes que no tienen descendencia. A una mujer el feminismo se le cura teniendo un hijo varón y viéndolo crecer. De hecho no hay nadie más potencialmente cruel con una mujer que la madre de su pareja masculina.

Con el animalismo pasa igual, los animales no humanos no pueden tener derechos si no tienen obligaciones, esto es filosófica y éticamente imposible. Somos los animales humanos los que tenemos la obligación de no hacerles sufrir. Por tanto no es un derecho animal sino una obligación humana.

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Fernando López-Mirones.

Nosotros podemos tener derechos porque tenemos obligaciones. Lo malo de todo esto vino cuando cualquier gilipollas se da cuenta de que diciendo que ama a los animales y que es feminista liga más. Un aullido.

Fernando López-Mirones

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Aurora
Aurora
3 años

Totalmente de acuerdo!!! . Gracias por la ilustración.

Cora
Cora
3 años

Hola Fernando, te sigo, te respeto, te pregunto con amor de que se “cura” la mujer según tu escrito? quizá no fue eso lo que has querido decir… saludos

EnekoAhíVaLaHostiaPues
EnekoAhíVaLaHostiaPues
3 años
Respuesta a  Cora

Del feminismo.

EnekoAhíVaLaHostiaPues
EnekoAhíVaLaHostiaPues
3 años

Estoy de acuerdo en todo menos en lo de la igualdad.

La igualdad es la baza del estado para encubrir su ineptitud.

No le cuesta lo mismo a un jugador de baloncesto profesional de 2m encestar en una canasta que a un enano. El estado puede poner una escalera para que el enano pueda encestar haciendo el mismo esfuerzo que el otro. Pero con ese parche genera más injusticia porque otros de tamaño medio tendrán que hacer más esfuerzo que el enano para encestar, o tendrían que hacer mucho menos que el enano si usan sus escaleras.

Ante la imposibilidad práctica del estado (“e” minúscula) de adecuarse pormenorizadamente a cada individuo para que los efectos de las obligaciones y derechos que les atribuye sean de igual calado (que es a fin de cuentas lo justo, y no la atribución indiscriminada de iguales derechos y obligaciones), decide declarar la “igualdad” universal (menos para los privilegiados de siempre, claro) de todos los individuos. Y con la aceptación generalizada de esa mentira todo se va desvirtuando.

Incluso si viviéramos en una auténtica meritocracia (el capitalismo es lo que más se acerca de momento y ahora nos quieren alejar), a Pedro le cuesta el doble de horas y esfuerzo sacar la misma nota que a Pablo, y eso a Pedro le deja molido y le roba tiempo de ocio que Pablo sí tiene. Y no es cuestión de que Pedro tenga que leer o practicar más para ponerse al nivel de Pablo. Es que son distintos. Pedro nunca podrá estar a su nivel en igualdad de condiciones haga lo que haga. Pedro tiene un carácter que le hace distraerse más, por más medicación para el déficit de atención que tome. O tiene narcolepsia. O simplemente no es tan despierto. No, no me refería a ese Pedro y a ese Pablo, aunque sean un abusón de colegio y un listillo.

Supongamos que vivimos en una democracia auténtica (si a estas alturas a alguien le parece esto cinismo que se vaya a cagar) donde tomamos decisiones que afectan a nuestro futuro, es decir, somos los auténticos dueños de nuestro destino y cada voto realmente cuenta. Si ese supuesto fuera real, ya sería todo un logro mucho mejor que está tiranía encubierta, pero… ¿realmente queremos que decidan nuestro futuro la mayoría de la gente que ha sido incapaz de plantearse escépticamente la posibilidad del engaño gubernamental y ulterior? ¿Con qué justo derecho deciden con el mismo peso sobre nuestro futuro los que han tragado y jaleado la mentira que tanto daño nos está haciendo a todos? Lo lógico sería prorratear el voto en base a factores determinantes del buen juicio, como la inteligencia, la moral, ciertos rasgos de la personalidad y la trayectoria personal o hechos relevantes del pasado.

¿Igualdad?… Mis cojones… Bueno, ni eso, porque uno me cuelga debajo del otro.

Las relaciones más justas, independientemente de su índole o sexo, no son precisamente las simétricas, sino las complementarias donde todos se benefician como en una simbiosis.

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