• Escrito por José Luis Bolado Moragues
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¿Sabías que según los mismos papeles de Pfizer, el objetivo del estudio previo a su autorización por emergencia del 11-12-2020, no era evitar la infección o su propagación (como con esa eficacia del 95% políticos y farmacéuticas nos vendieron para continuar con la fase III) sino hallar signos de moderados a graves de la enfermedad?

Supongo que aun recuerdas aquella  “Nueva Normalidad” donde cerrando la medicina primaria, confinando a los sanos, no haciendo autopsias, y abandonando las residencias de mayores, la mortalidad se disparó entre ellos. Me gustaría pensar que percibes que desde entonces, los derechos fundamentales han ido disminuyendo en la medida que una dictadura cada vez más despótica sigue creciendo a costa de comprar a los mass media. TVs, radios, periódicos, lo mismo propagan información contradictoria, que como fieles loritos todos muestran o dicen palabras exactamente iguales, pero siempre eso sí, guardándose muy mucho de silenciar cualquier opinión discrepante con la oficialidad que les subvenciona. Una estudiada maniobra de confusión y amedrentamiento, que hoy ha conseguido que sean legión los que ante la realidad de los datos queden inermes al razonamiento.

¿Cómo, o por qué, se sigue insistiendo en covivacunar a todo el mundo sin un estudio previo de cada cual, sin receta médica, sin información de efectos secundarios, y lo que aun es peor, sin que NADIE SE RESPONSABILICE de los mismos? ¿Acaso ningún “experto” sabe que una vacuna solo es segura y eficaz si sus peptidos no están en el proteoma humano? 

¿Encuentras a alguien que con un mínimo de sentido común y un  conocimiento básico de  inmunidad, tenga la certeza de que si una vacuna contiene algún elemento igual o parecido al que el cuerpo ya tiene, el anticuerpo que se produzca sabrá distinguir entre el propio y el inyectado? 

Cuando en la proteína S se encuentran 41 componentes similares a los relacionados con la fertilidad humana como las sincitinas, y sale un experto considerando que un 20-30% en similitud es irrelevante en el origen de una reacción cruzada, si luego descubres que entre embarazadas covivacunadas el numero de abortos es 7 veces mayor a la media, no queda más remedio que considerar que el numero de abortos expertos con porcentajes similares de reacciones €ruzadas no es irrelevante.

¿Cómo se pueden cerrar los ojos ante la cantidad de noticias de efectos secundarios graves como miocarditis, accidentes cerebro-vasculares e incluso muertes, en gente joven y en conocidos deportistas al poco de inyectarse?  Un número que podría ser muy superior al descubrir que en raras ocasiones se hacen autopsias, y que solo se considera como efecto secundario de la “vacuna” cuando se produce al cabo de 10-15 días de haber recibido la pauta completa. 

Si te preguntas sobre esa obsesión por vacunar a todo el mundo, está en tus manos descubrir que en esta “Pandemia”,  a no ser que se admita el oxímoron “enfermo asintomático”, enfermar no es lo habitual, y la letalidad se centra en los mayores y/o personas con patologías previas. Tú mismo  puedes encontrar que los niños raramente lo padecen, y que cuanto más joven se es, más fácil es ser hospitalizado por efecto de la vacuna que por el mismo Covid. 

Si consideras que cambiar definiciones justo en los momentos en que se desarrollan sus conceptos, es cambiar las reglas de juego a mitad del partido para favorecer a un contendiente, te puede sorprender la capacidad innovadora de la OMS, por cierto, un organismo donde la financiación privada es la que determina sus objetivos. Si quieres, puedes buscar y disfrutar en internet de la creatividad de algunas de sus definiciones.  

En el  2009 con la H1N1 desaparece la mortalidad en aras de la extensión. Pandemia:  “Epidemia de una enfermedad infecciosa que se propaga en un área geográficamente extensa”

A finales del 2020 y justo antes de autorizar por emergencia la vacuna de Pfizer, de “Inmunidad”, desaparece la natural o la adquirida de rebaño, y en esta última, o inmunidad colectiva, se recalca: “se consigue cuando un alto porcentaje de la población está vacunada”  

Mas tarde, y conforme avanza el programa de vacunación masiva aparecen los siguientes cambios:

Vacuna: “Producto que estimula el sistema inmunitario para producir inmunidad” -> “Producto que se utiliza para estimular la respuesta inmune”. Se obvia así el resultado y se basta con el intento. 

Vacunación: “Introducir una vacuna para producir inmunidad” -> “Introducir una vacuna para producir protección”. Es curioso sustituir “inmunidad” por “protección” justo cuando una vacuna ni inmuniza ante la infección ni inmuniza ante el contagio. Si además añadimos que sus efectos adverso y muertes, superan con creces la suma de todas las demás juntas de los últimos diez años, hay que ser muy tragacionista para seguir llamándolas vacunas. 

Y a todo esto ¿hay que seguir soportando la taxativa prohibición de la Ivermectina o de la Hidroxicloraquina, cuando en la India o Africa siguen demostrando su gran valor administradas en fases tempranas, o resignarse ante la exhaustiva persecución de cualquier medicamento o terapia alternativa a la vacunación? 

¿Cómo desde el entorno sanitario se puede admitir que un mono o poli covivacunado, que se sabe tiene la misma e incluso superior capacidad de infectar y producir variantes, tenga más derechos y libertades que otro que habiendo pasado el Covid adquirió una inmunidad superior y más duradera ? ¿Cómo desde los Colegios Médicos se puede promocionar o callar ante la implantación de un Green Pass  totalmente discriminatorio? 

Lo vienen avisando desde hace tiempo y ya no tienen reparo alguno en ocultarlo. Estamos inmersos en una planeada des-estructuración social donde el apabullante dominio de los medios de información se hace imprescindible en la creación de confusión, caos, pobreza, y en el miedo que se inocula día a día. 

Cuanto más tiempo tardemos en informarnos por nosotros mismos, más tardaremos en perder ese miedo y tomar individualmente la decisión de desobedecer pacíficamente todo lo que atente a nuestros Derechos Fundamentales, a nuestra Constitución, y a nuestro Valores. 

Ya basta de buenistas, multigeneros, calentólogos…. y demás chupopteros globalistas que quieren organizar tu pais, tu familia, y hasta tu propia vida. Hay que extender un rotundo NO al Nuevo Orden Mundial, y que la Agenda 2030 se la metan por su mismísimo orto.