“Se vende Humanidad. Razón, aquí” – Teresita Ávila
- Escrito por Teresita Ávila Alonso
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“Se vende Humanidad. Razón, aquí” – Teresita Ávila
“Siempre los ricos que dan en liberales hallan quien canonice sus desafueros y califique por buenos sus malos gustos”.
Miguel de Cervantes (1547-1616)
Tengo un amigo en Cantabria que es capaz de juegos de palabras tan ingeniosos como hilarantes. Un día me dijo: No soy “de Bill”. Naturalmente, interpreté el adjetivo débil, pero al repetirme “no pertenezco, no soy de Bill” comprendí cuál era su intención. Con el valor añadido de su traducción del inglés como factura, billete –que redondea el chiste.
Dado que el humor siempre me ha parecido una cualidad que sirve para atravesar, sortear, las dificultades de los razonamientos, que actúa en pro de una transgresora visión de la realidad sin opacarla, me dio por pensar en lo mucho que acertaba no solo por aquello que ya es sabido -la famosa patente de Microsoft WO2020060606 que propone usar la actividad física de las personas para generar criptomonedas, a través de un sistema de blockchain– sino por la cesión de nuestros derechos o su anulación, en la idea tangible de una próxima “mercantilización del pensamiento”.
Inmersa en la búsqueda de datos sobre el concepto, di con el excelente blog de Álvaro Soler Martínez, Sociología inquieta, en donde publicó el mes de julio la entrada titulada “La mercantilización de la vida en la era posthumanista”. Es decir, que el concepto se hallaba ampliamente documentado y era materia de análisis por parte de filósofos de la talla de Zygmunt Bauman, Byung Chul Han o Michel Foucault. El primero señala como causante de la degradación de la vida a la “modernidad líquida”, llamada así porque se nos escurre de entre las manos y nos produce constante insatisfacción. Chul Han se centra en la manera en que, desde el poder, se presiona a los sujetos (en el doble sentido del término, como humanos y prisioneros) para que no puedan sustraerse a esa rueda esquizofrénica que impide la serena reflexión y la visión de uno mismo desde una óptica humanizadora. Todo sea por sucumbir a la vorágine de modas y dictados asumidos irreflexivamente. Y, finalmente, Michel Foucault quien acuña la metáfora del Panóptico para visualizar la manera en que el poder omnímodo es capaz de ejercerse a través de una vigilancia exhaustiva, con una sociedad sometida a una -más que férrea- extrema disciplina (autoimpuesta, o ejercida por la presión del grupo que adquiere las funciones del verdugo).
Parece que la única perspectiva del hombre moderno es abocarlo sin remedio hacia un horizonte deshumanizado, y pasa por la necesaria colaboración de sus semejantes (en el sentido de un igualitarismo, de un rasero tan simétrico que los anularía como individuos) que sería el alimento y motor de los impulsores del cambio (los pomposamente llamados Cuarta Revolución Industrial de Schwab o el Gran Reinicio, de los que hablé en el artículo anterior).
Regresando al blog de Soler Martínez, hay un vídeo en el que intervienen varias personas de las cuales me interesó especialmente la escritora e investigadora Prado Esteban Diezma, cuya lúcida interpretación del hombre posmoderno la conduce certeramente a unas palabras del libro del Apocalipsis como antídoto contra el desastre. Son estas: “No tengas ningún temor de las cosas que has de padecer. He aquí, el diablo ha de enviar algunos a la cárcel para que seáis probados, y tendréis tribulación de diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”. Por lo tanto, para ganar hay que perder. Perder el miedo, ganar el valor. Vaciar lo hinchado, lo que nos consume -el ruido, la banalidad, lo externo- y dejar que asiente de nuevo nuestra materia -el Ser verdadero- que nuestros Enemigos declarados tienen como objetivo.
No. En esto no se puede ceder. No estamos en venta, pasen de largo.
Teresita Ávila
BIBLIOGRAFÍA:
Álvaro Soler Martínez: “La mercantilización de la vida en la era posthumanista”, Sociología inquieta. 21 de julio de 2021
http://www.xn--sociologainquieta-kvb.com/2021/07/la-mercantilizacion-de-la-vida-en-la.html
Acertado análisis de la encrucijada ante la que nos encontramos: “Por lo tanto, para ganar hay que perder”.
El totalitarismo ideológico que padecemos me recuerda al de los bolcheviques pero perfeccionado gracias al omnipresente poder de la ciencia y sus avances tecnológicos en manos de las élites mundiales. Con la Inteligencia Artificial en sus manos, la humanidad conocerá una dictadura como jamás ha padecido.
Los Jemeres Rojos camboyanos con su vuelta al año cero están en el Silicon Valley (o en Pekín). Quién piense es una amenaza. Nos queda rendirnos y gozar del agradable y letal placer de dejarnos llevar por la corriente o resistir en plan numantino.