“Cuando no hay que caer en su trampa” – Jon Ander Etxebarria
Escrito por Jon Ander Etxebarria, ex Decano del Colegio de Biólogos de Euskadi
Cuando no hay que caer en su trampa
Ante opiniones que estoy leyendo en diferentes grupos sobre la imposición del pasaporte covid, todas por supuesto respetables, donde para algunos no es comparable la imposición según que actividad se ejerza o a que franja de edad le afecta, diciendo por supuesto que en esencia teórica no todas las prohibiciones son de la misma gravedad , la realidad es que la imposición como tal es del todo grave, afecte a quien afecte, ya que es una conculcación de nuestros derechos y libertades, sea en el ocio, deporte, etc ( no es lo mismo que a mi me prohiban ir a una discoteca a que lo hagan con los jóvenes ya que con ello se está afectando al desarrollo de socialización de estas personas señalándoles como estigmatizados y creando recelo entre las amistades, además de ciertos problemas psicológicos por considerarse apartado de su entorno social.
Está claro que uno de los temas más graves es la vacuna para los menores, pero la realidad es que los menores no tienen capacidad de decisión y son los aitas y amas quienes la tienen. No hace falta decir que mi postura es no admitir imposición alguna sea de la gravedad que se considere ya que esa gravedad no deja de ser subjetiva según a quien le afecte, pero igualmente grave.
Otro sector donde se está llegando a una gravedad suma es la de las visitas o acompañantes a las personas hospitalizadas, porque en este caso se ha llegado al extremo de exigir para poder entrar la pauta completa de la vacuna sin valer ni test de pcr ni de antígenos. Creo que este proceder es del todo denunciable ya que me puede decir la profesión sanitaria ¿cómo es posible que para todas las otras actividades, incluso viajar sea válida también la pcr y los antígenos y para ir a un hospital no?, ¿es que un vacunado no contagia y una persona con pcr o antígeno negativo si?, ¿es que se les exige a todos los trabajadores (no es que lo esté pidiendo) el que para entrar a trabajar solo les valga la doble pauta?, ¿cómo es posible que esta profesión nos esté demostrando que tienen miedo a la enfermedad cuando su obligación es atender a cualquier paciente con todo tipo de dolencia?, ¿atienden estos mismos profesionales en la sanidad privada, aceptando el pasaporte con la pcr o antígenos cuando todos sabemos que la mayoría de estos profesionales sanitarios trabajan tanto en la pública como la privada?, ¿en la privada tienen menos miedo a enfermar?. La realidad es que esta profesión está llegando a perder todo el prestigio y credibilidad que tenían en nuestra sociedad, ya que nos están demostrando que tienen pánico a la enfermedad y con ello están perdiendo la esencia de lo que significa su profesión.
Finamente decir que continuamente acudimos a decir que la vacunación no es obligatoria pero la realidad es que con el chantaje la hacen en un cierto modo obligatoria, por lo que, en mi opinión, hay que pedir al Constitucional si una vacuna supuestamente no obligatoria está siendo de facto obligatoria por la utilización del chantaje que se está imponiendo.
Acabo como al principio no caigamos en la trampa de la división sobre si es más grave o no la imposición del pasaporte según a quien le afecte, la gravedad por si está en que se aplique donde se aplique no deja de ser una restricción de nuestros derechos y libertades las calibremos cada persona como nos parezca oportuno.