Escrito por Frasco Martín
PSEUDOESPIRITUALIDAD SISTÉMICA
El sistema de este reino de la cantidad, en el que la humanidad se debate desde hace tiempo, promueve todo aquello que alimenta la desvinculación con la Realidad Espiritual que nos fundamenta y nos vivifica, nos da sentido y propósito existencial. Tradición, metafísica, religión, filosofía, arte… eran vehículos que transmitían el acceso a la liberadora toma de consciencia o, al menos, permitían una aproximación devocional salvífica. De esto solo quedan rescoldos.
El Yoga, Zen, Cábala, Hesicasmo, Sufismo, etc., son nobles vías de conocimiento dentro de tradiciones espirituales legítimas -nada que ver con la “new age”-. Tales vías no son un tipo de psicoterapia, encontrándose muy por encima del dominio de la psicología, y no se pueden realizar en cursos, talleres u otros eventos -sean de pago o “gratuitos”-. Son caminos que implican la pertenencia a alguna de las tradiciones antes implícitamente mencionadas (Taoísmo, Hinduismo, Budismo, Judaísmo, Cristianismo e Islam, principalmente y entre otras), la asistencia de un guía cualificado y autorizado -que no cobra por ello o se promociona como tal, ni lo promocionan-, y una sinceridad e implicación profundas.
La pseudoespiritualidad campa a sus anchas, como la comida basura, la música degradante o el cine y la teleficción, con sus series plagadas de ideologías deconstructivas varias y noticieros sistémicos de propaganda, programación y terrorización. Cualquier buscador que ingenuamente intente aproximarse a la Tradición Espiritual, a ese conocimiento transmitido en diferentes épocas y lugares y que se remonta a La Fuente de la que todo procede, se encuentra enredado en la red que teje este sistema plagado de exhibicionismo sentimentaloide. La emoción profunda, que el pudor preserva en la intimidad de quienes valoran el tesoro espiritual, es sustituida por exposiciones grandilocuentes de pretenciosas experiencias personales, adornadas con mucho sentimiento y escaso conocimiento. Guías ciegos que pretenden guiar, capaces de lanzar discursos sobre egos que se disuelven, en medio de aplausos que los coagulan. Seducidos por la cantidad de followers o lectores, caen en la trampa, unos y otros. Desde luego, cumplen su función. Solo espero y deseo, apreciado lector, que no formes parte del necesario proceso de decantación que en todo lo existente se manifiesta. Bucea con criterio y acércate a autores de probada garantía, con firmes lazos a la Tradición (transmisión) consagrada, que puedan remitirte a caminos certeros o referencias útiles, y aléjate de sucedáneos de aparente sabor y pésima digestión.
Pero no quisiera acabar con el toque amargo de la crítica sin apelar a la confianza y alentarte en la esperanza, pues, como dijo un querido Maestro del que te aconsejo seguir sus atinadas indicaciones: “Cualesquiera que sean las apariencias, se puede estar seguro de que todos los desequilibrios parciales y transitorios concurren finalmente a la realización del equilibrio total” (René Guénon. La crisis del mundo moderno).
Frasco Martín
Centro MENADEL Psicología Clínica y Tradicional
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Frasco Martín (Col. AO-06454)Tfno. (+34) 607725547
Gracias por compartir.
¡Bravo!