Denunciado un posible caso de explotación canina
Escrito por Kepa Tamames, escritor y presidente de ATEA (Asociación para un Trato Ético con los Animales)
Denunciado un posible caso de explotación canina en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz)
Nuestra asociación ha denunciado ante el SEPRONA (Guardia Civil) un posible caso de explotación canina en la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda. Los hechos estarían teniendo lugar en al menos una vivienda particular del casco urbano, donde su responsable y un familiar se dedicarían a la cría de cierta raza de canes, cuyos ejemplares son luego ofertados para su venta en páginas de anuncios clasificados. Además, en el mismo lugar habría también un ejemplar de suricato encadenado.
Recientemente, un ciudadano de Vitoria‑Gasteiz se interesó por uno de dichos perros, y procedió a su adquisición. Pero decidió quedarse con el lote completo de cuatro hembras, al comunicarle la persona vendedora que temía una inminente inspección del SEPRONA, pudiéndole requisar los animales, para trasladarlos al centro de recogida municipal, donde se practica el sacrificio (y los etiquetados com «perros potencialmente peligrosos van los primeros). Es por ello que el ciudadano, angustiado por el probable destino de los animales, decidió hacerse con las cuatro perras, esperando encontrarles un hogar dentro de su entorno.
Pero, ya en destino, a primera vista los animales daban muestras de no gozar de buena salud, sospecha que se vio corroborada por los informes veterinarios tras el preceptivo chequeo general. Todas padecen dolencias internas severas, que afectan tanto a corazón como a otros órganos vitales, no pudiendo ser achacadas a la edad, pues se trata de perras relativamente jóvenes (5‑6 años).
Desde ATEA se ha facilitado al SEPRONA de Jeréz de la Frontera una completa documentación, que entendemos avala con fuerza el contenido de nuestra denuncia, e instamos a dicho servicio a que implemente el protocolo correspondiente, para hacer que se cumpla la normativa de aplicación en todos sus extremos, y que, de advertirse cualquier tipo de infracción penal al respecto, las personas responsables de los hechos sean convenientemente castigadas en los términos expresados por la ley.
Una de las perras regresó a Sevilla, pues allí vive du propietario legal, al que le desapareció en su momento. Creemos que está bien.
Choco, Beltza y Pepa se quedan en Euskadi, pues han tenido la fortuna de encontrar sendas familias estupendas, y además comparten ahora hogar con compañeros de especie, con quienes han congeniado desde el primer momento (¿perros potencialmente peligrosos?). En las imágenes que se adjuntan puede apreciarse el estado de mejoría (y de felicidad) de las tres perras.
Por tanto, no cabe sino felicitar efusivamente a nuestras voluntarias, que se han dejado el alma en que tan dramática historia termine de forma tan satisfactoria para las protagonistas.
ATEA
[Asociación para un Trato Ético con los Animales]