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Un poco más de lógica en la 3ª guerra mundial

Escrito por Luis de Miguel Ortega (enlace a la web de Scabelum)

Un poco más de lógica en la 3ª guerra mundial

El 2 de mayo de 2020 estrenábamos nuestra web. Ha sido scabelum.com nuestro portal de comunicación con vosotros. Era y es una web casera creada y montada por Luis y Marga. No somos informáticos ni diseñadores web, pero lo cierto es que los miles de euros que hemos gastado en informáticos, no nos han ofrecido nada mejor. Una pena.

El 3 de mayo de 2020 publicábamos en nuestra casera web un post advertencia que se titulaba Efecto Lucifer para una post-democracia. Era un aviso serio de lo que estaba ocurriendo y lo que nos esperaba.

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Desde el principio os hemos avisado de que estábamos ante un golpe de estado internacional y una guerra mundial irregular que comenzó hace unas cuatro décadas, donde las principales trincheras eran:

  1. La guerra psicológica
  2. La guerra económica
  3. La guerra democrática

Mientras nosotros lanzábamos la advertencia e íbamos de pleito en pleito para poderos contar en primera persona que no nos equivocábamos ni un milímetro, el gobierno despótico de este país y del resto de paises occidentales han ido avanzando en una guerra mundial sin resistencia real.

La guerra psicológica que describíamos ha funcionado a la perfección y sin la más mínima resistencia de la población. Alguno se sentirá ofendido por lo que digo. No me importa. No estamos aquí para hacer amigos y mucho menos ese tipo de amigos que solo están cuando se les complace. Llevamos tres años de guerra abierta sin ninguna victoria a nuestro favor y un gran deterioro social.

1) La Guerra Psicológica (cognitiva)

La guerra psicológica tal y como os anunciamos hace tres inmensos años, comenzó con técnicas de condicionamiento social basadas en los experimentos de Ash, Milgram y Zimbardo, teniendo como finalidad estos objetivos:

  1. Sembrar emociones negativas básicas
  2. Paralizar a la población
  3. Que la población no pueda entender ni reaccionar en los otros frentes (el económico y el democrático).

El objetivo es cambiar no solo lo que la gente piensa, sino también cómo piensa y actúa. Realizado con éxito, da forma e influye en las creencias y comportamientos individuales y grupales para favorecer los objetivos tácticos o estratégicos de un agresor.

Los dos objetivos los consiguieron inmediatamente hasta el punto que en marzo de 2020, la guerra ya la tenían prácticamente ganada.

Desde el principio de esta guerra, la gente sufrió un intenso estrés social y personal y asumió, interiorizó y expresó las emociones negativas que el Gobierno estaba instalando en sus mentes. Poco a poco surgió una disidencia, pero esa disidencia ya estaba infectada de dichas emociones.

  1. Tristeza
  2. Miedo
  3. Asco
  4. Ira

La tristeza la inyectaron con las noticias de muertes de los ancianos (por homicidio, o por eutanasia), el confinamiento de los débiles, la ruina de los autónomos. La televisión jugó un papel muy importante en la transmisión de la tristeza, pero también lo fueron las redes sociales que nunca entendieron que reproducir compulsivamente los mensajes de tristeza era precisamente lo que buscaba el gobierno. Se trataba de una disidencia controlada, ingenua e inconsciente que creía que estaba luchando contra el gobierno cuando en realidad cumplía inocentemente sus instrucciones: sentid y transmitid la tristeza por lo que está pasando.

El miedo lo inocularon a través del miedo a la muerte y el miedo a perder nuestros derechos y ser esclavizados. El aspecto militar de las ruedas de prensa y el trabajo de la policía cumpliendo las instrucciones directas de Marlaska de crear terror en la población, mediante denuncias falsas, detenciones ilegales y patadones en las puertas de viviendas y comercios, junto con las cifras de muertos convenientemente filtradas, fueron ampliadas como quería el Gobierno por una disidencia infantil y fuera de control. La prensa mainstream hizo su trabajo pero quien hizo posible que el miedo llegase a cada rincón del país, fue la disidencia. Toques de queda, salvoconductos, fumigaciones, vacunas, pcr, morguellons, campos de concentración, y por último la nueva moda del grafeno y la vieja de los chemtrails, todo se magnificó para aterrorizar a la población obediente y desobediente. La disidencia cumplió con matrícula de honor la función de transmitir el miedo y hacerlo más intenso.

El asco nos lo han tenido que transmitir con las harinas de gusanos, las políticas de género y el adoctrinamiento sexual de niños. En el fondo son noticias que no van a ninguna parte porque a una persona normal, dentro de una familia normal, no le puede afectar estas modas ya que nadie con dos dedos de frente puede tenerle miedo a las harinas de gusano (yo no voy a comprar nada que lo lleve y no compraré alimentos que no acrediten contenido), las políticas de género las tenemos en cuarentena en nuestra familia porque tenemos suficiente formación moral como para que no nos afecte y sobre el adoctrinamiento sexual de niños, nosotros ya hemos adoctrinado sexualmente a los nuestros y para que los adoctrinen de contrario tendrían que hacer un trabajo inmenso. Hemos intentado ser coherentes… y serios. Pero la disidencia ha magnificado el mensaje de asco hasta el aburrimiento, con debates tontos y polémicas erísticas. Debatir por debatir, insultar por insultar. Se trataba de una disidencia controlada, ingenua e inconsciente que creía que estaba luchando contra el gobierno cuando en realidad cumplía inocentemente sus instrucciones: sentid y transmitid el asco por lo que está pasando.

La Ira ha sido la emoción más fácil. Comenzó con los aplausos en los balcones. Al grito de negacionistas y charlatanes, se contraponía ¡asesinos! ¡Traidores! Luego continuó con ¡bozaleros! ¡inoculado! Y mientras la disidencia se cargaba de un lenguaje delirante y de una gergonofasia intragable comenzaron las discusiones sobre quienes eran disidencia verdadera y quiénes eran disidencia controlada. Los insultos y las amenazas se repetían en las redes sociales contra quienes apoyaban al gobierno y contra quienes estaban en contra, con acusaciones mutuas y recíprocas de ¡disidencia controlada! Una locura. El discurso ansolutamente irracional y emocional se centraba en la imposición y la descalificación. La gente ya tenía inyectadas las emociones hasta tal punto que se creyeron seres especiales, almas despiertas, próceres de la nación o seres iluminados con una idea obsesivamente repetitiva: todo irá bien si la gente me comprende y hace lo que yo diga.

El Gobierno tenía como advertimos una estrategia y pilló a toda la población en pijama, noqueada, sin capacidad de reacción. Tres años más tarde, en el fondo de la disputa, el delirio más absoluto por las cuestiones más peregrinas. Y esto sólo en cuanto a la guerra psicológica. En la guerra económica han tenido un éxito rotundo sin resistencia y en la guerra democrática has sido capaces de desmantelar el Estado de Derecho ante nuestros ojos.

El común denominador de todo ello es que los influencers de la disidencia, se consideraron y se consideran “seres de luz” y “almas despiertas”. Una nueva especie social. Una nueva clase enfrentada a otra clase irreconciliable: la de los oscuros e ignorantes.

2) Qué es un “ser de luz” o un “alma despierta”

Siguiendo una sistemática paciente, vamos a establecer en un primer lugar que es lo normal y que es lo anormal, para luego, definir dentro de la anormalidad, cuál es positiva y cuál es negativa. Para eso nos vamos a apoyar en la estadística y la lógica. Emplearemos el concepto de “Campana de Gauss”.

“El concepto de campana procede del latín tardío campāna, a su vez vinculado a la región italiana de Campania. Allí se emplearon por primera vez las campanas, que son instrumentos de metal con forma de copa invertida que se golpean para que emitan un sonido”. “Gauss, por su parte, es el apellido de un físico y matemático (Carl Friedrich Gauss) que nació en 1777 en Brunswick y murió en 1855 en Gotinga. Sus aportes científicos han marcado el desarrollo de las matemáticas”.

La noción de campana de Gauss alude a la representación gráfica de una distribución estadística vinculada a una variable. Una variable cualquiera va a tener una distribución estadística uniforme con forma de campana.

Si nos atenemos a la estatura de los alumnos de un colegio, tendremos dos extremos -muy bajo y muy alto- con pocos alumnos en estos grupos. Tendremos grupos más voluminosos de bajos y altos y un grupo muy grande de gente normal.

Si cogemos cualquier otra variable, podremos establecer dos extremos dicotómicos

  • Estatura: Altos Normales Bajos
  • Peso: Gordos Normales Delgados
  • Inteligencia Inteligentes Normales Imbeciles
  • Belleza Hermosos Normales Horribles

Y en cuanto a los valores morales, nos encontraremos con la misma distribución

  • Amabilidad Amigables Normales Antisociales
  • Justicia Justos Normales Criminales
  • Templanza Calmados Normales Histericos

Y en otras cuestiones físicas tendremos:

  • Salud Saludable Normal Enfermo

Siempre tendremos en torno a una variable, dos posiciones dicotómicas bien de contrarios o bien de opuestos que definirán a la población.

¿Qué es ser sano y ser enfermo? ¿Cómo se define?

En cuanto a la salud y la enfermedad podremos partir de la premisa de la normalidad y lo que sucede en la mayoría de la gente.

La mayoría de la gente que estaría en el grupo medio de la normalidad, tiene algunos achaques, algunos defectos y algunas necesidades que tiene que suplementar. La gente normal necesita cuidarse y dejarse cuidar de vez en cuando. Con razón no se consideran enfermos pero tampoco totalmente sanos.

  1. Muy enfermos: Dentro del grupo minúsculo de muy enfermos tenemos a ese pequeño grupo de personas que están entre la vida y la muerte. No son muchos, pero su recuperación parece improbable, estando en una fase de la curva, difícil de remontar a la normalidad.
  2. Enfermos: Son las personas que sufren de una manera crónica y constante. No están en peligro de muerte pero tampoco están cerca de vivir de manera adecuada. necesitan tratamientos médicos, cirugía o rehabilitación durante mucho tiempo para poder hacer una vida digna. No les envidio.
  3. Un poco enfermos: Son las personas que ocasionalmente sufren enfermedades o síntomas leves, controlables, tratables con autocuidados, dietas y suplementos. Muchos eligen la opción de la medicina química, per opodrían evitarlo si quisieran.
  4. Normales: Son las personas que no sufren enfermedades pero de vez en cuando tienen síntomas, signos y síndromes comunes. Algún catarro, estreñimiento, dolor de regla, dolor de cabeza, etc. Es gente que se cuida lo justo y “disfruta de la vida” tomando alimentos no muy sanos y teniendo hábitos poco saludables. Su cuerpo se degrada al ritmo de la edad. Lo normal. Es la mayoría de la población.
  5. Generalmente sanos: Son las personas donde los síntomas, signos y síndromes son ocasionales y cuidan su alimentación y hábitos por encima de lo normal. Además, cuando les llega un achaque, con poca cosa se arreglan.
  6. Sanos: No saben lo que es un síntoma ni un signo. Es difícil que se acuerden de la última vez que estuvieron en cama. El médico no lo conoce y el del herbolario tampoco. Su naturaleza y sus autocuidados lo hacen irromplible. Es una población muy pequeña.
  7. Muy Sano: Es una población minúscula. Su naturaleza los hace inagotables. Comen de todo, pueden beber alcohol, comer grasas, fumar y llegan hasta los 90 años. Hacen frente a las adversidades físicas y se recomponen al instante. Los de este grupo somos cuatro y tenemos superpoderes (jajajaja).

Si miramos los datos, en España hay 230.000 personas que morirán este año, porque están muy enfermos y según esta lógica, existen poco más de 230.000 personas que son irrompibles. En los tramos medios hay grupos cada vez mayores y en el grupo enorme de la normalidad estará la mayoría unos 20 millones de personas normales.

3) Salud mental, iluminación y despertar.

Si hay algo que definiría a las personas que se consideran “seres de luz” o “almas despiertas”, esa debe ser la “salud mental”.

A fin de cuentas, los “seres de luz” y las “almas despiertas” deben ser personas que controlan sus emociones, sus pasiones, sus virtudes y defectos.

Decía Aristóteles en su Ética a Nicómaco:

IV. Ya que todo conocimiento y elección tienden a un bien, expongamos, para resumir, qué es aquello a lo que decimos que tiende la Política y cuál es el más elevado de todos los bienes que se alcanzan mediante la acción. Pues bien, sobre el nombre hay prácticamente acuerdo por parte de la mayoría: tanto la gente como los hombres cultivados le dan el nombre de «felicidad» y consideran que «bien vivir» y «bien-estar» es idéntico a «ser feliz». Pero sobre la felicidad -qué cosa es- ya disputan y la gente no lo explica de la misma manera que los sabios. En efecto, unos la consideran una de las cosas visibles y manifiestas, como el placer, la riqueza o el honor; otros, otra cosa – y a menudo una misma persona la tiene por cosas diferentes: la salud, cuando está enfermo, y la riqueza cuando es pobre-.

Para no alargar sobre un libro que es mejor que lo leáis entero, el bien máximo es la felicidad, y la felicidad se alcanza con la virtud, y la virtud es lo que aprovecha a los seres de manera absoluta y por eso en el medio está la virtud, ya que debe adaptarse a cada momento y circunstancia y es el hombre sabio, el hombre educado, el hombre cultivado y entrenado en virtudes, es el que es capaz de reaccionar con valentía, conjugando prudencia y temeridad en el punto adecuado.

Y asi, solo puede ser feliz el que controla sus virtudes morales y sus pasiones como la justicia, la templanza, la magnanimidad, la amabilidad, etc.

Qué es un “Ser de luz”: pues debe ser lo más parecido a un ser feliz con perfecta salud mental, es decir, un bicho raro poco habitual. Un ser al que no le tumban las críticas ni las opiniones adversas, que remonta el vuelo al instante tras cada caida y que no se dedica a explotar a los demás o urdir estrategias de manipulación mental y emocional.

Siguiendo el esquema mental lógico con el que empezamos, la persona FELIZ, el iluminado de verdad, “el ser de luz” o “el alma despierta” es una persona feliz que transmite felicidad, controla sus facetas morales y las equilibra al instante.

Son justos, amigables, magnánimos y actúan con templanza. Controlan tanto la locura de su vida que no se dejan llevar por emociones negativas, son escépticos y no reaccionan con histeria ni descontrol.

No necesitan hacer crecer su ego siendo valorados por los demás, ni necesitan llamar la atención, ni emplean emociones negativas para ser más atractivos o manipular a los demás. No necesitan emplear comportamientos neuróticos para obtener retribuciones o el reconocimiento social. Es gente feliz y punto.

Carlos Castañeda dice que el hombre sabio es aquel que:

Vive actuando, no pensando en actuar, ni pensando en lo que pensará cuando haya terminado de actuar… Él sabe que su vida habrá terminado demasiado pronto; él sabe, porque él ve, que nada es más importante que ninguna otra cosa. Así pues el hombre sabio suda y resopla y si uno lo observa es igual a cualquier otro hombre, excepto que él controla la locura de su vida. Ya que nada es más importante que ninguna otra cosa, el hombre sabio, el hombre de conocimiento, escoge cualquier acto, y actúa como si le importara. El control que tiene sobre su locura le impulsa a decir que su actuación importa y hace que actúe como si importara, y sin embargo sabe que no es así; de modo que cuando cumple con sus actos, se retira en paz, y el hecho de que sus actos hayan sido buenos o malos, hayan resultado o no, no es cosa que le preocupe.

El hombre feliz, no es una persona normal (ya hemos visto que una persona normal no está en el extremo más positivo sino en el punto intermedio), pero es una persona contraria a estar midiendo sus pasos todo el día, autocontrolarse, dejarse llevar por inercia, o entrar en desesperación.

El hombre feliz, no se dedica a llamar la atención con bulos, con estrategias, con emociones negativas como el miedo, la tristeza, el asco o la ira.

“El ser de luz” o “el alma despierta” de “la disidencia” es lo contrario a todo eso y si te cruzas con alguien que quiere transmitirte miedo, tristeza, asco o ira, estate seguro de que no estás ante un “ser de luz” .

La mayoría de los “seres de luz” y “almas despiertas” que he conocido en esta pandemia, no dejan de ser unos pobres cantamañanas necesitados de atención, de seguidores y de likes en redes sociales, y para conseguirlo no tienen reparos en emplear las estrategias más soeces y miserables como transmitir emociones negativas.

Las personas que se califican de despiertas, seres de luz o almas despiertas, tienen un aire irrazonable de superioridad. Necesitan y buscan demasiada atención, y quieren que las personas las admiren. Es posible que a las personas con este perfil les cueste comprender o no les importen los sentimientos de los demás. Sin embargo, detrás de esta máscara de absoluta confianza propia, no están seguras de ellas mismas y reaccionan fácilmente a la más mínima crítica. No tienen la más mínima empatía para ver que cuando transmiten emociones negativas, hacen sufrir a personas débiles o ingenuas… pero les da igual.

Los síntomas de un falso “ser de luz” o “alma despierta” son:

  1. Tener un aire de superioridad irrazonable y necesitar constantemente la admiración excesiva de los demás
  2. Sentir que merecen tener privilegios y recibir un trato especial
  3. Esperar que se reconozca su superioridad, incluso sin haber logrado nada, o sin que den datos ni pruebas de lo que dicen o hacen.
  4. Hacer que sus logros y talentos parezcan más importantes de lo que son
  5. Preocuparse por fantasías sobre el éxito, el poder, la brillantez, la belleza o la pareja perfecta.
  6. Creer que son mejores que los demás y que solo pueden pasar tiempo con personas tan especiales como ellas o que únicamente ese tipo de personas podrán entenderlas
  7. Criticar y menospreciar a las personas que no consideran importantes
  8. Esperar favores especiales y que los demás hagan lo que ellas quieren sin cuestionamientos
  9. Aprovecharse de los demás para lograr lo que quieren
  10. Tener incapacidad o falta de voluntad para reconocer las necesidades y los sentimientos de los demás
  11. Envidiar a los demás y creer que son envidiadas por otras personas
  12. Comportarse con arrogancia, alardear mucho y ser engreídas
  13. Insistir en que tienen lo mejor de todo, por ejemplo, el mejor coche o la mejor oficina
  14. En definitiva, la mayoría carece de estudios, preparación y experiencia como para presumir y desprecian a gente con formación académica o experiencia técnica.

“Yo soy terapeuta de salud y los médicos no tienen idea de lo que dicen” es algo demasiado frecuente. “No hace falta ser abogado para saber de leyes porque lo importante es la ley natural” es otro de los chistes…

Y así queridos niños es como se llenan los chats de insultos y amenazas todos los días, por gente despierta y de luz que no son más que pobre gente con muy bajo nivel de salud y muchas carencias afectivas.

Mientras tanto, podemos estar seguros de que la estrategia del Gobierno ha funcionado y funciona a la perfección con una legión de seres despiertos y de luz que sin saberlo, están colaborando en la guerra que vivimos.

4) ¿Por qué los Seres de Luz y las Almas Despiertas, no se dan cuenta de que son pobres narcisistas abducidos por la guerra psicológica del Gobierno?

McArthur Wheeler y el efecto Dunning Kruger

McArthur Wheeler, es el hombre de 44 años de edad que asaltó dos bancos pensando que era invisible porque realizó una investigación y tras varios meses planeando una estrategia para entrar a robar un banco, y llegó a la conclusión de haber encontrado la formula mágica o científica para hacerse invisible, y esta era el zumo de limón. Esto ocurrió en el año 1995 en Pittsburgh, en Estados Unidos, y aparentemente el ladrón tuvo una brillante revelación tras descubrir que no aparecería en fotografías si se frotaba el líquido en la cara. Había comprendido que la tinta hecha con zumo de limón es invisible a la vista y solo es visible si se calienta con una llama. La realidad es que se le irritaron los ojos y no se apartó de la cámara que lo enfocaba. No se sabe que pasaba por la cabeza de McArthur, pero él dio por hecho que no se le vería en la foto por su gran invento, él se creyó un genio, por lo que se animó a no solo robar un banco, sino dos.

Por supuesto que lo pillaron y lo encarcelaron, se sintió desconcertado y tardó en entender lo que había pasado.

¿Cómo era posible que lo detectasen las cámaras si se había frotado toda la cara con zumo de limón?

Esta increíble historia movió a dos psicólogos sociales a hacer una investigación.

El efecto Dunning-Kruger es el sesgo cognitivo por el cual las personas con baja habilidad en una tarea sobrestiman su habilidad. El Efecto Dunnning-Kruger es un fenómeno conocido en psicología que establece que ciertos individuos con escasos conocimientos y habilidades limitadas se consideran superiores a otras personas más inteligentes y más preparadas que ellos al experimentar una especie de complejo de superioridad. El Efecto Dunnning-Kruger debe su nombre a dos psicólogos de la Universidad de Cornell (Nueva York, EEUU) llamados David Dunnning y Justin Kruger, que fueron los primeros que demostraron este fenómeno en 1999, año en el que publicaron los resultados de sus experimentos en la revista Journal of Personality and Social Psychology.

Las investigaciones de Dunning y Kruger demostraron cuatro hechos concluyentes:

  1. Los individuos incompetentes tienden a sobrestimar su propia habilidad
  2. Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer la habilidad de otros
  3. Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer su extrema insuficiencia
  4. Si los individuos incompetentes son entrenados para mejorar su nivel de habilidad, llegan a reconocer y aceptar su falta de habilidad previa

5) Consejos para el que los quiera

1) Si te encuentras con este tipo de personas, piensa que es mejor estar solo. Pueden tener cientos de miles de seguidores como Pedro Sánchez o Abascal o muchos influencers. Mira lo que te transmite.

1) ¿Te transmite una situación con miedo, tristeza, asco o ira?

2) ¿Te ofrece alguna solución a los problemas que te plantea?

3) ¿Te da o te pide?

4) ¿Cuándo te explica algo, lo hace en base a una experiencia o preparación real y te ofrece documentos y pruebas que no admiten dudas… o va de vacío con cuatro cosas de tik tok, youtube o facebok?

2) Cuidate mucho.

3) Rodéate de gente buena y feliz.

4) No te dejes llevar por quien no lo merece.

5) Nunca reproduzcas mensajes de miedo, tristeza, asco o ira. Si para mantener tu postura necesitas transmitir estas emociones, es seguro de que te estás equivocando. Si para defender a tu líder o gurú, necesitas emplear estas emociones, te estás equivocando.

6) Abre una buena botella de vino, corta un poco de queso o jamón, abre un buen libro, lee un buen párrafo y llama por teléfono a un buen amigo para compartir esta experiencia real.

PD: mi nombre es Luis de Miguel Ortega

  • No soy disidente
  • No soy negacionista
  • No soy un ser de luz
  • No soy un alma despierta

Tan solo hago lo que puedo y arriesgo todo lo que tengo.

PD2: junto a los influencers que se promocionan como seres de luz y almas despiertas están los cientos de personas que arriesgaron todo con valentía. En la familia, en el trabajo, en la escuela, en los servicios públicos. Fueron insultados, detenidos, multados, arruinados. Se lo jugaron todo y casi sin apoyo. Hay quien figura y quién actúa. Pero todos me han dicho lo mismo: nos hemos sentido muy solos y abandonados.

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josé miguel ruiz valls

¡Precioso!

Enrique Pascual
Enrique Pascual
1 año

Cuando alguien dice que es un ser despierto se me enciende una alerta, cada uno nos damos cuenta de unas cosas y de otras no, yo me siento orgulloso de haberme pegado contra los malos y contra algunos “disidentes”, pero que del dinero parecían no disentir mucho

Enrique Pascual
Enrique Pascual
1 año

Leo todos los días vuestra página y no publicáis mi comentario, qué os he hecho?, pues nada, vosotros sabreis

Enrique Pascual
Enrique Pascual
1 año
Respuesta a  Enrique Pascual

Este último lo podéis borrar jejeje, un saludo

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