Vía Salvemos el Dinero Físico, Plataforma Ciudadana en defensa del dinero en metálico (enlaces al final del artículo):

La desaparición del efectivo puede suponer el fin de la libertad

La progresiva limitación del efectivo iniciada hace más de una década, podría culminar con su completa desaparición tras la próxima aprobación de las Monedas Digitales de los Bancos Centrales, poniendo en serio peligro nuestra libertad y nuestra privacidad.
Proteger nuestro derecho al uso sin limitaciones del efectivo, resulta de vital importancia. Hacerlo, es responsabilidad de todos.

La historia de la humanidad está plagada de abusos a la libertad individual y colectiva, y los principales perpetradores de estos abusos, los protagonistas indiscutibles, lo han llevado a cabo desde dentro o amparados por los poderes de los correspondientes estados. Es de una ingenuidad peligrosa, creer que eso es cosa del pasado y no volverá a ocurrir, y más en un momento como el que estamos viviendo, de máxima inestabilidad, crisis y en pleno cambio de ciclo, donde se suceden las señales de alarma avisando de la deriva absolutistas de los distintos estados, con la tecnología como una de sus principales armas contra los derechos y libertades de los ciudadanos.

La tecnología, tan útil en nuestro día a día, está a punto de convertirse, en manos de nuestros gobiernos y de los distintos poderes mundiales, en el arma ejecutora de nuestra libertad. No es un secreto para nadie que hemos pagado un alto precio por las comodidades que la digitalización nos brinda y por la exposición en redes sociales, dejando una ventana abierta a facetas de nuestras vidas que deberían permanecer dentro del ámbito privado, con los riesgos que eso conlleva. Lo que no tanta gente es consciente es de los nuevos peligros que nos acechan con la irrupción de la Identidad Digital y las Monedas Digitales de los Bancos Centrales (CBDC), y más concretamente, en el caso que nos concierne como ciudadanos españoles, el Euro Digital y la Identidad Digital Europa, ambos en ciernes. Pese a su inminente puesta en funcionamiento, una amplia mayoría de la población lo desconoce o no lo conoce en detalle; especialmente su más que potencial riesgo, que no es otro que el poder llegar a convertirse en la mayor arma de control de la población en toda la historia de la humanidad. Muchos dirán que eso no va a ocurrir, pecando de exceso de confianza en una clase política que ya ha demostrado que el único bien que persigue es el suyo propio. Y que prácticamente ninguno de los medios subvencionados por el sistema alerten de ello, debería de ser señal más que inequívoca de que, efectivamente, ese riesgo no es sólo potencial sino que es real, por más que desde el Banco Central Europeo se nieguen a reconocerlo, alegando que “no quieren para nada nuestros datos”, como si los datos no tuvieran ningún valor para ellos, cuando la realidad es que si se mueven miles de millones de dólares en el mercado de datos es por algo, y, más concretamente, el poder que le puede dar a los Bancos Centrales y a los Gobiernos al poder disponer de toda esa información asociada a nuestra identidad digital y a nuestra forma de consumir que quedaría reflejada en los pagos, combinado con la capacidad que tienen las CBDC para ser programadas, las convierten en la herramienta perfecta para el control de la economía y de la población.

Mediante la programación del dinero digital podrán incentivar el consumo haciendo que caduque o que ese dinero no pueda utilizarse para ciertos fines, podrán combinarlo, por ejemplo, con un crédito de carbono e impedir ciertas compras si has sobrepasado tu cuota, que sólo pueda ser gastado en un determinado radio de tu residencia (ciudades de 15 minutos), bloquear el acceso a tu dinero si eres un mal ciudadano o molesto al sistema, cobrar las tasas que les plazca etc. Un sinfín de usos que pondrán nuestros derechos al borde del abismo.

Nunca la humanidad estuvo ante una amenaza mayor a su libertad al derecho a la intimidad

En un principio el Euro Digital convivirá con el euro físico que, siguiendo la tendencia que ya viene de atrás, irá viendo limitado su uso, desde los 2.000 euros de límite que impuso Montoro en el año 2012, pasando por el actual límite de 1.000 euros, hasta el límite de 50 euros que ya se está barajando. Mientras el Euro Digital conviva con el efectivo, no mostrará su verdadera cara, facilitando así su aceptación por parte de los ciudadanos, atraídos por la zanahoria al final del palo, en forma de comodidad de pago, al tiempo que es efectivo se irá limitando progresivamente.

A mayores, la desaparición del efectivo nos hace más vulnerables ante situaciones como pueden ser fallos tecnológicos o ataques cibernéticos, pudiéndose dar el caso de no poder acceder a nuestros fondos, haciendo imposibles las transacciones comerciales, además de suponer un riesgo de exclusión social de grupos vulnerables, sin acceso a la tecnología, como puede ser la población de más avanzada edad, zonas rurales, menores, personas con escasos recursos o, simplemente, aquellas que por razones ideológicas o culturales, rechazan el uso del dinero digital.

La irrupción del Euro Digital no está en nuestra mano pararlo, ni supone en sí mismo un riesgo real mientras conviva con el efectivo. Por eso, los integrantes de Salvemos el Dinero Físico creemos que una forma efectiva de protegernos de las amenazas de las CBDC y salvaguardar nuestros derechos, es mediante la protección por ley del efectivo, al igual que ya han hecho otros países como Austria, que ha protegido el efectivo como un derecho constitucional. Lamentablemente los ciudadanos españoles no podemos promover cambios en la Constitución Española, y la única herramienta de que disponemos los ciudadanos para poder participar de forma activa en la legislación, es mediante la Iniciativa Legislativa Popular, por lo que hemos presentado una proposición de ley sobre el derecho y la libertad de uso del dinero físico, redactada por el catedrático de Constitucional en la Universidad de Santiago de Compostela, don Carlos Ruiz Miguel, que podéis consultar aquí.

La proposición de ley fue aprobada el 22 de septiembre por la Mesa del Congreso (Boletín oficial de las Cortes) y en estos momentos se encuentra en fase de recogida de firmas.

Lamentablemente, por causa de las exigencias de la Junta Electoral Central, supervisora del proceso de recogida de firmas, la firma digital no resulta viable dado que las habituales plataformas de recogida de firmas no cumplen los requerimientos, lo que obliga a desarrollar una exprofeso, algo que escapa por completo a nuestras posibilidades por razones de presupuesto (a 50.000 euros más IVA ascendía el presupuesto para la recogida de 250.000 firmas digitales). Dado que no podemos costear dicha plataforma digital de firmas y que la Junta Electoral Central no facilita esa herramienta (como sería lógico), nos vemos obligados a recoger las firmas de forma exclusivamente física, mediante la designación de fedatarios especiales repartidos por todo el territorio nacional, que llevarán a cabo la labor.

El éxito de esta iniciativa legislativa popular ahora mismo pasa por que la gente que sea consciente de la importancia de conservar el efectivo como garantía a la hora de proteger nuestra intimidad y nuestra libertad, de un paso adelante y nos ayude, como fedatarios, en este proceso de recogida de firmas para que juntos podamos lograr el objetivo de sumar las 500.000 firmas necesarias para que nuestra proposición de ley en defensa del uso del efectivo sea debatida en el Congreso.

Es muy importante también ser conscientes de que esta labor no sólo es útil a nivel Legislativo, cuyo éxito no tenemos asegurado, sino que el propio proceso de recogida de firmas y la divulgación de la misma, sirve de medio para llevar este problema hasta la opinión pública. Hay que generar debate. La gente debe ser consciente de los riesgos que conlleva porque sólo de esa manera podremos parar la amenaza de la dictadura digital. Esta iniciativa legislativa popular tiene que servir para sacar este debate de la esfera de la disidencia y hacerlo llegar al pueblo en general, porque es algo que va a afectar a todos sin distinción, incluso a aquellos que creen en ciegamente en las bondades de la tecnología y permanecen ajenos a sus amenazas, o los que ya han renunciado al uso del efectivo por comodidad, porque la convivencia de ambas formas de pago no les va a limitar sino todo lo contrario, pues la permanencia del efectivo será la garantía de que no puedan implementar prácticas abusivas con el dinero digital.

Vivimos tiempos convulsos y nuestras acciones determinarán el futuro que nos tocará vivir a nosotros y a nuestros hijos y nietos. No podemos quedarnos quietos y sin hacer nada porque nadie va a venir a salvarnos.

Si quieres ayudarnos recogiendo firmas, manda un correo a: fedatarios@salvemoseldinerofisico.com

Más información en nuestra web:
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Si quieres firmar nuestra Iniciativa Legislativa Popular, puedes consultar los puntos de recogida de firmas en el siguiente enlace:
https://salvemoseldinerofisico.com/mapa-de-ubicaciones-de-los-pliegos/