El contrabando de oro africano ha alcanzado proporciones alarmantes y Europa no queda fuera, en particular Suiza, que desempeña un papel central en el mercado negro, según informa mpr21. En 2022 se exportaron clandestinamente desde África alrededor de 435 toneladas de oro, por un valor estimado de 31.000 millones de dólares, según un estudio reciente de Swissaid. La situación ilustra la gravedad del problema, que afecta a grandes sectores económicos.
Entre los principales destinatarios del contrabando figura de manera destacada Suiza, uno de los mayores importadores de oro procedente del mercado negro. Cada año se extraen en África entre 321 y 474 toneladas de oro artesanal que no se declara. La extracción representa un valor de entre 23.700 y 35.000 millones de dólares, lo que corresponde al 75 por cien de la producción total de oro artesanal del Continente Negro.
En el estudio de Swissaid, que abarca un período de once años entre 2012 y 2022, destaca una tendencia preocupante: el contrabando de oro se ha más que duplicado durante la década. El fenómeno se puede atribuir en parte al continuo aumento del precio del oro y a las crecientes dificultades económicas que enfrentan muchos países africanos.
En África hay una nueva fiebre del oro, marcada por la apertura de nuevas minas artesanales, caracterizadas por condiciones de trabajo deplorables.
La mayor parte del oro extraído ilegalmente en África pasa por países como Dubai, Suiza e India. En 2022 dos terceras partes, más de 400 toneladas, del oro importado por Emiratos Árabes Unidos desde África no estaba declarado para la exportación. Los verdaderos centros de este comercio, Emiratos Árabes Unidos, importaron 2.569 toneladas de oro africano entre 2021 y 2022 sin declaración de exportación, el equivalente a 115.300 millones de dólares.
Suiza, el segundo importador después de Emiratos, recibió más de 1.670 toneladas de oro procedente de Emiratos entre 2012 y 2022. La legislación suiza está diseñada para lavar el mercado negro y el oro procesado dentro del país se considera emiratí, por lo que oculta su verdadero origen africano y el contrabando, facilitando así su perpetuación.
Mali, Ghana y Zimbabue se encuentran entre los principales países africanos afectados por el contrabando de oro. Los flujos ilegales exacerban los problemas socioeconómicos de esos países, privando a los gobiernos de recursos cruciales.