- La opinión de José Miguel Ruiz Valls, colaborador habitual de euskalnews.com
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“DAIMON EX MACHINA” (Un spin-off de mi anterior artículo “El Fin de las Máquinas“)
Los hay que creen que la inteligencia artificial superará a la inteligencia humana. Los hay que creen que ya la ha superado. Unos y otros creen en lo imposible pues siempre habrá un abismo insalvable entre lo natural y lo artificial. Un robot, un ordenador, una máquina, funciona con una memoria implantada. Si se la quitas, no puede operar, aunque todos sus otros componentes estén operativos. Sin memoria, no puede causar ningún efecto, y lo que no causa efectos no existe. Por tanto, extirparle la memoria a una máquina es causarle la inexistencia. Pero un ser humano sí funciona sin memoria -Un amnésico no muere, por el hecho de ser amnésico-. Así pues, el ser humano es algo más que memoria pero ¿Qué más? ¿Qué somos, más allá de nuestro pasado, de nuestra historia? ¡Futuro no, pues aún no es mañana! Además ¿Qué es el futuro sino la repetición del pasado? Si le quitas la memoria al robot, si le quitas su rutina, ¿Qué futuro puede tener?
Si le extirpas la memoria a un robot le extirpas todos sus “sentidos”, pero el amnésico, sin memoria, puede sentir plenamente: puede ver, tocar, oler… Yo puedo experimentar todo lo que hay aquí, ahora mismo, con mis sentidos, y para ello no me hace falta tener en cuenta ningún pasado, ninguna historia. ¡Y experimentar es sentir! ¡Y sentir es vivir! Esa es la gran diferencia, el abismo insalvable que podemos llamar “Ahora”, o “Momento Presente”, o “Creatividad”, o “Vida”, que mira por donde, es el lenguaje divino. Un lenguaje que solo se puede descifrar prescindiendo de la memoria -Pues la memoria reproduce (No produce) recrea (No crea) y no puede, por tanto, ser original-.
La máquina nunca podrá alcanzar la perfección humana. Nunca podrá experimentar el ahora, la eternidad, el no-tiempo. Nunca podrá liberarse de la rutina. ¡Es por eso que intenta, por todos los medios, convertir al humano en máquina!
