Tal como comentamos hace tiempo, desde hace un año y un mes que en el hotel de cuatro estrellas en Sant Just Desvern conviven 110 menores extranjeros no acompañados (MENAs) con los clientes, como si de cualquier hotel normal se tratase.

El Govern de la Generalitat tomó como medida «temporal» la decisión de alojarlos en el hotel, el cual no tiene precios demasiado económicos, pero un año después los MENAS siguen instalados ahí y no tiene pinta de que haya ningún plan sobre la mesa para trasladarlos a otro lugar.

La Generalitat intentó trasladarlos hace unos meses a un centro de menores de nueva construcción de Rubí, pero las protestas de los vecinos y la negativa de la alcaldesa de la población provocó que esta alternativa quedara en vía muerta.

De momento, el efecto llamada en Cataluña ha provocado la congestión total de todos los centros de acogida y no parecen estar tan preparados para tal avalancha de MENAs como lo está Euskadi, ya que tanto el Gobierno Vasco como las tres Diputaciones Forales gastan una elevada cantidad de dinero en crear centros de este tipo y la cobertura de estos.

Todo ello con el dinero que sale del bolsillo de los contribuyentes, por supuesto.