• Escrito por Jon Ander Etxebarria, ex Decano del Colegio de Biólogos de Euskadi
• Enlace a su blog: El Dato Mata el Relato

Razones sin base estadística para justificar el exceso de fallecidos

Dejando de lado los fallecidos por efectos adversos (ictus, miocarditis, pericarditis, trombos, aceleraciones metastásicas de cáncer), de los que todos tenemos constancia y que son uno de los elementos principales de ese exceso de mortalidad, y centrándonos en los fallecidos por/con covid, tenemos evidencias más que suficientes para considerar que las inoculaciones no han resultado eficaces, sino todo lo contrario.

Los expertos del Gobierno Vasco nos han dicho que se necesitarán 10 años para saber las causas del exceso de fallecidos. Ante esto, lo primero que hay que decir es que el oficialismo está reconociendo un exceso de fallecidos, cosa que antes no lo hacía.

Esos expertos no nos dan razones para explicar ese exceso de fallecidos, pero sí han apuntado a las olas de calor, a la propia elevación de la esperanza de vida, es decir, la edad, y, en definitiva, a que este exceso se debe a causas multifactoriales. Lo mismo podríamos decir de estos expertos cuando nos van a quitar la mascarilla justo cuando vence el plazo para demostrar ante la justicia que tienen informes científicos que lo avalasen, dejando a las claras, que dichos informes no existen como no han existido sobre cualquier aspecto durante toda la pandemia.

Lo primero que hay que decir es que basar un exceso de fallecidos por las olas de calor no tiene justificación científica alguna porque, que se sepa, la estimación de fallecidos, que no cálculo estadístico científico, por las olas de calor es muy reciente y no hay suficientes datos comparativos como para asignar dicho exceso a tales olas de calor.

Si nos referimos a que el exceso de fallecidos se debe a que el promedio de edad de la población es una de las principales razones de este exceso, entonces tendríamos que afirmar que, con virus o sin virus y con una pirámide poblacional que, hoy en día, tiene forma de embudo, tal exceso se daría de forma proporcional a esta pirámide, mientras la misma no se cambie. Por supuesto, quedan ridículas y acientíficas todas las medidas tomadas durante estos años con la pandemia, por lo que si después de lo acometido en estos años, nos van a decir que la razón es la edad, creo que están insultando a la inteligencia y, por lo tanto, a la población en su conjunto.

Cuando lo justifican diciendo que la causa del exceso de fallecidos es multifactorial, entonces no solo están tratándonos de ignorantes, sino que, además, están dándonos a entender que su gestión ha sido totalmente negligente e incompetente, ya que al ser multifactorial, uno de los factores, como puede ser el virus, no justificaría el que otros factores se hayan disparado por el cierre de la atención primaria o por los enfermos dependientes, que solo, por recordar, han supuesto un 80% de los fallecidos por/con covid en el año 2020 y en el año 2021 los fallecidos dependientes superaron a los fallecidos por/con covid, alcanzando el valor de un 113%.

Dejando de lado los fallecidos por efectos adversos (ictus, miocarditis, pericarditis, trombos, aceleraciones metastásicas de cáncer), de los que todos tenemos constancia y que son uno de los elementos principales de ese exceso de mortalidad, y centrándonos en los fallecidos por/con covid, tenemos evidencias más que suficientes para considerar que las inoculaciones no han resultado eficaces, sino todo lo contrario, basándolas en los siguientes parámetros:

• fallecidos por/con covid año 2022 (pauta completa + tercera inoculación) respecto al año 2021 (pauta completa): un incremento de un 64,64%
• fallecidos por/con covid año 2022 (pauta completa + tercera inoculación) respecto al año 2020 (sin vacuna): un incremento de un 4,80%
• fallecidos por/con covid respecto al total de fallecidos por cualquier causa: año 2020, un 12,65%; año 2021, un 8,58% y año 2022, un 13,66%. La única diferencia que se da es la existencia de las inoculaciones, respecto a olas de calor, multifactorialidad, etc.
• si hacemos un ejercicio estadístico, aplicando a la vacuna una eficacia semejante a la de la gripe, es decir, un 50%, sin tener en cuenta lo que las multinacionales farmacéuticas nos prometieron (cercana al 90%), vemos, en base a ese 50% correlacionado con el % de inoculaciones con pauta completa (44,80%) y con 3ª inoculación (30,05%), que en el año 2021 se han dado 424 fallecidos más por/con covid, y en el año 2022 la cifra llegaría a ser de 1.702 fallecidos más por/ con covid que los que, supuestamente, podrían haberse dado considerando que la vacuna tuviese una eficacia del 50%, sin contar que, además, el virus durante estos años ha ido mutando a más contagioso pero bastante menos letal.

Por lo tanto, ante las justificaciones de los expertos y ante aquellos que defienden este relato (sin vacuna hubiese habido muchos más fallecidos y son necesarios más años para conocer lo ocurrido con este exceso de mortalidad), habría que decirles que los datos son muy tozudos y explican claramente lo ocurrido, y que no son necesarios 10 años para estudiarlos, para al fin decirnos que los fallecimientos se deben a la edad y a que las causas son multifactoriales. Además, los supuestos de ese mayor número de fallecidos, si no hubiese habido la vacuna, no tienen base de estadística epidemiológica que demuestre la certeza de que así hubiese ocurrido, a no ser que nos deriven a estudios de ciertas universidades y entes (por cierto, colaboradores de las farmacéuticas) que ya en el inicio de la pandemia (poco menos que con datos de proyección estadística virtual), nos dijeron que la mortalidad con la pandemia iba a ser de tal nivel, que poco menos esto iba a ser una especie de “holocausto”. Menos mal que fracasaron, pero estos estudios sirvieron para amedrentar a la población, inocularles neuronalmente el miedo y dejar en bandeja a las multinacionales farmacéuticas para que viniesen con la varita mágica del “santo grial” de las inoculaciones, que como vemos con datos estadísticos reales y de la propia Administración, han supuesto todo lo contrario.