35 días. Ese es el breve espacio de tiempo que ha necesitado Joe Biden para bombardear Siria al ordenar un ataque aéreo contra supuestas milicias proiraníes. Según ha confirmado el Pentágono, la administración Biden bombardeó este jueves supuestas posiciones de milicias proiraníes en Siria. Se trata del primer ataque ordenado expresamente por el presidente que ha vuelto a la típica política experior estadounidense (con excepción de la administración predecesora): provocar y fomentar conflictos bélicos en Oriente.

“Bajo instrucciones del presidente Biden, las fuerzas militares de Estados Unidos realizaron esta noche ataques aéreos contra la infraestructura utilizada por grupos militantes respaldados por Irán en el este de Siria”, indicó el Departamento de Defensa en un comunicado.

El Pentágono aseguró que los ataques aéreos destruyeron unas supuestas “instalaciones” ubicadas en un punto de control fronterizo cercano a Irak y utilizadas por Kataib Hizbulá y otra milicia proiraní, aunque como siempre en estos casos, sin prueba alguna.

Cómo no, desde la administración Biden aseguran que el bombardeo es la respuesta a “recientes ataques contra tropas estadounidenses y de la coalición internacional en Irak, así como de “continuas amenazas” contra este personal.

“Esta operación lanza un mensaje inequívoco: el presidente Biden actuará para proteger al personal estadounidense y de la coalición”, afirmó el Pentágono en su comunicado que se puede interpretar claramente como un aviso a navegantes.

Lo que es un hecho irrefutable es que su predecesor, el tan denostado por los medios Donald Trump, puede decir que es el único ‘Commander in Chief’ que no inicia un conflicto bélico durante su mandato y que ha cumplió su promesa de acabar con los que había heredado. Parece que Biden tan solo ha tardado 35 días en perder el privilegio de poder decir lo mismo. Pero, vamos a ser claros: ¿Alguien tenía alguna duda?

Redacción de euskalnews.com