El grafeno y la magnetita son componentes comunes en las nanopartículas que se usan en la industria farmacéutica
Escrito por la Doctora Karina Acevedo Whitehouse
Me han pedido en varias ocasiones que hable acerca del grafeno que puede estar presente en las vacunas. Antes que nada, quiero pedirles – y es quizás la petición más importante que pudiera hacerles – que recuerden que, en la ciencia, “la verdad” no es absoluta. A diferencia de la fe, que se sustenta en dogmas, la ciencia, o nuestro entendimiento de los fenómenos biológicos, físicos, químicos, etc. se basa en hechos que nos permiten desechar (o, no) hipótesis. Las hipótesis, a su vez, se plantean como aseveraciones que pueden ser falseadas (es decir, desafiadas) y surgen a partir de preguntas concretas. Evidentemente, nuestro conocimiento va cambiando (o debiera de hacerlo) conforme tenemos más hechos, más evidencias. Yo he intentado presentar información científica que, hasta donde tengo conocimiento, se basa en esos hechos. No quiere decir que sea “la verdad”, solo que los hechos sustentan eso que les explico.
1) Sabemos que el virus SARS-CoV-2 (y otros integrantes de la familia de los coronavirus) tienen en su membrana a la proteína Spike, y que varios de los coronavirus utilizan esta proteína para poder tener acceso a las células que van a infectar. Eso está demostrado en cientos de artículos científicos desde hace al menos 10 años, y no hay razón (que yo perciba) para dudar de dichos artículos. Les comparto uno por si quieren ver generalidades acerca de los coronavirus patogénicos (es decir, con capacidad de causar daño).
2) Sabemos que Spike por sí sola (sin necesidad de estar asociado al virus) puede ocasionar daño en diversos tejidos y órganos ya que altera el eje Renina-Angiotensina-Aldosterona, daña los endotelios e induce a la desregulación de las mitocondrias, lo que lleva a hipertensión, inflamación y formación de trombos (en otras palabras, al cuadro clínico de COVID-19). No hay mucha más evidencia científica de esto, porque no se han hecho estudios semejantes hasta hace poco, pero en estos otros también se ve ese potencial patogénico de la proteína Spike.
3) Sabemos que las vacunas de ARNm y las vectorizadas contra SARS-CoV-2 se basan en (por dos mecanismos diferentes) lograr que nuestras células comiencen a producir la proteína Spike.
4) Sabemos que el ARNm (y presumiblemente, los vectores virales de las vacunas) no se limita a los sitios de inoculación; que viaja por el torrente sanguíneo y la linfa hacia otros tejidos y órganos, incluyendo el sistema nervioso. Esto se supo para las vacunas contra SARS-CoV-2 porque se logró solicitar en Japón, vía acceso a la información, el reporte interno de Pfizer, pero se sabía también al menos desde el 2017 en un estudio hecho con una vacuna de ARNm contra el virus de Influenza A, que estaba en etapa preclínica.
5) Sabemos que la proteína Spike induce a que las células donde se encuentra generen exosomas (bolsitas hechas de membrana de los organelos de las células) que contienen microARNs y que estos viajan hacia el sistema nervioso, ejerciendo una inflamación descontrolada en el cerebro.
6) Sabemos que la secuencia del ARNm que tiene la información para que nuestras células elaboren Spike (al menos en la vacuna Pfizer) tiene unas regiones que se conocen como “péptido señal”, lo que sugiere que no se queda la proteína Spike dentro del citoplasma de las células que lo están produciendo posterior a la vacunación, sino que se va a la membrana. De ahí a que se pueda dar el “shedding” o eliminación de Spike en orina o saliva de las personas vacunadas, no he encontrado ningún estudio científico ni reporte científico aún no publicado que me permita aseverarlo. Lo más cercano es el mensaje en el material que Pfizer daba a los voluntarios de la fase III de su vacuna, en la que solicitaban que no estuvieran en contacto con mujeres embarazadas para evitar “su exposición”. Hace falta realizar estudios para ver si es posible detectar proteína Spike secretora (es decir, no anclada a la membrana de células) en orina, saliva, sudor y demás secreciones corporales de los vacunados. Sin esta información seria y datos sólidos, a mi no me parece prudente decir que ocurre.
7) Sabemos que se están presentando reacciones de magnetismo en personas vacunadas (en el sitio de inoculación y en otras regiones corporales). Esto no se encuentra (que yo sepa) en ninguna publicación científica, sino en cientos de testimonios de médicos y de pacientes. También sabemos que se puede dar en algunas personas que no han sido vacunadas contra SARS-CoV-2.
8) Sabemos que el magnetismo no ocurre en un cuerpo de manera normal. Para que se de magnetismo debe de haber óxido de fierro (magnetita) o el óxido de grafeno. No conozco yo otro componente que pudiera generarlo. Para que ocurra ese efecto en las personas, necesitan haber sido expuestos (por inoculación, u otra vía, presumiblemente) a partículas magnéticas o magnetizables tras una reacción fisicoquímica.
9) Se sabe que el grafeno y la magnetita son componentes comunes en las nanopartículas que se usan en la industria farmacéutica.
10) El uso de grafeno en nanomateriales tiene reportados problemas de seguridad y toxicidad, incluyendo el inducir apoptosis (suicidio celular), dañar el ADN, cambiar el citoesqueleto.
11) El uso de la magnetita en nanomateriales tiene reportados problemas de seguridad y toxicidad.
12) Ninguna vacuna indica contener grafeno ni magnetita entre sus componentes en listados. Si las vacunas contienen uno (o ambos) de estos componentes, considero que sería una violación seria por parte de las farmacéuticas y las agencias reguladoras que lo autorizaron (lo digo sin saber de leyes, pero es sentido común). Es necesario – lo he dicho en mis charlas recientes – que los pacientes y los médicos que observan el efecto del magnetismo, lo reporten de manera oficial y exijan una explicación a las autoridades.
13) Hay un estudio que reporta haber encontrado grafeno en las vacunas. Se basa en un ejemplar de Pfizer y realizaron microscopía electrónica donde describen las semejanzas entre lo que encontraron y el grafeno. Me parece muy interesante, muy preocupante, y desde lo que expongo en los puntos 8 y 9 muy alentador como un primer paso. Se debe de continuar realizando investigaciones desde diversos ángulos para poder determinar que efectivamente está presente el grafeno en diferentes vacunas contra SARS-Cov-2.
14) Finalmente, el que contengan grafeno y/o magnetita las vacunas no excluye el efecto tóxico de la proteína Spike. No es un asunto de “uno o el otro”, ni mucho menos de “estás conmigo o contra mi”. Vuelvo a recordarles que no somos poseedores de la verdad absoluta y que necesitamos unión, no denostaciones. ¿Recuerdan el cuento de Mario Benedetti? No dejemos que el gorila nos destruya por estar discutiendo sin sentido.