“Todos los límites” – José Miguel Ruiz Valls
- La opinión de José Miguel Ruiz Valls, colaborador habitual de euskalnews.com
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TODOS LOS LÍMITES
Por muchas diferencias que veas en la superficie, en el fondo, solo hay dos tipos de personas: Las que defienden la libertad y las que defienden el totalitarismo (A las primeras las llamamos “liberales” y a las segundas, “comunistas” cuando dicen ser de izquierdas, y “fascistas” cuando dicen ser de derechas). La filosofía liberal puede resumirse en dos palabras: “Laissez faire”, que significa “dejad hacer”, eso es, “permitid”, “tolerad”, “respetad”. El totalitarismo es, obviamente, lo opuesto: Censura, intolerancia, coacción.
Si ahora te pregunto ¿con cuál de los dos tipos te quedarías? puede que tu mente entre en disonancia cognitiva. Por un lado pensarás -¿Quién no quiere ser libre?- Pero también puede que pienses -Si la gente hiciera lo que le da la gana ¿No sería esto un caos?- Observa que es la desconfianza, el miedo, lo que lleva a “inventar” una solución intermedia -Libertad sí, pero con límites, con restricciones, con miedo- y lleva a inventar una palabra para etiquetar aquello que “se sale” de esa solución intermedia: Libertinaje. Pero, si le pones límites a la libertad, ¿sigue siendo libertad?
Si la “libertad total” está en decir y hacer lo que quieras cuando quieras, la libertad limitada, restringida, estaría en prohibir que se puedan decir y hacer ciertas cosas. ¿Qué cosas serían censurables? ¿Sería una lista cerrada, al estilo de los diez mandamientos? ¿O sería una lista abierta en la que continuamente se podrían incluir más y más cosas censurables? Ir prohibiendo, más y más cosas, ¿No nos iría acercando, más y más, al totalitarismo? ¿Habría algún límite para lo que se puede limitar o se podría limitar sin límite? ¿Limitar sin límite no sería ya “totalitarismo total”? ¿Hay algún límite?
¿Y quién decidiría lo que se debe censurar? ¿Quién decidiría lo que es “libertinaje”? Obviamente, serían personas miedosas, pues es la gente desconfiada la que cree en la solución intermedia. Obviamente, serían personas indecisas, pues es la gente que evita definirse como “libertario” (Cuyo significado original es “Amante de la libertad absoluta”) y también evita definirse como “fascista” (o “comunista”) la que inventa posturas intermedias. Es la gente que los políticos sitúan “en el centro”.
Los políticos buscan los votos centristas porque son los que deciden todas las elecciones. Son gente que vota, a veces, a partidos de derecha y a veces a partidos de izquierda ¿Y cómo esa gente, que no tiene las ideas claras, puede poner límites claros a la libertad? Si los ideólogos de derechas proponen unos límites y los ideólogos de izquierdas proponen otros límites, los que votan a unos y a otros, ¿no acaban asumiendo los límites propuestos por unos y por otros? Y si acaban asumiendo todos los límites, ¿no acaban renunciando a toda la libertad?
Los unos ponen una ley mordaza y los otros no la quitan. Asumiendo censuras de ideólogos de derechas y de ideólogos de izquierdas hemos ido añadiendo más y más límites a nuestra libertad. ¿Y quiénes son esos ideólogos que llamamos políticos? Pues, según las encuestas, el colectivo menos valorado por la mayoría de ciudadanos. Entregamos las riendas a los profesionales que menos apreciamos y, consecuentemente, ahora tenemos una dictadura híbrida fascisto-comunista que apoyan, tanto los partidos que dicen ser de derechas, como los que dicen ser de izquierdas. Entre unos y otros han puesto todos los límites que se podían poner a la libertad, hasta el punto de impedirnos respirar libremente, hasta el punto de querer quitarnos el derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo. No ser dueño de tu propio cuerpo ¿no sería ser esclavo?
Por muchas diferencias que veas en la superficie, en el fondo, solo hay dos tipos de personas: Las que defienden la libertad y las que defienden la esclavitud. A las primeras puedes llamarlas “liberales” o “libertarias”, o simplemente, “amantes de la libertad”. A las segundas las puedes llamar comunistas, fascistas, de derechas, de izquierdas, de centro, o simplemente, intolerantes. Su sueño es hacer lo que les da la gana y, al tiempo, impedir a los demás que hagan lo que les da la gana. (Puedes llamarlos también hipócritas). Hasta ahora han ganado todas las elecciones pues siempre han sido mayoría. Pero si ahora te pregunto ¿Cuál de esos dos tipos de personas prefieres? puede que tengamos una oportunidad de salir de este caos en el que la mayoría caímos. ¡Si respirar libremente es ·”libertinaje”, todo es ya libertinaje!