“Necesito ayuda: Soy negacionista” (Parte I) – Mara U. Conde
- La opinión de Mara U. Conde
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NECESITO AYUDA. SOY NEGACIONISTA
Parte 1 La Constitución, el estado de derecho y la seguridad jurídica.
Siempre he intentado ser una buena persona, no hacer daño a nadie e intentar que nadie me lo haga a mi, no hace mucho conseguí entender e integrar que mi armonía y felicidad únicamente dependían de mi, estaba muy contenta del trabajo realizado y ahora…, ahora resulta que no lo he hecho bien, que desarrollar mi instinto, mi pensamiento crítico, mi bienestar y mi armonía interior es un atentado contra la sociedad, parece que ha florecido en mí algún tipo de trastorno mental. ¡Con el trabajo que me ha costado!
El origen de mis males viene de lejos, hace ya mucho tiempo que soy una conspiranoica, 20 ó 30 años, no me lo traté porque me hacía casi interesante ante los demás, que me miraban con cierta condescendencia y cariño, creo que incluso contagié a alguien, si lo llego a saber… ¡Qué irresponsable!
Llegó febrero de 2020 y pensé: “Ya está aquí la pandemia”, no sé si me alegré o me enfadé, ya llevábamos tiempo esperándola y por fin estaba aquí. Al principio me preocupé un poco, pensé que era una pandemia de verdad, que querían eliminar a parte de la población con algún tipo de tóxico, pero enseguida vi que la única pandemia que había era la del miedo ¡igual no les salió tan bien como esperaban!
Como era de esperar, a continuación, llegó marzo, de la noche a la mañana estamos todos encerrados, no podemos ver a nuestros familiares y amigos y nuestro ocio consistía en ir a comprar y quedar en el supermercado para saludarnos en la distancia, 2 metros creo que era por entonces. En mi familia pasamos de ser una familia de bien, a un peligroso grupo de delincuentes organizados y como tales empezamos a huir de la policía, yo cuando sacaba al perro por el campo con mi marido, con el que duermo cada día, mi hijo cuando salía a dar un paseo, mi hermana cuando venía a verme para “traerme” la compra con su correspondiente ticket que lo justificaba… y así vivimos el encierro.
El país fue tomado por el ejército, digno de la más cruel dictadura. El sargento de hierro era un perrito faldero al lado de las cajeras de los supermercados.
En mayo ya nos dejaban alejarnos 1 Km de casa y en horarios determinados ¡Qué alegría! Nos daban un poquito de libertad con permiso. Yo, en mi línea maligna, me preguntaba si la libertad con condiciones era libertad, pero me dejé llevar, ya podía burlar a los agentes de la autoridad con más facilidad y mi reloj ultra inteligente me decía cuándo me había alejado un kilómetro de mi casa. Mi hermana y su hija menor, que ya formaban parte de nuestra familia mafiosa, tras celebrar el cumpleaños de mi hijo (creo que esto de celebrar el cumpleaños con la familia también era ilegal) se subieron las dos delante en el coche y ¡sin mascarilla!, llegando a su casa, la pararon en un control policial, estaban por todas partes, El Guardia Civil era majete y la dejó pasar sin proponerle para sanción, creo que eran 600€ cada una. Un cielo, el Guardia Civil. ¡Qué locura! Cuando uno empieza el camino del mal ya no hay retorno.
Un tiempo después, todo ese encierro y todas esas medidas se declararon inconstitucionales. Todos o casi todos los derechos fundamentales, lo más sagrado de la Constitución y tratados internacionales, eliminados durante casi dos meses en un estado de alarma inconstitucional.
Yo, como negacionista, no puedo evitar preguntarme cómo es posible que nadie se haya hecho responsable de tamaño despropósito. He llegado a oír que esa sentencia del tribunal constitucional demuestra que el estado de derecho y la democracia funcionan, ¡lo que hay que oír! Para mí, decir algo así es similar a afirmar que la justicia funciona porque ha demostrado, tras revisar las pruebas ya existentes, la inocencia de un condenado a muerte después de ejecutarle, pero claro, yo tengo un grave trastorno social.
No estoy muy preocupada por ahora, creo que la constitución, la democracia, el estado de derecho y la seguridad jurídica no están en peligro, además, quizá no sean tan importantes. Estoy segura de que nuestros representantes, todos ellos, velan por nuestro bienestar por encima del suyo, porque si no fuera así, si alguna vez nos engañaran y llegara al poder un ser oscuro al que no le importáramos nada, ya le hemos demostrado lo fácil que es doblegarnos y renunciar a todos nuestros derechos, principalmente la libertad, sin la cual, el ser humano pierde su razón de ser, e implantar una tiranía aceptada por el pueblo. (nótese la ironía en todo el párrafo).
Bueno, amigos, me voy que me toca mi siguiente chute*, a ver si se me pasa.
*Vitaminas, sol, abrazos y amor, mucho amor.
Mara U. Conde
Yo nunca me. confine, ni use un tapa caras, ni aplaudí a mis secuedtradores pq no he estado secuestrado ni padezco por ello el síndrome se Esrocolmo,.
Jamás he usando esa pierda de gel, pq yo no padezco el síndrome de Pilatos.
Jamás he creido el el virus pq no está aislado ni secuenciado ni en un método no válido para contar virus ni identificarlos destinado segun su inventor a hallas genotipos, pero no virus que de ahi hay la hostia de millas.
Ni que decir de brebajes con pruebas falsificadas, jamás usados, llenos de proteinas tneurotóxicas, sin receta, ni prospecto y sin garantías.
Hay que ser capullo para meterse semejante mierda.
La culpa no es del MON o del Cha Cha Chá. Aquí hay un responsable y tiene nombr compuesto.
TRAGACIONISTA COBARDE MIEDOSO PEREZOSO Y ANALFABETO