EL PODER DE LA GENTE
F.L. Mirones

Apreciados aulladores:
Algo se está moviendo en toda la humanidad gracias a un gran despertar que avanza por el mundo.

Millones de personas que en su momento se vacunaron están decidiendo que ni una más, se sienten estafados, están abriendo los ojos a que había otra realidad a la que han estado dando la espalda por inducción interesada de los medios, los políticos y las instituciones biomédicas y farmacéuticas.

Si ha sido usted uno de los que luchó desde el principio, como pudo, con sus manos, con su teclado, felicidades.

Si usted recién descubre cosas interesantes que enriquecen su criterio, felicidades.

Si es usted de los que confió en su momento pero está viendo que las cosas no encajan tal y como se las contaron, bienvenido.

Aquí no hay bandos, ni opiniones, ni grupos cerrados, ni siquiera política pequeña; estamos en una lucha global contra poderes que tratan de esclavizarnos a todos con la excusa de la salud, la seguridad y el clima.

Cada medida que toman arruina un poco más a la gente normal y los enriquece a ellos, no dan puntada sin hilo.

Ellos venden las inyecciones, los test, las mascarillas… y usted pone el brazo, la salud y el dinero.

Pero la paciencia de la gente tiene un límite; por más que intentan aparentar que no ocurre, millones de personas les han visto el plumero y esta vez han decidido no seguir colaborando en la gran estafa que nos está costando la salud, la felicidad y la vida.

No, no podemos dejarles a los hijos o nietos un mundo enmascarado de terror constante y dependencia psicológica. No podemos convertir a esos pobres niños sin cara en hipocondríacos con miedo a respirar, pidiendo permiso para besar y abrazar.

Han hecho mucho mal, pero podemos arreglarlo, cambiarlo, hacer un mundo mejor para todos. Solo hay dos palabras que lo consiguen: NO gracias.

Ni nos curamos, ni nos inmunizamos, ni nos quitaron el miedo… en cambio se está muriendo demasiada gente triste, agobiada, con extraños síntomas y análisis de sangre absurdos que no tenían antes de arrimar el hombro a esas agujas que eran tan “seguras y efectivas” que necesitaron de toda una maquinaria de propaganda, soborno y corrupción mediática para convencernos.

Nunca hubo debates científicos en ninguna TV ni radio oficialistas ¡ninguno!
¿Tan difícil era convocar a un programa a tres y tres biólogos o médicos y dejar que expusieran las dos posturas?

No lo hicieron, ni lo hacen, por una sencilla razón, saben quién ganaría por goleada ese debate, las evidencias científicas son apabullantes, no hay la mínima duda acerca del fraude sanitario que ha tenido lugar.

Ánimo a todos, la humanidad está aprendiendo, ahora sabemos de quiénes no podemos fiarnos, ya somos conscientes de que ingentes cantidades de dinero lo controlan todo, conocemos que solo temen a una cosa, a la opinión pública, sí, a usted, a mí y a la información independiente.

Vivimos un momento grande de la historia de la humanidad, quedarse esperando a que “alguien” lo arregle no es una opción. Tome las riendas de su libertad, abra los ojos y únase al poder de la gente.