- Documento elaborado por Adrián Zelaia, Director de EKAI Center
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El Futuro del Modelo de Desarrollo Europeo: LA ECONOMÍA DEL DESASTRE
- La ciencia económica ha analizado los efectos negativos y positivos que sobre la economía en su conjunto tienen los desastres naturales y también los de origen humano, como los conflictos bélicos y las crisis estrictamente económicas.
- El debate tiene una particular actualidad, ante la continuidad de desastres, reales o anunciados, que se suceden durante los últimos años sobre Europa. De especial interés fue el despliegue de análisis que, desde distintas instituciones internacionales, privadas y públicas, se desarrolló como consecuencia de la crisis COVID-19 en 2020 y 2021. Análisis que con frecuencia venían a destacar las oportunidades que esta grave crisis suponía para un salto adelante en el avance tecnológico o en la eficiencia empresarial de Occidente en su conjunto.
- La cuestión vuelve a plantearse en 2022 con respecto a la crisis inflacionaria generada por el agotamiento del modelo económico y agravada por las consecuencias del conflicto en Ucrania y las sanciones contra Rusia.
- Tanto las crisis de carácter económico como las guerras en sí mismas han sido repetidamente analizadas desde la perspectiva de su impacto “positivo” sobre la economía. Economistas liberales y marxistas han destacado el papel de las crisis como instrumento de “depuración” de la estructura productiva, al hacer desaparecer a las empresas sobre-endeudadas o menos eficientes. En el análisis de los conflictos bélicos se ha analizado repetidamente en qué medida el impacto de las dos guerras mundiales fue la clave estructural que permitió el posterior impulso del modelo social de posguerra hasta los años 70.
- En síntesis, parece claro que es posible identificar efectos positivos en distintas modalidades de desastres de origen natural o humano. Efectos positivos que pueden ser de interés general o bien de interés para determinados grupos de interés. Con frecuencia, esta realidad ha llevado a especular sobre en qué medida determinadas crisis o desastres pueden ser premeditadamente creados o alentados por grupos de poder con el fin de conseguir determinados objetivos.
- En realidad, con independencia del análisis específico de cada circunstancia, es posible que estas crisis o desastres sean creadas o bien que, produciéndose de forma natural o involuntaria, sean aprovechados por determinados grupos de interés para sus propios objetivos económicos, o incluso por los propios gobiernos.
- En conjunto, podemos sintetizar los objetivos básicos de la “economía del desastre en dos ámbitos fundamentales:
- La denominada “destrucción creativa”
- Facilitar políticas económicas socialmente difíciles.
- La “destrucción creativa” de empresas y sectores con el fin de facilitar la expansión de otras es una estrategia corporativa habitual en todo tipo de crisis. Es cierto que las situaciones difíciles facilitan la desaparición de empresas ineficientes, pero también la de empresas no bien conectadas con el poder económico o político, o la adquisición de empresas y activos a precios excepcionalmente bajos.
- La utilización política de las crisis o los desastres tiene un particular en este momento, ante el agotamiento del modelo de desarrollo neoliberal. Este agotamiento aboca a Europa a abordar antes o después un complejo proceso de reestructuración financiera cuyos costes pueden gestionarse de forma muy variada en función de las políticas aplicadas. Los gobiernos europeos y las élites corporativas parecen estar deseando disponer de un “desastre” suficientemente verosímil para facilitar su utilización a efectos de abordar a la vez dicha reestructuración financiera. Al parecer esta estrategia estuvo repetidamente sobre la mesa durante la pandemia COVID-19 y un interés similar pueden tener el alarmismo climático, la crisis energética o el conflicto bélico en Ucrania.
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