“La realidad y el deseo” – Teresita Ávila
- Escrito por Teresita Ávila, colaboradora habitual de #EuskalNews
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“La realidad y el deseo” – Teresita Ávila
Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.
Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.
En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.
Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.
Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.
Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.
Luis Cernuda
Languidece la energía en ocasiones. Dan ganas de batirse en retirada, no por cobardía, sino por desgaste. Vivir es exigente. Los pensamientos almacenan datos que se amontonan, confusos, y que es necesario ordenar, cribar, recuperar, descartar… A veces una prematura nostalgia acecha, aprovechando el bombardeo diario de fechorías que sombrean la existencia. El ritmo frenético se impone, y falta el aliento para comprender un mundo irreconocible, que no encuentra encaje en lo que fue, y que presenta una cara desfigurada ante lo que será.
En el origen de las recientes divisiones sociales, pueden adivinarse oscuros intereses que pretenden imponer un nuevo orden, un modelo asfixiante sin espacio apenas para la independencia del individuo. La confrontación genera enormes beneficios para las partes interesadas, -como se denomina al capitalismo de stakeholder-.[1] Las evidencias no apuntan hacia un modelo igualitario -ni sostenible- como predican los gurús predilectos del WEF (o FEM, Foro Económico Mundial), asiduos visitantes de las reuniones celebradas en Davos.[2] Los allí reunidos, en confraternal congregación, debaten alternativas y modelos realizables que configuren la arquitectura de la sociedad a medio y largo plazo. De hecho, el horizonte no muy lejano de la Agenda 2030 prevé unos Objetivos de Desarrollo Sostenible: Cada objetivo tiene metas específicas que deben alcanzarse en los próximos 15 años.[3]
Y aquí es donde nos encontramos entre la realidad y el deseo, un deseo totalmente desenfocado o quizá no tanto, pues esconde un interés cada vez más visible y perverso, chirriante y estridente. Si tomamos como ejemplo el Objetivo número 5, Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas, podemos considerar una serie de cuestiones que chocan frontalmente con la pretendida defensa que indica el enunciado. La degradación, la humillación al género femenino ha sido constante en este último año. Las situaciones padecidas pueden evocarse fácilmente. Muchas de ellas han generado una gran incomodidad y un rechazo difíciles de disimular. Me refiero tanto a las competiciones deportivas en las que han soportado la derrota, con impotencia, en pruebas donde un compañero varón era admitido por el solo hecho de declararse mujer (La polémica por Lia Thomas, la primera nadadora transgénero en ganar una competencia universitaria de élite en Estados Unidos). A la palabra -la fantasía, el deseo- se le concede más valor que a la biología. Y todo esto sucede en unos tiempos en donde los términos ciencia, científicos y expertos han copado las líneas de todos los medios habidos y por haber. Incluso algún que otro certamen de belleza ha elevado al trono y otorgado su cetro a seres que inspirarían algún cuadro de Botero (EEUU. Un trans gana el certamen de belleza “Miss Greater Derry 2023″… y se lleva a casa una beca para mujeres). No considero exagerado calificar estos hechos como deslealtad, como una evidente falta de principios. Se manifiesta el contraste entre la defensa, los valores acuñados pomposamente en la web de las Naciones Unidas, y la burla en la vida real. Quizá un misterioso proceso de alquimia es el culpable de la transmutación de esos valores. Y que en lugar de la humildad necesaria para poner en juego los cambios operativos, necesarios, en donde las sociedades cooperen de verdad, un mago negro, con todas sus malas artes, ha pervertido las buenas intenciones y solo asoma, retadora, la soberbia de las instituciones. Todos callan.
Una de las maneras de amordazar y suprimir cualquier respuesta o reacción contraria a los intereses dictados consiste en la exposición mediática de los disidentes. Convertidos en un mal ejemplo ante el mundo y sus colegas -sobre todo cuando se trata de figuras relevantes del ámbito cultural o académico-, pretenden aplacar el instinto natural de ejercer el derecho a la propia voz. Poco a poco, se introduce en las conversaciones -no digamos ya en los formularios de datos para cumplimentar- la normalización del uso de los pronombres con los que se autopercibe cada uno. Fueron impactantes las declaraciones de la vicepresidente de los EE. UU., Kamala Harris:
Reparen en el hecho de que la precursora de su uso sea la segunda autoridad del país más influyente del orbe, además de ser una mujer ligada al activismo, con una meritoria carrera, destacada en la web de la Casa Blanca.[4]
Regresando al tema de la exclusión por no amoldarse a las nuevas formas de expresión aceptadas por la comunidad que dirige u organiza qué hacer, qué decir y cómo comportarse, Jordan Peterson, profesor numerario de Psicología de la Universidad de Toronto, dimitió de su puesto, alegando como causa de tal decisión la tiranía de la ideología woke:
Las razones de esta decisión las ha explicado él mismo en un artículo en el National Post, una contundente denuncia de la sumisión administrativa del ámbito académico a la ideología woke, la cultura de la cancelación y la corrección política: “La Diversidad, la Inclusividad y la Igualdad -la Trinidad de la izquierda radical- nos están destruyendo… Ya basta. Basta. Basta”.[5]
Expresaba Peterson, valientemente, con absoluta claridad, su interpretación sobre el éxito de la doctrina lingüística en el ámbito universitario:
Todos mis cobardes colegas deben elaborar declaraciones DIE [Diversity, Inclusivity and Equality] para obtener una beca de investigación. Todos mienten (excepto la minoría de los verdaderos creyentes) y enseñan a sus alumnos a hacer lo mismo. Y lo hacen constantemente, con diversas racionalizaciones y justificaciones, corrompiendo aún más lo que ya es una empresa sorprendentemente corrupta. Algunos de mis colegas incluso se permiten someterse a la llamada capacitación anti-sesgo, impartida por personal de Recursos Humanos sumamente incompetente, dando lecciones tontas, alegres y acusatorias sobre las actitudes racistas/sexistas/heterosexistas teóricamente omnipresentes. Tal capacitación ahora es a menudo una condición previa para ocupar un puesto de docente en un comité de contratación.[6]
Acorralado por unos cuantos sabuesos de la causa, “alrededor de una decena de personas” (usuarios, no pacientes) presentaron denuncias contra él por sus publicaciones en Twitter y en un podcast.[7]La ejemplar actitud del profesor canadiense no solo ha sido contundente, sino que ha optado por la mejor estrategia a su disposición: sortear la reclamación que podía haber interpuesto contra el colegio de Psicólogos -contaminado por afines al discurso de lo políticamente correcto- y acudir a los tribunales para la resolución de su caso. Su apuesta es arriesgada -dicho por él mismo- y la ha dado a conocer a través de la publicación de una carta dirigida al primer ministro, Justin Trudeau, reproducida en religionenlibertad.com: Jordan Peterson: arriesgaré mi licencia profesional para escapar de la re-educación en redes sociales.
Sin ir más lejos, en España existe un registro de empresas DIE creado en 2011 (Orden SPI/1292/2011, de 17 de mayo, por la que se crea el Registro de las empresas con distintivo “Igualdad en la Empresa”) con la finalidad de otorgar este distintivo a las que destaquen por su implicación en materia de igualdad, con detalles que afectan al lenguaje. Lo dejo aquí a título informativo, en absoluto como una crítica:
El distintivo “Igualdad en la Empresa” es una marca de excelencia que otorga el Ministerio de Igualdad a empresas y otras entidades que destaquen en el desarrollo de políticas de Igualdad entre mujeres y hombres en el ámbito laboral, mediante la implantación de planes y medidas de igualdad, en áreas como el acceso al empleo y las condiciones de trabajo, incluidas las medidas de conciliación y corresponsabilidad, la política retributiva con enfoque de género, la comunicación inclusiva, los aspectos relativos al modelo organizativo, la Responsabilidad Social Empresarial, etc.[8]
Entre los elementos que los solicitantes deben tener en cuenta, están la comunicación inclusiva y la aplicación de enfoques de género en materia retributiva.
Si volvemos a lo incómodo, a lo escabroso, y si nos atreviésemos a plantear hipótesis que a priori resulten chocantes, podemos aventurar una línea de actuaciones consistente en la torticera reinterpretación del famoso “Be water, my friend” pronunciado por Bruce Lee, que se popularizó en la campaña de una marca de coches. Detrás del significado, de la filosofía que encierra esta frase, hallamos el concepto de sociedad líquida de Zygmunt Bauman:
Precisamente es en una sociedad líquida donde Zygmunt Bauman, conocido y respetado sociólogo polaco, realizó una gran aportación al conocimiento e interpretación de la realidad contraponiendo una relación entre la sociedad sólida (seguridad, contenidos, valores) y una sociedad líquida (movilidad, incertidumbre, relatividad de valores).
Es precisamente en la segunda donde Bauman aboga por la necesidad de modificar la realidad y comprender que la vía del cambio es la única posible y la única necesaria, además del hecho de que es oportuna, para evitar los conflictos sociales y mejorar las condiciones de vida.[9]
Donde la propia voluntad es el agente del propio cambio, el impulso, el motor de la construcción de una realidad. Esto nada tendría de negativo a no ser que lo único que exista efectivamente sea la apariencia de la voluntad, es decir, que el fin perseguido consista en una manipulación de tal libertad de elección. Algo tan atractivo y posiblemente positivo, convertido en un hechizo para denigrar el natural y genuinamente humano impulso de elevación. Hacer creer en que se es libre, en lugar de darse cuenta de la condena que implica el engaño. Estoy segura de que comprenden perfectamente. Solo hay que ver de qué modo se promociona la diversidad sexual sin otro criterio que el deseo de ser “lo que me apetezca”, de una forma superficial y corrosiva.
El uso de los pronombres, el lenguaje no inclusivo, ya son en la actualidad un motivo de sospecha, de censura o de apartamiento. A nadie que tenga unas perspectivas de promoción social o profesional le interesa verse relacionado con los que están siendo señalados con el dedo acusador desde posiciones de poder. Y hablando de los excesos del poder, para terminar, nada me parece más oportuno que invitarles a escuchar este breve discurso de Ronald Reagan sobre los necesarios límites ante los abusos del Estado: We, the People.
[1] https://www.funcionpublica.gov.co/documents/418537/38189006/2021-02-04_Traduccion_capitalismo_stakeholders.pdf/eab3f2d1-d9f9-2d0d-4a56-8eba809dfaed?t=1612479649097
[2] https://www.sinpermiso.info/textos/el-capitalismo-de-las-partes-interesadas-en-davos
[3] https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/
[4] https://www.whitehouse.gov/es/administracion/vicepresidenta-harris/
[5] https://www.religionenlibertad.com/personajes/887226239/alegato-jordan-peterson-dimision-tirania-woke-universidad.html
[6] https://nationalpost.com/opinion/jordan-peterson-why-i-am-no-longer-a-tenured-professor-at-the-university-of-toronto?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=catholic_news_benedict_xvi_cardinal_marx_faulted_in_munich_abuse_report_for_mishandling_cases&utm_term=2022-01-20
[7] https://www.religionenlibertad.com/polemicas/551925333/peterson-someterse-reeducacion-si-no-quiere-perder-licencia-psicologo-.html
Inmersos y atrapados como estamos en el mundo orwelliano, con su trastocación de palabras y valores, pocas personas tienen el valor de denunciar esta asfixiante dictadura integral dando un paso al frente y significándose de entre el rebaño.
Los disidentes, como miembros rebeldes de una secta destructiva de la que buscan escapar, se enfrentan a la muerte social… en el mejor de los casos. Hoy, más que nunca, se precisan héroes, valentía e integridad.
Ahora recuerdo las palabras de san Pablo a los Filipenses: “Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por Él lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo”.
Gracias, Teresita, por tu valor en tiempos de cobardía y sumisión.
Gracias a ti por apreciar mi modesta contribución.
Solo soy un grano de arena.
Gracias Teresita por dejar claro de qué va la ideología degenerativa y de igual-da. Todo es una religión abyecta que nos quieren imponer con múltiples dosis de refuerzo. Resistiremos y, con buena información como la que tú nos ofreces, mejor informados estaremos.