La pandemia de cólera no fue la primera vez que se impusieron cierres patronales en respuesta a un brote vírico. De hecho, ya durante el brote de ébola de África Occidental de 2014 a 2016, que mató a unas 10.000 personas, Liberia y Sierra Leona impusieron múltiples cierres breves para “frenar la propagación”.

En aquel momento, los cierres se consideraron un éxito, pero estudios posteriores demostraron que no eran eficaces, a pesar de que se cree que el ébola se propaga principalmente por el sudor, la sangre y la saliva, y no a través de aerosoles. No obstante, los encierros por ébola sentaron un precedente para la gestión de este tipo de brotes.

La respuesta al brote de ébola en África Occidental fue gestionada y financiada en gran medida por la OMS e instituciones estadounidenses, en particular los CDC, la Fundación Gates y Metabiota, un oscuro contratista del Pentágono dirigido por Nathan Wolfe, un joven líder mundial del FEM.

En su momento, se afirmó que el brote de ébola fue un acontecimiento natural causado por un niño de dos años que había tocado un murciélago en un árbol. Pero una reciente investigación filogenética demostró que esta historia era un mito y que el brote estaba vinculado casi con toda seguridad a un laboratorio biológico estadounidense en Sierra Leona, es decir, que el brote fue causado por una fuga en el laboratorio o formaba parte de un ejercicio de bioseguridad en vivo.

El laboratorio biológico estadounidense de Sierra Leona estaba dirigido por dos profesores estadounidenses, el Dr. Robert Garry y el Dr. Kristian Andersen. Aunque en un principio el Dr. Garry afirmó que su laboratorio no estaba trabajando con el ébola, el Dr. Andersen admitió más tarde que, de hecho, sí estaban trabajando con el ébola. Durante la pandemia de cólera, estos dos profesores fueron los principales defensores de la falsa teoría del origen natural del nuevo coronavirus.

Además, una investigación reciente descubrió que durante el brote de ébola en África Occidental, una red de bots de Twitter produjo millones de mensajes promoviendo la imposición de cierres patronales. Cinco años después, durante la pLandemia de Covid, estos bots multilingües de Twitter volvieron a exigir o elogiar el bloqueo del Covid en muchos países. Al principio, se creyó que podría haber sido una operación cibernética china, pero el precedente del ébola indica que en realidad fue una operación cibernética estadounidense.

Como se verá más adelante, varios de los principales defensores del bloqueo cibernético ya habían participado en la gestión del brote de ébola en África Occidental. Incluso el propio CEPI se fundó, en 2017, en respuesta al brote de ébola supuestamente natural.

Vía Telegram (Canal Ingeniería Social y Agenda 2030)