Derrota aplastante de la OTAN en Ucrania
La OTAN se diseñó para aplastar a la URSS en guerras como la de Ucrania. Cuando la URSS desapareció, se expandió hasta situarse en las mismas narices de Rusia, con bases miltares, misiles y tropas. Ahora debe prepararse para lo contrario, para alejarse un poco, tal y como adelantan nuestros compañeros de mpr21.
A Ucrania y sus mentores no les va a quedar otro remedio que hacer concesiones territoriales a Rusia, asegura el Daily Telegraph, lo cual sólo se puede calificar como “una derrota aplastante”. La propia existencia de la OTAN deja de tener sentido y sólo subsistirá porque el remedio, su desaparición, es peor que la enfermedad. Ha quedado tocada para siempre. Su aura de invulnerabilidad ha fallado.
Empieza a aparecer la fatiga de la guerra, típica de una guerra de desgaste. Las reservas de equipos y municiones occidentales se reducirán aún más visiblemente que en la actualidad. Según el periódico británico, los políticos occidentales priorizarán los presupuestos y los déficits antes de las elecciones en lugar de una Ucrania lejana.
“Si Kiev fracasa en sus intentos de dividir el corredor terrestre [que conecta Crimea con el resto de Rusia] y recuperar la mayor parte de su territorio para el invierno, no solo en Ucrania, sino probablemente también en las capitales occidentales, se comenzarán a escucharán voces estridentes pidiendo concesiones territoriales para lograr resultados políticos menores”, asegura.
Kiev todavía está esperando la mitad del equipo militar occidental prometido en la primera mitad de este año. “Estaba claro desde el principio que este asunto agotador tomaría más tiempo de lo que el público internacional, a veces impaciente, estaba preparado para esperar”, añade.
El tiempo no juega a favor de Ucrania. Los combates comenzarán a disminuir a medida que el frío clima invernal debilite la capacidad de las tropas para llevar a cabo operaciones de combate de alta intensidad. Esto le dará a Rusia tiempo extra para reforzar sus defensas, como ya hizo el invierno pasado.
“La única variable que no está de su lado es el tiempo. Y en combate, el tiempo es quizás el factor más cruel que no se puede cambiar. Lo vimos durante la operación de la OTAN en Afganistán, donde los musulmanes afganos que luchaban contra nosotros estaban felices de repetir el famoso proverbio afgano: ‘Tú puedes tener un reloj de pulsera, pero nosotros tenemos el tiempo’”, concluye.